La dicha Breve
El Biblioteca Breve, que se concedi¨® el pasado lunes en Barcelona es, sin duda, un premio distinto, tanto en la forma como en el contenido. En lo que respecta a la forma, el premio de la editorial Seix Barral huye de la receta del Planeta y del Nadal, que podr¨ªa esquematizarse as¨ª: velada literaria que incluye cena en hotel de lujo con el supuesto aliciente de unas votaciones entre plato y plato a las que casi nadie presta atenci¨®n. Al final de la cena, se proclama el ganador, que casualmente pasaba por all¨ª y sube al estrado para decir que su sue?o fue siempre ganar el Nadal o el Planeta. Sigue una rueda de prensa multitudinaria y todo termina con una formaci¨®n de grup¨²sculos sospechosos y con unas copas que se alargan hasta la madrugada. En el Biblioteca Breve todo es al rev¨¦s. Para empezar, nada de cenas y nada de intrigas. Se empieza con una rueda de prensa al mediod¨ªa en la que est¨¢ presente el ganador, siguen unas copas en plan distendido y se acaba con una comida en las que nadie te marea con votaciones ni con quinielas ganadoras.
El Biblioteca Breve es un premio literario at¨ªpico: no hay votaciones del p¨²blico, ni cenas alargadas hasta la madrugada... Pero en 'pedigr¨ª' nadie le tose
Para hablar del contenido del premio, vale la pena remontarse a la lejana d¨¦cada de 1950, cuando el mundillo editorial barcelon¨¦s pasaba por tiempos dif¨ªciles, bajo la sombra del franquismo y de la censura. Carlos Barral, que hab¨ªa revolucionado la empresa familiar orient¨¢ndola hacia la narrativa de vanguardia, decidi¨® crear en 1958 el Premio Biblioteca Breve para buscar una narrativa distinta a la del Nadal y el Planeta. El premio inaugural fue para Las afueras, del hoy acad¨¦mico Luis Goytisolo, entonces un pipiolo de 23 a?os. En la trayectoria del Biblioteca Breve figuran nombres del prestigio de Garc¨ªa Hortelano, Caballero Bonald, Mars¨¦, Benet... En fin, la flor y nata. Tras coquetear durante un tiempo con el llamado 'realismo social', en 1962 el premio fue para La ciudad y los perros, del peruano Mario Vargas Llosa. La novela marc¨® el inicio del boom latinoamericano, refrendado posteriormente por Cien a?os de soledad, del colombiano Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, y por una serie de autores que tambi¨¦n ganaron el Biblioteca Breve, entre ellos el cubano Guillermo Cabrera Infante y el mexicano Carlos Fuentes.
El premio sufri¨® un par¨®n que parec¨ªa un punto final en 1972, pero en 1999 el editor Basilio Baltasar decidi¨® recuperarlo. En las cuatro ¨²ltimas ediciones ha sido para Jorge Volpi, Gonzalo Garc¨¦s, Juana Salabert y Mario Mendoza: tres latinoamericanos y una espa?ola. El ¨²ltimo ganador, el colombiano Mario Mendoza, parece haber sido elegido como una especie de homenaje a la editorial. Se llama Mendoza, como uno de los autores m¨¢s ilustres de Seix Barral: Eduardo Mendoza. Y se llama Mario, como Vargas Llosa y como Mario Lacruz, el editor que marc¨® durante a?os la trayectoria de Seix Barral. Por otra parte, procede de Latinoam¨¦rica, como una buena parte de los ganadores hist¨®ricos.
Mendoza (Mario, que no Eduardo) coment¨® que su novela Satan¨¢s tiene que ver con la relaci¨®n inquietante del mal con la literatura en los ¨²ltimos tiempos. Fue el suyo un discurso serio en el que hizo un repaso del tema que parec¨ªa exhaustivo para casi todos, pero se olvid¨® de que Pere Gimferrer estaba all¨ª. El hombre que lo sabe todo, miembro del jurado y director editorial en Seix Barral, puntualiz¨® que la novela ten¨ªa una clara relaci¨®n con un libro que Mendoza olvid¨® citar: Los cantos de Maldoror, del Conde de Lautr¨¦amont.
A la hora de las copas pudo verse a autores que enlazan con la anterior etapa de la editorial, como Cabrera Infante y Mars¨¦, ganadores del Biblioteca Breve en tiempos de Carlos Barral, y antiguos colaboradores del m¨ªtico editor, como Rosa Reg¨¢s, entonces trabajadora de la editorial y ahora flamante ganadora del Planeta. Croqueta en mano, hab¨ªa m¨¢s nombres ilustres, como Eduardo Mendoza, Almudena Grandes, Francisco Rico, Justo Navarro, Jos¨¦ Luis Gim¨¦nez Front¨ªn, Nuria Amat, Mercedes Abad, Imma Mons¨®, Flavia Company, Isabel-Clara Sim¨®, Pedro Zarraluki y un largo etc¨¦tera. Tambi¨¦n hab¨ªa editores, agentes literarias y gente de letras y de la croqueta en general, todos bien avenidos, al menos a primera vista.
A falta de rumores sobre qui¨¦n ser¨ªa el ganador, se cruzaron apuestas entre los asistentes sobre qui¨¦n era su agente literario. Es decir, sobre qui¨¦n se hab¨ªa movido con acierto entre bastidores para llevarse el gato al agua y el diez por ciento de los cinco millones de pesetas. Pero cuando el ganador dijo que no ten¨ªa agente se arm¨® un considerable revuelo, especialmente entre las agentes asistentes, que se apresuraron a dar su tarjeta a Mario Mendoza y a exponerle sus credenciales.
El premio, por cierto, se otorg¨® en un restaurante de la calle de Proven?a, el Principal, donde hab¨ªa hasta hace poco una librer¨ªa Happy Books y donde estuvo, hace ya m¨¢s a?os, la casa de los Carandell. Como se ve, el restaurante ten¨ªa el suficiente pedigr¨ª literario, y contaba con la ventaja a?adida de estar a un centenar de metros de la antigua sede de Seix Barral. Aquel famoso edificio, 'la casa oscura', ya no existe: se lo llev¨® la fiebre especuladora. Justo enfrente, sin embargo, se levanta un edificio en el que tienen su sede algunas de las editoriales del Grupo Planeta, entre ellas Seix Barral y Destino. Los a?os pasan y hoy el Nadal, el Planeta y el Biblioteca Breve, anta?o premios rivales, viven bajo el paraguas de Planeta.
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