La cara oculta del Madrid
Como esos lujosos edificios sostenidos por un precario equilibrio, el Madrid comienza a pagar la falta de garant¨ªas en ciertas posiciones, y especialmente la ausencia de jugadores potables en casos de emergencia. Su dependencia de las estrellas es tan grande que no admite t¨¦rminos medios. O sus cracks responden en los partidos a la altura de su prestigio o no encuentra alternativas para tramitar esos encuentros que se resuelven con resultados cortos, sin alardes en el juego, lo que se define como victorias estrictamente profesionales. Los ¨²ltimos partidos han servido para examinar el rendimiento de los jugadores complementarios -la fiel infanter¨ªa, digamos- en una situaci¨®n delicada, pero atractiva para medirles como futbolistas del Madrid.
Durante el primer trecho de la temporada, el Madrid apenas pudo reunir en la alineaci¨®n a Hierro, Roberto Carlos, Zidane, Figo y Ra¨²l. Algunos de ellos, Roberto Carlos y Zidane, pasaron m¨¢s tiempo con sus selecciones que en el equipo. Distracciones aparte, el Madrid ofreci¨® todos los s¨ªntomas que ahora reaparecen: no hab¨ªa un relevo con garant¨ªas para las estrellas. O peor a¨²n, algunos futbolistas llevaban con demasiada comodidad su condici¨®n de suplentes. Si a las sospechas sobre su verdadera capacidad para formar parte de la plantilla del Madrid se a?ade el aburguesamiento y un car¨¢cter flojo, la funci¨®n de los suplentes resulta insustancial. Est¨¢n pero no arreglan nada.
Las dificultades del Madrid en las ¨²ltimas semanas -dos puntos en tres partidos, graves problemas para marcar goles, juego cada vez m¨¢s mediocre, inconsistencia en casi todas las l¨ªneas- tienen la virtud de aclarar el diagn¨®stico del equipo, enmascarado detr¨¢s de la brillante aportaci¨®n de las estrellas durante los meses de noviembre y diciembre. Hasta el partido frente al Deportivo, por citar la divisoria entre aquel Madrid apabullante y ¨¦ste vulnerable.
Puesto que las cosas son como parecen, el diagn¨®stico del Madrid afecta a numerosas cuestiones:
1. Hierro resulta indispensable. Ha sido un lugar com¨²n que Hierro retrasaba la l¨ªnea defensiva. Es probable, pero sin Hierro la l¨ªnea est¨¢ m¨¢s retrasada a¨²n, tiene infinitamente menos poder en el juego a¨¦reo y sufre un calvario para mover la pelota.
2. Sin los desplazamientos largos de Hierro, el equipo tiene medio ojo tapado. Por tanto su juego es m¨¢s previsible.
3. Los grandes secundarios suelen hacer grandes a las pel¨ªculas. S¨®lo uno merece esta consideraci¨®n en el Madrid: Makelele. Da equilibrio, firmeza y quite al medio campo. No tiene recambio, ni nada que se lo parezca.
4. A Helguera le queda grande el medio campo, a pesar de su esperanzador regreso. Le falta dinamismo, orden, quite y control sobre las necesidades del equipo. Muy pronto tendr¨¢ que asumir lo que hicieron Hierro, Sanch¨ªs o Gallego: pasar del medio campo al centro de la defensa.
5. A Zidane es m¨¢s f¨¢cil verle en el Bernab¨¦u que fuera del Bernab¨¦u.
6. A Ra¨²l es f¨¢cil verle siempre.
7. Figo es importante, pero no desequilibrante. Ya no.
8. Roberto Carlos es la segunda arma ofensiva del Madrid, por detr¨¢s de Ra¨²l.
9. El Madrid necesita urgentemente un delantero centro.
10. Munitis, Flavio, Celades y McManaman son irrelevantes. No les alcanza para jugar en el Madrid. Solari es el ¨²nico suplente que ha estado a la altura de las circunstancias.
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