Yussufi arremete contra el poderoso consejero del rey de Marruecos
Le acusa de invadir competencias del Ejecutivo
Abderram¨¢n Yussufi, el d¨¦bil primer ministro socialista de Marruecos, arremete contra Andr¨¦ Azulay, el m¨¢s poderoso de los consejeros del rey Mohamed VI. Por sorprendente que parezca, el diario socialista Al Ittihad al Ichtiraki, del que es director Yussufi, se atrevi¨® ayer a criticar en un editorial a Azulay, al que reprocha su intromisi¨®n en los asuntos de gobierno. En el contexto marroqu¨ª, la andanada de Yussufi, por muy medidos que sean sus t¨¦rminos, es una bomba.
'Las tradiciones pol¨ªticas obligan a los consejeros del rey a no intervenir en la pol¨ªtica de una instituci¨®n constitucional como es el Gobierno y a no expresar juicios sobre su actuaci¨®n en las columnas de una prensa extranjera que no duda en criticar de forma vehemente la experiencia marroqu¨ª', reza el editorial del diario.
En unas declaraciones publicadas esta semana por el rotativo parisino Le Monde, Azulay se?alaba que los pobres resultados econ¨®micos logrados por el Ejecutivo marroqu¨ª eran achacables a la inexperiencia del actual equipo en el poder. Es, a?ad¨ªa, 'el precio de la alternancia' que empez¨® en Marruecos en 1998 con la llegada al poder de Yussufi.
'Azulay', prosigue el editorial, 'acostumbrado a elogiar a los antiguos Gobiernos, est¨¢ sembrando ahora la confus¨ª¨®n en cuanto a la supuesta existencia de otro Gobierno en la sombra paralelo al Gobierno leg¨ªtimo'. La v¨ªspera, el Comit¨¦ Central de los socialistas marroqu¨ªes hizo p¨²blico un comunicado en el que exig¨ªa el respeto de las prerrogativas constitucionales del Ejecutivo frente a la invasi¨®n de sus poderes por la monarqu¨ªa.
Los socialistas y buena parte de la clase pol¨ªtica marroqu¨ª consideran que Azulay es el cerebro de un plan para dinamizar la alertagada econom¨ªa del reino, que pasa por vaciar a un Gobierno amodorrado de sus competencias en materia econ¨®mica para convertir al Ministerio del Interior y a los walis (gobernadores), nombrados por el Palacio Real, en el motor de la modernizaci¨®n.
Tras una prolongada traves¨ªa del desierto despu¨¦s de la entronizaci¨®n de Mohamed VI, en julio de 1999, Azulay logr¨® el a?o pasado recuperar la influencia que ya ejerci¨® en tiempos de Hassan II. A finales de julio empez¨® a poner en pr¨¢ctica el plan con la designaci¨®n por el soberano de nueve walis de provincias claves que, en contra de la costumbre, no eran funcionarios de carrera del Ministerio del Interior, sino empresarios. Yussufi apenas fue informado de la iniciativa.
Dos meses despu¨¦s, un ex ministro de Comercio y de Finanzas, Driss Jettu, se hizo cargo de la cartera de Interior. La tercera fase del plan se desarroll¨® el 9 de enero, cuando el monarca pronunci¨® un discuso en el palacio real de Casablanca ante las ¨¦lites pol¨ªticas y empresariales marroqu¨ªes, a las que anunci¨® la ansiada apertura de las llamadas 'ventanillas ¨²nicas'. Agilizar¨¢n los tr¨¢mites que deben efectuar los inversores extranjeros y depender¨¢n de los walis, a las ¨®rdenes del titular de Interior, uno de los cuatro ministros nombrados por el rey.
La interpretaci¨®n de la prensa fue un¨¢nime. 'El poder real recupera las pocas prerrogativas que permenec¨ªan en manos del Gobierno (...)', recalcaba el semanario Demain. '(...) la transferencia de prerrogativas gubernamentales a los walis es quiz¨¢s una buena cosa para el mundo de los negocios, pero ?qu¨¦ pasa con la consolidaci¨®n democr¨¢tica?', se preguntaba el semanario La Verit¨¦.
El Gobierno call¨® entonces, pero las declaraciones de Azulay a Le Monde han colmado la paciencia de los socialistas. Por primera vez han levantado la voz y es probable que volver¨¢n a hacerlo de nuevo antes de las elecciones legislativas de septiembre pr¨®ximo. Intentar¨¢n evitar que se les eche la culpa de buena parte de los males de padece el pa¨ªs.
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