Miles de personas se echan a las calles en la mayor protesta contra Duhalde
Pintadas contra Aznar y ataques a bancos en una cacerolada contra el actual presidente
Ayer, el centro hist¨®rico de Buenos Aires herv¨ªa y se espesaba en el caldo de una profunda indignaci¨®n que no cesa. Miles de personas protestaron en las calles. El eco de la violenta madrugada, de los disparos, del estallido de bombas de gases lacrim¨®genos, de los gritos, las carreras, los insultos, las pedradas, el humo de las improvisadas hogueras, se dispersaba todav¨ªa entre las calles laterales, cuando ya comenzaban a formarse las colas a las puertas de las agencias de cambio de moneda extranjera y de las sucursales bancarias, algunas de ellas destrozadas.
El hombre dec¨ªa entre l¨¢grimas 'no puedo m¨¢s, no puedo m¨¢s' junto a su farmacia destrozada por los tumultos
El hombre negaba moviendo la cabeza de un lado para otro. A cada momento parec¨ªa que iba a agregar algo m¨¢s, pero se ahogaba en el esfuerzo por contener las l¨¢grimas y s¨®lo dec¨ªa: 'No puedo m¨¢s, no puedo m¨¢s'. Detr¨¢s pod¨ªan apreciarse los destrozos en el escaparate de su farmacia, el saqueo de los productos medicinales que estaban m¨¢s pr¨®ximos a la calle. Hac¨ªa s¨®lo diez d¨ªas que hab¨ªa repuesto los enormes ventanales, tras el cacerolazo del pasado 29 de diciembre. Ahora, la reparaci¨®n del establecimiento volv¨ªa a quedar a su cargo, el seguro que tiene no le cubre los destrozos 'por tumulto'.
El tercer cacerolazo, que hab¨ªa acabado antes con dos jefes de Estado, Fernando de la R¨²a y Adolfo Rodr¨ªguez Sa¨¢, temido y esperado por el nuevo Gobierno desde que tom¨® posesi¨®n de la presidencia Eduardo Duhalde, se produjo al fin el jueves por la noche (madrugada de ayer en Espa?a), cuando los ciudadanos se enteraron de que las restricciones al retiro de los dep¨®sitos en los bancos se manten¨ªan y su devoluci¨®n en cuotas mensuales se extender¨ªa en la mayor¨ªa de los casos desde enero de 2003 hasta septiembre de 2005.
Fue comprender y gritar, y putear. Pod¨ªa verse la espuma de la rabia en el insulto contra todos: '?Ladrones, hijos de puta!'. El batir de cacerolas, de botes de pl¨¢stico y de parches de bombo se desprend¨ªa y bajaba hacia el r¨ªo como un alud de bronca desde los barrios de clase media del centro, oeste y norte -Monserrat, San Crist¨®bal, Almagro, Caballito, Flores, Villa Crespo, Palermo, Recoleta, Belgrano- y se reproduc¨ªa tambi¨¦n en las calles vecinas a la residencia presidencial en el barrio suburbano de Olivos, al norte de Buenos Aires, donde Duhalde cenaba con empresarios.
En Rosario, la tercera ciudad del pa¨ªs, unas dos mil personas se manifestaron junto al monumento nacional a la bandera argentina, a orillas del r¨ªo Paran¨¢.
La polic¨ªa estim¨® entre 'cuarenta y cincuenta' los grupos de cien a doscientos vecinos cada uno que, identificados s¨®lo con banderas argentinas, hicieron hogueras, golpeaban sus cacerolas y cortaban el tr¨¢nsito en las esquinas de la ciudad.
Otros 'seis o siete mil' se fueron desplazando lentamente hacia la plaza de Mayo. Al paso, cantaban: 'Yo no lo vot¨¦, yo no lo vot¨¦', 'que se vayan, que se vayan' y 'el pueblo unido jam¨¢s ser¨¢ vencido'.
El jueves por la tarde, m¨¢s de dos mil personas hab¨ªan reclamado frente al Palacio de los Tribunales la renuncia de los nuevos miembros de la Corte, el tribunal supremo del pa¨ªs. Ese cacerolazo hab¨ªa sido convocado por la Asociaci¨®n de Abogados Laboralistas.
Hacia la medianoche, el estr¨¦pito era atronador, incesante. La polic¨ªa ten¨ªa instrucciones de mantenerse a distancia y reprimir s¨®lo en el caso de verse sobrepasada.
La tensi¨®n fue creciendo hasta que poco antes de las tres de la madrugada, y cuando la mayor¨ªa de los manifestantes se retiraba de la plaza, un grupo de activistas comenz¨® a incendiar unos restos de madera que encontr¨® en los jardines interiores del edificio del hist¨®rico Cabildo y otro intent¨® derribar las vallas que rodeaban a la Casa Rosada. La polic¨ªa dispar¨® con mangueras de agua, respondi¨® con gases lacrim¨®genos y, en respuesta, fue atacada con piedras.
Tras las carreras y los disparos y ya en retirada, los ¨²ltimos grupos, con la cara oculta por pasamonta?as, se empe?aron en destrozar escaparates a pedradas, incendiaron una sucursal del Banco de la Provincia de Buenos Aires y atacaron las de los bancos R¨ªo, Galicia, Franc¨¦s y Boston.
Despu¨¦s se dedicaron a pintar con aerosoles en las paredes insultos contra los pol¨ªticos argentinos, los bancos, las empresas extranjeras y contra el presidente del Gobierno espa?ol, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar; destruyeron cabinas telef¨®nicas y se detuvieron para saquear la Casa de la Provincia de La Rioja, sobre la avenida Callao, de la que robaron artesan¨ªas en plata valoradas en unos seis mil d¨®lares (m¨¢s de 7.000 euros) y cajas de vino. La polic¨ªa argentina detuvo a siete personas y en los hospitales fueron atendidos 15 heridos leves.
An¨ªbal Fern¨¢ndez, secretario general de la Presidencia, admit¨ªa ayer que 'la gente est¨¢ podrida de la crisis, el clima del pa¨ªs es muy grave y muy denso, pero ac¨¢ no hay lugar para cagones, es lugar para tomar decisiones'.
A su vez, Eduardo Amadeo, portavoz del presidente Eduardo Duhalde, dijo compartir el 'dolor, la bronca y la necesidad de un pa¨ªs que est¨¢ de parto'.
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