'Peligro, nos est¨¢n robando'

El Gobierno discute, prepara, retoca distintas propuestas para un plan econ¨®mico 'sustentable', seg¨²n el t¨¦rmino m¨¢s repetido. Pero el plan no llega. Se anuncian medidas que al d¨ªa siguiente se rectifican. Mientras tanto, la calle empieza a perder la paciencia. Las manifestaciones, marchas, concentraciones, cacerolazos y acciones de protesta aumentan de manera imparable. Ayer fue un d¨ªa cualquiera en Buenos Aires: el centro de la ciudad queda colapsado durante varias horas por una multitudinaria manifestaci¨®n de desocupados que reclaman alimentos y planes de empleo. No lejos de all¨ª trabajadores de sanidad protestan contra la falta de fondos que ha significado, entre otros recortes, el del servicio de di¨¢lisis.

En el barrio de Flores, varios miles de comerciantes y vecinos protagonizan un masivo cacerolazo frente a las oficinas de varios bancos contra la congelaci¨®n de dep¨®sitos. Las entidades bancarias son precintadas simb¨®licamente con el texto Clausurado por falta de pago.

'Por nuestros dep¨®sitos nos dan el 2,5% y a los comerciantes nos cobran el 70% de inter¨¦s', es la queja de uno de los manifestantes. No faltan los ataques al presidente Aznar y a las empresas de servicios p¨²blicos privatizadas: 'Vamos a poner bolas para echarles a todos del pa¨ªs', 'No vamos a pagar los servicios', 'Queremos nuestros ahorros'.

Mucha gente se siente enga?ada y estafada. 'Peligro, nos est¨¢n robando', puede leerse en una monumental pancarta. Los pol¨ªticos, los bancos, las empresas extranjeras son vituperados por una ciudadan¨ªa que no aguanta m¨¢s. Los comerciantes anuncian para hoy una gran marcha hasta el Banco Central. 'Y as¨ª cada d¨ªa', anuncian. Algunos miembros del Gobierno parecen vivir en otro planeta, como el ministro de Asuntos Exteriores, Carlos Ruckauf, que en un desayuno con periodistas extranjeros anuncia que en febrero los pa¨ªses del Mercosur empezar¨¢n a discutir sobre una moneda ¨²nica. ?El allanamiento a la sede del BBVA? 'Es un asunto del poder judicial', contesta. 'No puede afectar a las relaciones con Espa?a', a?ade.

Las protestas se extienden, como ocurre diariamente, a otras provincias como Jujuy, donde se registran violentos incidentes en La Quiaca, la misma localidad en la que medio centenar de desocupados encabezados por el p¨¢rroco espa?ol Jes¨²s Olmedo, realizaron un simulacro de crucifixi¨®n para expresar la desesperaci¨®n e impotencia. O en Neuqu¨¦n, donde empleados estatales se manifiestan para reclamar la libertad de varios sindicalistas detenidos. Y en Rosario, donde miles de personas hacen sonar las cacerolas. Un rumor crece y recorre el pa¨ªs. Se prepara el gran cacerolazo.