Euro: los otros
Con la puesta en circulaci¨®n de las monedas y billetes en euros en los pa¨ªses de la UEM ha aumentado la expectaci¨®n respecto a la incorporaci¨®n de los tres pa¨ªses de la Uni¨®n Europea (Reino Unido, Suecia y Dinamarca) que quedaron fuera. En estos pa¨ªses, a tenor de las ¨²ltimas encuestas, parece que el ¨¦xito de la puesta en circulaci¨®n del euro ha contribuido a moderar el euroescepticismo.
En este contexto, el primer ministro sueco ha aprovechado para anunciar un calendario tentativo, pero bastante detallado, de incorporaci¨®n a la UEM, en el que se contempla la celebraci¨®n de un refer¨¦ndum en la primavera de 2003 y la adopci¨®n del euro en 2005. En Dinamarca se ha sugerido la posibilidad de un nuevo refer¨¦ndum (ser¨ªa el tercero) en 2003, y en el Reino Unido, el pa¨ªs donde la oposici¨®n a la UEM es mayor, en el plazo de a?o y medio se revisar¨¢n los cinco test que el Gobierno impuso como condici¨®n previa a la convocatoria del plebiscito. Unas condiciones que hacen, b¨¢sicamente, referencia a los requisitos te¨®ricos para la optimalidad de un ¨¢rea monetaria com¨²n: convergencia c¨ªclica y estructural con la econom¨ªa de la UEM y flexibilidad. Materias en las que parece que se ha avanzado en los ¨²ltimos a?os pero que son dif¨ªciles de valorar sin criterios m¨¢s objetivos o concretos.
El efecto psicol¨®gico del canje es importante, pero no es suficiente para atraer a los euroesc¨¦pticos
Con todo, no se observa en los mercados un incremento muy significativo de la probabilidad de acceso a la UEM de estos pa¨ªses. Los tipos de cambio de la libra esterlina y de la corona sueca frente al euro a¨²n se encuentran lejos de los que se consideran tipos de entrada de equilibrio. Y los diferenciales de tipos de inter¨¦s de contado e impl¨ªcitos con el euro s¨®lo han disminuido de forma apreciable en el caso de la corona sueca. Adem¨¢s, en estos pa¨ªses extraer conclusiones sobre probabilidades de acceso a partir de estos diferenciales resulta dif¨ªcil. Sus reducidos niveles recogen la mayor sincron¨ªa c¨ªclica con la UEM y la convergencia de las pol¨ªticas monetarias en los ¨²ltimos a?os.
La cautela del mercado parece plenamente justificada. La posici¨®n proeuro de los Gobiernos de los tres pa¨ªses ya era conocida, y el respaldo popular a la incorporaci¨®n, verdadera variable clave, aunque ha aumentado, est¨¢ muy lejos de ser un¨¢nime. La peque?a ventaja de los favorables al s¨ª que muestran las ¨²ltimas encuestas en Suecia y Dinamarca es muy vulnerable. Ya existe un precedente, el ¨²ltimo refer¨¦ndum en Dinamarca en septiembre de 2000, de cambio de opini¨®n de la poblaci¨®n. M¨¢s que el canje f¨ªsico al euro, debe ser la percepci¨®n de una uni¨®n monetaria m¨¢s integrada, transparente y flexible la que contribuya definitivamente a aumentar su atractivo para los ciudadanos no UEM.
Elena Nieto es economista del Servicio de Estudios del BBVA
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