Dos imputados en el 'caso Gescartera' captaron testaferros para atribuirles p¨¦rdidas
Ofrec¨ªan a los clientes 250.000 pesetas para que la agencia de valores usara sus datos personales
Ignacio Manuel S¨¢nchez Fern¨¢ndez, de 61 a?os, y su hija Mar¨ªa Elena S¨¢nchez Cabrera, de 26, que declararon ayer como imputados en el caso Gescartera, reconocieron que hab¨ªan captado testaferros a los que imputar minusval¨ªas en las operaciones del mercado de derivados que realizaba la agencia de valores intervenida. S¨¢nchez, militar en la reserva activa, hab¨ªa recibido la promesa de una oferta de trabajo del presidente de Hari 2000 y asesor fiscal de Gescartera, Julio Rodr¨ªguez Gil, a cambio de sus gestiones de captaci¨®n de testaferros.
Los S¨¢nchez quedaron en libertad sin fianza. Ignacio S¨¢nchez pens¨® que actuaba como comercial de la empresa de Julio Rodr¨ªguez Gil y por eso no percibi¨® dinero por sus gestiones sino la promesa de una oferta de empleo, seg¨²n dijo. Nunca crey¨® que hac¨ªa nada ilegal.
El militar explic¨® que en 1999 Rodr¨ªguez Gil, para el que ¨¦l hab¨ªa realizado alg¨²n trabajo de fontaner¨ªa, le propuso que consiguiera gente que firmara contratos con Gescartera y proporcionasen fotocopia de su documento de identidad con la finalidad de hacer inversiones de capital. Rodr¨ªguez Gil le dijo que una vez realizada la inversi¨®n se pagar¨ªa una cantidad de 1.502 euros (250.000 pesetas) a todo aquel que hubiera proporcionado sus datos.
?l lo ofreci¨® a un par de vecinos de Torrevieja (Alicante), que aceptaron, y se lo cont¨® a su hija, que trabaja en un bar de Madrid, que a su vez lo cont¨® a sus compa?eros camareros, que r¨¢pidamente se ofrecieron a dar sus datos. En total firmaron unas 10 personas.
Sin embargo, nadie recibi¨® nunca ni una peseta. Reclam¨® el dinero en numerosas ocasiones y, finalmente, en una reuni¨®n a la que asistieron el due?o de la agencia, Antonio Camacho, el apoderado Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz de la Serna, Julio Rodr¨ªguez Gil y ¨¦l mismo, el primero anunci¨® que pagar¨ªa la deuda de 180.303 euros (30 millones de pesetas) incrementada en un 10% por el retraso. S¨¢nchez afirma que ah¨ª fue cuando se enter¨® de que Rodr¨ªguez Gil le hab¨ªa estado enga?ando, ya que pensaba cobrar 15.025 euros (2.5 millones de pesetas) por cada testaferro, y no 250.000 pesetas, y quedarse con el resto del dinero.
S¨¢nchez acudi¨® en una ocasi¨®n a la sede de Gescartera, pero Camacho le dijo que le mandar¨ªa una persona con un paquete con el dinero, lo que nunca sucedi¨®. S¨ª se dio cuenta de que se hab¨ªan realizado operaciones de minusval¨ªas con la identidad de las personas que ¨¦l hab¨ªa captado.
La hija, Elena S¨¢nchez, ratific¨® la versi¨®n de su padre y reconoci¨® los contratos en los que hab¨ªa estampado su firma.
Marcos Quevedo, antiguo empleado de Gescartera, declar¨® como testigo y neg¨® que hubiera realizado operaciones que supusieran beneficios de 98 millones de pesetas para familiares suyos. Sus familiares eran inversionistas en la agencia de valores, pero retiraron los fondos cuando ¨¦l la abandon¨®.
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