Davos en Nueva York
Parece una contradicci¨®n en t¨¦rminos, un pueblecito aislado entre monta?as trasladado a un gran hotel en medio de Manhattan, pero es la realidad de este a?o tan capic¨²a que comenzamos. Por primera vez, desde su existencia hace 21 a?os, exist¨ªan dudas sobre si celebrar este a?o el Foro Econ¨®mico Mundial en Davos, dados los problemas crecientes de seguridad y coste que esta reuni¨®n impon¨ªa a las autoridades del Ministerio del Interior suizo, especialmente en estos ¨²ltimos a?os de grandes manifestaciones de los movimientos antiglobalizaci¨®n. Los ataques terroristas del 11 de septiembre hicieron mucho m¨¢s f¨¢cil la decisi¨®n. Se celebrar¨ªa en Nueva York para demostrar la solidaridad del Foro con el pueblo de EE UU, y el lema fundamental de la reuni¨®n de este a?o mostrar¨ªa el nuevo escenario que ha surgido tras dichos ataques: 'Haciendo frente a la fragilidad: estrategias para recuperar el crecimiento y la cooperaci¨®n globales'.
Evidentemente, despu¨¦s de casi una d¨¦cada de auge sostenido, hemos pasado, como una exhalaci¨®n, a un tiempo de incertidumbre e inseguridad, del que casi nadie parece poder escaparse. Esta nueva situaci¨®n crea fuertes tensiones. Entre el imperativo de la lucha contra el terrorismo y la necesidad de proteger los derechos humanos, la privacidad y la libertad individual. Entre la urgente necesidad de incrementar la seguridad ciudadana y la importancia de no usarla para reducir o eliminar el imprescindible movimiento de personas, mercanc¨ªas, servicios, capitales y tecnolog¨ªa de todos los pa¨ªses del mundo, que son las bases sobre las que se ha sustentado este periodo de mayor auge y bienestar. Entre la mayor dedicaci¨®n a los problemas nacionales y la necesidad urgente de tomar una acci¨®n seria, por parte de los pa¨ªses ricos, para resolver los problemas de muchos pa¨ªses en desarrollo, cuyo futuro depende de que se termine de liberalizar el comercio agr¨ªcola y de manufacturas intensivas en mano de obra, de que se reduzcan las ingentes subvenciones agr¨ªcolas, de que reciban mayores vol¨²menes de inversi¨®n directa extranjera y de que se dediquen mayores porcentajes del PIB a la ayuda a la salud, a la educaci¨®n y a la reducci¨®n de la pobreza en estos pa¨ªses. Entre la necesidad de volver a una senda de crecimiento r¨¢pido y dar urgente atenci¨®n a los problemas del cambio clim¨¢tico, de las emisiones de CO2, de la bio¨¦tica, de la deforestaci¨®n, etc¨¦tera. Las mismas tensiones est¨¢n experimentando las empresas, que tienen que compaginar su logro de beneficios para dar una rentabilidad suficiente a los accionistas, con dedicar cada vez mayores esfuerzos y recursos a hacer frente a su responsabilidad comunitaria y social, a su comportamiento ¨¦tico, y a dar igualdad de oportunidades a la diversidad cultural, ¨¦tnica y de g¨¦nero de sus empleados.
?stos son algunos de los asuntos que discuten en NuevaYork los l¨ªderes empresariales, pol¨ªticos, cient¨ªficos, sociales, medi¨¢ticos y art¨ªsticos de muchos pa¨ªses del mundo. El ¨¦xito creciente de este Foro radica en que ha sido el primero que ha conseguido reunir a grandes empresarios, gobiernos, pol¨ªticos, cient¨ªficos, pensadores, artistas, representantes de los medios y, en general, de toda la sociedad civil -en un solo sitio y una vez al a?o- para discutir c¨®mo hacer frente a los retos que enfrenta el mundo. Se le puede tachar, sin duda, de elitista, ya que son unas mil grandes empresas las que son miembros y las que lo financian, y el resto de los que acuden lo hacen por invitaci¨®n; pero, aparte de que, l¨®gicamente, intenta contar con las mejores cabezas en cada tema, como en cualquier conferencia o simposio, tiene que haber unos patrocinadores que permitan financiar los costes fijos y la presencia del resto de los invitados (salvo que sean ejecutivos de empresas o pol¨ªticos), que son los que aportan su experiencia, sus conocimientos y sus diferentes puntos de vista. Por otro lado, la reuni¨®n tiene que tener un aforo limitado, que ya se ha excedido con creces, para que pueda dar lugar a un verdadero debate. Finalmente, el Foro permite tener contactos y f¨¢cil acceso a una serie de personas, en un solo lugar, que costar¨ªa mucho tiempo y dinero poder contactar en sus pa¨ªses de origen, lo que lo hace mucho m¨¢s eficiente y atractivo.
El hecho es que cada a?o tiene una mayor demanda por parte de nuevos miembros e invitados, porque los temas que se suscitan en los debates son m¨¢s candentes y globales, y las personas a las que se invita son m¨¢s diversas y con puntos de vista m¨¢s dispares y los debates son m¨¢s interesantes. Es decir, se va notando una mayor apertura a tener en cuenta las opiniones de otras personas y movimientos que pueden tener intereses muy diferentes e ideas muy dispares sobre c¨®mo hacer frente a los problemas mundiales y c¨®mo lograr, en definitiva, un mundo mejor para todos.
Guillermo de la Dehesa es presidente del Centre for Economic Policy Research.
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