Pena de banquillo para un polic¨ªa
Una sentencia absolutoria cierra el caso del ex comisario de Granollers, detenido en 1994 por favorecer la prostituci¨®n y revelar secretos
?Hay algo peor que ir a la c¨¢rcel por un delito que no se cometi¨®? Posiblemente s¨ª. Acabar entre rejas siendo comisario de polic¨ªa y acusado de trapichear con prostitutas y de revelar secretos profesionales. La historia es ver¨ªdica y tiene nombres y apellidos: Antonio Galiano G¨®mez, de 51 a?os, hijo de Antonio y de Mar¨ªa Cruz. De profesi¨®n, comisario de polic¨ªa en Granollers desde 1990.
El inicio de la historia puede situarse en el 6 de junio de 1994, cuando los compa?eros de Galiano le detuvieron por decisi¨®n del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 7 de Terrassa. La orden la firm¨® el magistrado Jos¨¦ Grau Gass¨®. Con ¨¦l tambi¨¦n acabaron en el calabozo tres agentes que estaban a sus ¨®rdenes. Dos d¨ªas despu¨¦s, ingresaron en prisi¨®n.
Antonio Galiano pas¨® 40 d¨ªas en prisi¨®n y cuatro a?os suspendido de empleo y sueldo
El agente reingres¨® en el cuerpo en 1998, pero la sentencia ha tardado siete a?os en llegar
Se les acusaba de prevaricaci¨®n y favorecimiento de la prostituci¨®n. No s¨®lo por hacer la vista gorda con la que se ejerc¨ªa en un local de alterne de Granollers, sino por frecuentar el local y tener buenas relaciones con el propietario, quien a menudo les invitaba a las copas que se tomaban.
Galiano sospechaba que alguno de sus hombres, adscritos a la brigada de la polic¨ªa judicial de Granollers, no era trigo limpio, pero siempre le dijo al juez que a ¨¦l, que le registrasen. La Nochevieja de 1993, hoy hace justamente ocho a?os, el comisario acudi¨® al juzgado a declarar como imputado por ese caso. Pero qued¨® en libertad y por eso no pod¨ªa esperar acabar entre rejas al cabo de seis meses a partir, ¨²nicamente, de la declaraci¨®n de alg¨²n inculpado dispuesto a llev¨¢rselo por delante.
El mismo d¨ªa de la detenci¨®n, el entonces comisario dej¨® de serlo. Se le expedient¨® y se le suspendi¨® de empleo y sueldo. O sea, que se qued¨® con el 80% del salario base, m¨¢s el plus de la condecoraci¨®n policial con distintivo rojo, que eso no se pierde casi nunca. En definitiva, una mensualidad justita.
El agente acudi¨® a un abogado, que es lo que suele hacer cualquier mortal en estos casos. Tuvo la suerte de ir a parar en buenas manos -las del penalista Javier Selva-, algo que no abunda. A los 40 d¨ªas, Galiano sali¨® de la c¨¢rcel. Era el 16 de julio, festividad de la Virgen del Carmen, uno de los muchos iconos del calendario para la polic¨ªa. Y se fue a comer con su abogado.
En marzo de 1997, la Audiencia de Barcelona conden¨® a los tres polic¨ªas a dos a?os de inhabilitaci¨®n por prevaricaci¨®n y a expulsi¨®n del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa a causa de las relaciones inconfesables que manten¨ªan con el due?o del local de alterne. Los jueces, adem¨¢s, sentenciaron que uno de los polic¨ªas lleg¨® a mantener relaciones con una chica, menor de edad. Galiano ni siquiera lleg¨® a sentarse en el banquillo por ese caso, pero a ra¨ªz de las escuchas telef¨®nicas que se hicieron en la comisar¨ªa para seguir a los tres polic¨ªas sospechosos, el comisario acab¨® empapelado en otro proceso.
Se le acusaba de revelar secretos por haber facilitado los antecedentes policiales de una persona y por haber mediado para que quedase en libertad un preso que era confidente. El fiscal pidi¨® para el ex comisario dos penas de dos meses de arresto y tres a?os de suspensi¨®n. Pero el magistrado Antonio Climent, del Juzgado de lo Penal de Granollers acaba de sentenciar que no hay ninguna prueba para condenar al ex comisario y por eso le absuelve. El fiscal, sin embargo, puede recurrir.
Han pasado ya m¨¢s de ocho a?os desde que empez¨® todo. Demasiado tiempo para quien esperaba una sentencia as¨ª. 'Me ha costado muchos sinsabores, pero al final ha llegado', dice Galiano.
En julio de 1998, el ex comisario reingres¨® en el cuerpo tras m¨¢s de cuatro a?os de suspensi¨®n de empleo y sueldo y acab¨® destinado en la comisar¨ªa de Universidad. De ah¨ª pas¨® a la de Horta-Guinard¨® y ahora est¨¢ preparando el curso de comisario, porque aunque ejerci¨® como tal, ten¨ªa categor¨ªa de inspector jefe. Sus tres subordinados nunca m¨¢s volvieron a vestir el uniforme. El Tribunal Supremo confirm¨® el pasado mes de marzo la sentencia de la Audiencia de Barcelona y les expuls¨® de la polic¨ªa.
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