San Fernando, vuestra caja

Fuimos clientes de la Caja San Fernando de Sevilla hace a?os, impositores de peque?a cantidad en una libreta de ahorro familiar. Desde hace cuatro a?os no sab¨ªamos nada, en relaci¨®n a nuestra libreta, de esta entidad. Por nuestra parte nos olvidamos de ella pues el saldo era de cero pesetas. Ahora, con fecha de env¨ªo de 25 de diciembre de 2001, d¨ªa de Navidad, recibimos el 2 de enero de 2002 un 'primer aviso' en el que se asegura que debemos la cifra de 35,23 euros. Nos sorprende este 'primer aviso', nos inquieta el lapso de tiempo transcurrido y nos indigna el hecho en s¨ª y la forma de comunicaci¨®n.

Y nos preguntamos. S¨ª, nos preguntamos. ?Es eso correcto y eficiente? ?Funciona as¨ª esta caja o es un ejemplo m¨¢s del sistema bancario espa?ol? ?Debemos pagar otra vez por servicios no realizados, aunque a diario lo hagamos a tantas entidades y empresas? ?Es un nuevo modelo de gesti¨®n de la Caja San Fernando o todav¨ªa el antiguo? ?Es una manera novedosa de educarnos en el euro, ya que as¨ª viene expresado el supuesto d¨¦bito? ?Se contribuye de esta manera a mejorar los beneficios generales de la entidad tantas veces noticia por sus recientes y rocambolescas historias? ?Debemos pagar? ?Y si lo hici¨¦ramos, ad¨®nde ir¨ªa ese dinero? ?A la meritoria obra social y cultural? ?A los suculentos contratos tan especiales de sus directivos? ?A los miembros del Consejo de Administraci¨®n, tan nuevo y consensuado recientemente?