Irritaci¨®n
El sobreseimiento de las diligencias abiertas con motivo del robo de determinados sumarios de los juzgados de Marbella, en los que aparec¨ªa implicado Jes¨²s Gil, ha dado lugar a una serie de manifestaciones que ponen en entredicho el Estado de Derecho por razones nada claras. 'La instrumentalizaci¨®n de la Justicia por el PP' o 'el escaso inter¨¦s de la Fiscal¨ªa General del Estado, que no ha ordenado a la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n que intervenga', entre otras, pueden llevar a esa lectura. Sin embargo, como no existe constancia de su realidad, no parece que deban tomarse en su literalidad. Hay que buscarles otro sentido. Tal vez este sentido sea el de que muestran una profunda irritaci¨®n por el archivo de una causa que se consideraba fundamental para conocer judicialmente si exist¨ªa, o no, la corrupci¨®n tantas veces denunciadas.
Desde este punto de vista, resultan comprensibles. Reflejan impotencia. Son la constataci¨®n, una vez m¨¢s, de que los delitos complejos, los delitos econ¨®micos y en los que pueda existir un cierto entramado, con m¨²ltiples implicaciones, quedan en la mayor¨ªa de las ocasiones impunes. Adem¨¢s, en este caso, la irritaci¨®n est¨¢ m¨¢s que justificada. No hay que olvidar que desde que acontecieron estos robos las declaraciones de las personas encargadas de dar soluci¨®n han sido esperanzadoras. Atr¨¢s queda la visita del pasado verano de dos vocales de CGPJ y sus declaraciones, como tambi¨¦n que, en un tiempo breve, se conocer¨ªa al autor, o autores, que indujeron a estos robos. Ahora, de golpe, nada. Archivo. Y lo peor es que se quiere responsabilizar de este fracaso al agente judicial que falleci¨®. Con su muerte termina la investigaci¨®n. Ma?ana dios dir¨¢.
Sin duda, ma?ana dios dir¨¢. Pero, hoy, es para pensar que la Justicia, cuando se aparta del tradicional robo 'del tir¨®n', no es muy eficaz. Y no es razonable que sea as¨ª. Una justicia que cuenta con jueces y fiscales t¨¦cnicos, con polic¨ªa judicial y con toda clase de medios auxiliares, no deber¨ªa descargar su fracaso en otro. En la muerte de una persona, que falleci¨® durante su custodia por una polic¨ªa judicial que no supo impedirla y que, ahora, tampoco ha sabido ayudar a completar una investigaci¨®n. Es normal la irritaci¨®n.
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