Europa lamenta la salida de Ruggiero

La dimisi¨®n de Renato Ruggiero ha ca¨ªdo como un mazazo en los medios diplom¨¢ticos europeos y comunitarios. Aunque era como una especie de muerte anunciada y para muchos irremediable ante su manifiesta discrepancia con el rumbo tomado por Italia, la salida del ministro de Exteriores italiano preocupa considerablemente en Bruselas y abre una etapa de incertidumbre a falta de un a?o y medio para que el pa¨ªs alpino asuma la presidencia de la UE y probablemente tenga que coordinar la Conferencia Intergubernamental para la reforma institucional.

El presidente de la Comisi¨®n Europea, Romano Prodi, no ocult¨® ayer su preocupaci¨®n, si bien quiso ser muy cuidadoso con sus palabras, en contra de otras ocasiones: 'Conf¨ªo en que Italia contin¨²e su pol¨ªtica europe¨ªsta'. 'Tengo gran consideraci¨®n por Ruggiero, como creo que la tienen tambi¨¦n el resto de sus hom¨®logos de la UE. Berlusconi ha perdido un valioso ministro'.

Prodi mantiene en Bruselas una pol¨ªtica de guante blanco con Berlusconi, su gran rival pol¨ªtico, a quien derrot¨® en las urnas en 1996. Un portavoz suyo dijo el viernes que era mejor no atizar m¨¢s el fuego tras las controvertidas declaraciones con las que el futuro del euro era puesto en entredicho por tres importantes ministros de Il Cavaliere: Giulio Tremonti (Finanzas), Umberto Bossi (Reforma Institucional) y Antonio Martino (Defensa). Y al ser abordado directamente al respecto, el presidente del Ejecutivo comunitario estuvo ese d¨ªa m¨¢s jesu¨ªtico que nunca: 'A Italia hay que juzgarla por los hechos'.

Sus colegas franc¨¦s, Hubert V¨¦drine, y alem¨¢n, Joschka Fischer, se han manifestado tambi¨¦n muy inquietos por las noticias de Roma y han lamentado mucho la dimisi¨®n de Ruggiero, un hombre muy conocido y admirado en Bruselas desde los tiempos que fue jefe de gabinete del entonces presidente de la Comisi¨®n, Franco Maria Malfatti, en 1970, y representante permanente de su pa¨ªs ante las Comunidades Europeas. A nadie se le escapa en la capital comunitaria que Ruggiero fue la baza del presidente Carlo Azeglio Ciampi, y sobre todo de Gianni Agnelli, para europeizar algo el tono nacionalista del segundo Gobierno de Berlusconi.

El ministro belga de Exteriores, Louis Michel, fue mucho m¨¢s contundente al conocer la dimisi¨®n, que lament¨® 'profundamente'. Para el siempre franco jefe de la diplomacia belga, Ruggiero era un 'europe¨ªsta que permit¨ªa tragar la falta de apetito europeo del actual Gobierno italiano'. Michel tuvo muy duras palabras y le otorg¨® un 'cero redondo' a Berlusconi el pasado oto?o cuando el l¨ªder de Forza Italia habl¨® de la supremac¨ªa de la civilizaci¨®n cristiana tras los atentados del 11 de septiembre. Ambos evitaron saludarse durante la Cumbre de Laeken de diciembre.