Un ej¨¦rcito 'invisible' tras los muros de Madrid
Uno de los ataques de estos xil¨®fagos demorar¨¢ un a?o la reforma del teatro Mar¨ªa Guerrero
Las entra?as de la ciudad no son inertes. Ni est¨¢n vac¨ªas. Muchos seres habitan en sus vastos espacios oscuros. En sus desoladas extensiones anidan animales de todos los tama?os. Nacen, crecen y comen, naturalmente. Pero algunos de ellos lo hacen de manera desmedidamente voraz. Es el caso de las termitas, insectos de reducido porte, aunque de osada acometida. Cinco casos serios concernientes a estos raros insectos fueron denunciados en distintos lugares de Madrid durante el pasado a?o, seg¨²n fuentes municipales. Los peores a?os, las denuncias graves suman hasta trece. Las termitas han atacado puntos tan distantes como el barrio de los M¨²sicos, en Chamart¨ªn, o el barrio de Justicia.
En el vientre de estos insectos viven protozoos que descomponen las celulosas de la madera
En casi todos los casos su acometida puso en peligro no visible, pero cierto, las estructuras de madera de otros tantos edificios. As¨ª lo reconoce Jos¨¦ Mar¨ªa C¨¢mara Vicario, veterinario que trabaja en los laboratorios municipales de la calle de Emigrantes, en el distrito de Hortaleza. Est¨¢ empe?ado en mitigar el miedo que este tipo de asunto suele desencadenar si no se informa debidamente. Pero admite que la informaci¨®n es el mejor ant¨ªdoto contra el temor: 'La vida de las termitas permanece vinculada a la madera', explica, 'sobre todo, a la madera h¨²meda. No se hacen visibles hasta que uno descubre su presencia detr¨¢s de un rodapi¨¦, por ejemplo. Cuando se retira la madera exterior', a?ade, 'cabe contemplar la eficacia de su tarea corrosiva: excavan profundas galer¨ªas por el interior de las vigas humedecidas hasta pulverizarlas por completo'. Humedades ten¨ªa precisamente uno de los teatros m¨¢s c¨¦lebres de Madrid: el Mar¨ªa Guerrero. En pleno zafarrancho de una reforma de su platea, iniciada en junio de 2000 y prefijada para su culminaci¨®n en diciembre de ese mismo a?o, nadie pod¨ªa sospechar que el verdadero drama del teatro se estaba desplegando, imperceptiblemente, en el coraz¨®n profundo de sus vigas de madera. Desde el exterior, nada se percib¨ªa.
Detr¨¢s del paseo de Recoletos y desde la entrada al teatro por la calle de Tamayo y Baus, las canalizaciones bajantes de su flanco izquierdo no permit¨ªan descubrir la presencia de muy grandes humedades. Cuando el edificio, propiedad del marqu¨¦s de Monasterio, fue construido por Ortiz de Villajos en 1885, era costumbre rodear las bajantes con una c¨¢mara de aire que camuflaba goteras y filtraciones.
'A punto de ser culminada la reforma de la platea en oto?o de 2000', explica Jos¨¦ Ram¨®n Zamora, responsable de mantenimiento de las obras del teatro 'en la primera planta, un operario apoy¨® la espalda en un muro; entonces, sorprendentemente, la pared cedi¨® del todo' indica Zamora. Un escalofr¨ªo estremeci¨® a cuantos presenciaron la escena: apenas quedaban unas semanas para reabrir el teatro.
Las obras no pod¨ªan, ya, limitarse a reformar la platea. As¨ª, desde el invierno de 2000 hasta ahora prosigue el reacomodo de la mayor parte de la estructura del teatro y la sustituci¨®n de casi las tres cuartas partes de sus vigas de madera por otras met¨¢licas, inatacables. 'Para acabar con las termitas han empleado hasta hace un mes dos l¨ªquidos que las envenenan', explica el responsable de mantenimiento.
Pero no es tan sencillo acabar con las termitas. El combate contra ellas se libra mediante calor, fr¨ªo o electricidad, incluso se han empleado ultrasonidos. En ocasiones se esparcen en la madera h¨²meda sustancias que las atraen. Despu¨¦s se sustituyen por un potente veneno que las elimina. ?sta ha sido la estrategia seguida contra las termitas en el teatro Mar¨ªa Guerrero. Sus devastadores efectos demorar¨¢n las obras hasta el oto?o.
Los grandes monumentos hist¨®ricos, con estructuras de madera, son blanco favorito de estos xil¨®fagos. Los conservadores del monasterio de El Escorial han sufrido durante siglos verdaderas pesadillas con las termitas. Y ello debido no s¨®lo a la enorme cantidad de madera que sus bastimentos acumulan, sino tambi¨¦n a la intensa humedad que impregna las faldas de Abantos. Adem¨¢s, pocos saben de la existencia de fuentes bajo el monasterio. Una, muy caudalosa, se esconde bajo el retablo de la Sacrist¨ªa. Solamente dos d¨ªas al a?o, tras un artificio mec¨¢nico que descorre La Comuni¨®n de Carlos II, de Claudio Coello, cabe aproximarse a la fontana: su armaz¨®n de piedra parece un t¨®tem capaz de ahuyentar a los insectos; mas la frescura que rezuma, rodeada de madera, se torna para las termitas en v¨ªspera gozosa de ambros¨ªa.
Silenciosas y voraces
Las termitas viven bajo tierra en colonias numerosas. Su principal funci¨®n ecol¨®gica consiste en el reciclaje de la madera. Se singularizan por poseer unos protozoos que anidan en sus conductos intestinales.As¨ª lo confirma Concepci¨®n Ormosa, profesora de Biolog¨ªa Animal y Biogeograf¨ªa Ib¨¦rica en la Facultad de Biol¨®gicas de la Complutense. Esos microorganismos degradan las enzimas que posee la celulosa de la madera, que, de esta manera, las termitas descomponen y metabolizan. En el mundo existen siete especies de termitas, dos de las cuales habitan en Espa?a:Kalotermes flavicolis y Rhinotermitidae; ¨¦sta es m¨¢s abundante en Madrid. Hace tres d¨¦cadas, la capital fue escenario de una campa?a muy amplia contra las termitas; pero, pese a prolongarse m¨¢s de dos lustros, han regresado a zonas de Lavapi¨¦s, Salamanca, Maravillas y otras del casco hist¨®rico. No s¨®lo se ceban en las edificaciones con madera vieja humedecida. Tambi¨¦n lo hacen en las construcciones modernas con estructuras met¨¢licas, donde goteras y aver¨ªas de fontaner¨ªa les facilitan su instalaci¨®n en parqu¨¦s, z¨®calos, puertas y rincones de los hogares. Las conducciones de agua les procuran un subsuelo h¨²medo, donde proliferan. En las casas abandonadas de muchos pueblos y ciudades, la falta de ventilaci¨®n impide la evaporaci¨®n de la humedad, con lo cual la erradicaci¨®n de los xil¨®fagos resulta muy dif¨ªcil. Las termitas son insectos sociales. A menudo son confundidas con hormigas, pero son muy distintas. Cuando el termitero alcanza cierto tama?o, libera un tropel de centenares de individuos alados, que buscan anidar, silenciosamente, junto a madera h¨²meda.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.