Las cartas de Duchamp desvelan su faceta como intermediario art¨ªstico
Francis M. Naumann y Hector Obalk publican la correspondencia del 'padre' del arte del siglo XX
El reconocimiento de Marcel Duchamp como padre del arte del siglo XX ha provocado una avalancha de estudios sobre ¨¦l. De ah¨ª que la publicaci¨®n de su correspondencia (Affectueusement, Marcel. The Selected Correspondance of Marcel Duchamp, Ludion Press), preparada durante 20 a?os por Francis M. Naumann y Hector Obalk (responsable el primero de la cronolog¨ªa, las biograf¨ªas de los destinatarios y las notas), y que algunas editoriales espa?olas est¨¢n interesadas en adquirir, sea como una bocanada de aire fresco, ya que proporciona datos de sumo inter¨¦s sobre su vida y obra.
Se manejaron un total de l.l00 cartas, de entre las cuales se hizo una selecci¨®n de 285, no todas in¨¦ditas. Faltan -por deseo expreso de ambas familias- todas aquellas escritas a Mar¨ªa Martins (l894-l973), escultora, casada con el embajador brasile?o en Estados Unidos y con la cual Duchamp tuvo un affaire sentimental en los a?os cuarenta y que, seg¨²n Naumann, es la modelo del famoso Etant donn¨¦s.
Las cartas que Duchamp envi¨® est¨¢n escritas en lo que ¨¦l mismo llam¨® su 'autoconsciente estilo eficiente', su 'estilo telegr¨¢fico/para correspondencia/con retraso', como se lee en el tamp¨®n que aparece en la primera p¨¢gina de la famosa biograf¨ªa de Robert Lebel. La funcionalidad no le priva de un fin¨ªsimo sentido del humor (como cuando afirma que no tiene hijos, sino tres ready-mades, en alusi¨®n a los hijos de su segunda mujer, Teeny Duchamp, habidos con Pierre Matisse) y de una gran cordialidad con los amigos ¨ªntimos, incluso de una gran ternura.
Leyendo este libro se aprenden cosas nuevas, mientras se confirman otras. Por ejemplo, la explicaci¨®n que el mismo Duchamp da del ready-made a su hermana Suzanne, en 1916: 'Aqu¨ª, en Nueva York, he comprado objetos; los trato como ready made; sabes bastante ingl¨¦s para comprender el sentido de 'ya hecho' que doy a estos objetos. Los firmo y les doy una inscripci¨®n en ingl¨¦s'.
En cambio, su fama de indolente no se corresponde con las numerosas actividades que emprendi¨®. Las cartas revelan dos grandes ocupaciones de Duchamp de las que apenas se hab¨ªa hablado hasta ahora: su actividad como organizador de exposiciones (en la galer¨ªa Gradiva, de Andr¨¦ Breton, en la librer¨ªa Bretano's y en varias grandes colectivas de autores surrealistas) y su trabajo como intermediario en la venta de obras de arte, no s¨®lo para ganar un dinero suplementario, sino tambi¨¦n, como revela la correspondencia, para ayudar a amigos ¨ªntimos, como Brancusi o Man Ray, y para poder reunir ¨¦l mismo una colecci¨®n. Otros miembros del surrealismo -el m¨¢s conocido ser¨ªa Paul Eluard- hicieron tambi¨¦n de courtiers (intermediarios), y nunca se enriquecieron con tal actividad porque hicieron prevalecer el criterio de la calidad y de la amistad por encima del de la especulaci¨®n.
Duchamp se revela fin¨ªsimo, certero y demoledor en su percepci¨®n del mundo del arte: 'Los artistas de todos los tiempos son como los jugadores de Montecarlo, la loter¨ªa ciega hace sobresalir a los unos y hunde a los otros' (a Jean Crotti, en l952). 'Cuanto m¨¢s vivo entre artistas, m¨¢s convencido estoy de que se convierten en falsos desde el momento en que empiezan a tener el m¨ªnimo ¨¦xito. Esto tambi¨¦n significa que todos los perros que rodean a los artistas son estafadores'. Duchamp, como escribe a H. P. Roch¨¦ en l952, no quiso nunca jugar al 'juego de los marchantes', hasta el punto de que pidi¨® a su corresponsal que evitara 'todas las exposiciones y manifestaciones sobre m¨ª'. En realidad, se comprueba que lo m¨¢s original de Duchamp, adem¨¢s de sus ideas contra el concepto retiniano de la pintura y contra toda 'estetizaci¨®n' del arte, fue su postura vital completamente independiente, jam¨¢s deudora de las modas, del mercado ni de servilismos a ninguna causa, ni pol¨ªtica ni est¨¦tica. La primera retrospectiva de su obra se mont¨® en el Pasadena Art Museum en 1963, cuando el artista ten¨ªa 76 a?os.
Tal vez una de las mejores cartas recogidas en el volumen sea la que le env¨ªa a Jean Crotti, fechada el l7 de agosto de l952: 'No creo en la pintura en s¨ª. Todo cuadro est¨¢ hecho no por el pintor, sino por aquellos que lo contemplan (...). T¨² eres prisionero de una educaci¨®n que crees liberada (...). En dos palabras, haz menos autoan¨¢lisis y trabaja con placer sin preocuparte de las opiniones, tanto las tuyas como las de los otros'.
La correspondencia incluye numerosos detalles sobre la creaci¨®n, el precio y los destinos de varias obras de Duchamp. Hay muchas cartas dirigidas al matrimonio Arensberg, cuya magn¨ªfica colecci¨®n de duchamps constituye hoy la joya del Museo de Filadelfia, junto al Gran vidrio, que fue regalado al museo por Katherine Dreier.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.