El preso fugado hab¨ªa participado en el acuchillamiento de un taxista
Juan Carlos Milara Rosa, de 29 a?os, el preso fugado de la c¨¢rcel de Navalcarnero el jueves pasado, cumpl¨ªa una condena de 17 a?os por asestar, junto a su compinche, 16 pu?aladas a un taxista madrile?o, que qued¨® malherido, en marzo de 1992.
Los dos delincuentes pararon el taxi de Reyes Merino Mart¨ªn, de 32 a?os, en Carabanchel para que les acercara a Coslada. Tras entrar en el veh¨ªculo, le amenazaron con navajas y le obligaron a dirigirse a un descampado. All¨ª lo ataron de pies y manos a un poste con su cintur¨®n y huyeron en el taxi con la recaudaci¨®n. Pero, al percatarse de que Merino se hab¨ªa desatado, dieron marcha atr¨¢s y, mientras uno sujetaba al taxista, el otro le asest¨® 16 pu?aladas. Una de ellas le atraves¨® a Reyes Merino un pulm¨®n.
Tras la brutal agresi¨®n el taxista perdi¨® el conocimiento. Al recuperar la consciencia, intent¨® acercarse a alg¨²n punto habitado. Tambale¨¢ndose y perdiendo mucha sangre, logr¨® llegar a una casa, cuyo propietario le auxili¨® y avis¨® a la polic¨ªa. Merino fue ingresado en el hospital Gregorio Mara?¨®n, donde permaneci¨® 22 d¨ªas. Sufri¨®, adem¨¢s, una grave crisis psicol¨®gica.
Los dos delincuentes fueron localizados y detenidos el mismo d¨ªa del ataque en el barrio de la Fortuna de Legan¨¦s. Al intentar escapar, embistieron al coche de los agentes, que tuvieron que realizar varios disparos. Uno de los agresores fue alcanzado en las piernas. En octubre de 1993, el juez conden¨® a Juan Carlos Milara Rosa a 17 a?os de c¨¢rcel, por los delitos de homicidio frustrado, robo con intimidaci¨®n y resistencia a la autoridad. En aquel momento, Milara Rosa ya llevaba a?o y medio en prisi¨®n, desde su detenci¨®n en marzo de 1992.
Cuando entr¨® en la c¨¢rcel, Milara Rosa ten¨ªa problemas con las drogas. Dentro de la penitenciar¨ªa se someti¨® a varios programas de desintoxicaci¨®n y parec¨ªa que hab¨ªa superado su drogadicci¨®n. De hecho, antes de su fuga el pasado jueves, hab¨ªa disfrutado de 11 permisos y siempre hab¨ªa regresado a las dependencias penitenciarias.
En marzo de 2001, el ahora fugado cumpli¨® las tres cuartas partes de su condena (en aplicaci¨®n de diversos beneficios penitenciarios), de modo que en este momento podr¨ªa estar en tercer grado y optar a libertad condicional. Pero el pasado jueves Milara decidi¨® no esperar m¨¢s y dejar la c¨¢rcel. Aprovech¨® su trabajo como jardinero, que le permit¨ªa salir al recinto exterior, para no volver. Los funcionarios, acostumbrados a sus salidas, no se percataron de su ausencia hasta que procedieron al habitual recuento. La polic¨ªa le busca de nuevo.
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