Mi primer viaje con el euro
Un mes despu¨¦s de la entrada en circulaci¨®n del euro, los viajeros que llegan desde distintas ciudades europeas al aeropuerto de Barajas, en Madrid, celebran la simplificaci¨®n de no tener que cambiar pesetas por francos o marcos y el hecho de ahorrarse las comisiones bancarias. Pero tambi¨¦n est¨¢n asombrados al comprobar la diferencia de precios entre Espa?a y otros pa¨ªses de Europa.
Algunos turistas afirman que para pagar han hecho lo mismo en su ciudad que en el extranjero: mirar el precio en euros y traducirlo a pesetas. Sin embargo, poco a poco van conociendo el valor de las cosas m¨¢s habituales en la nueva moneda, lo cual permite tomar conciencia de la disparidad de precios. As¨ª, por ejemplo, Jos¨¦ Mart¨ªn, reci¨¦n llegado de Par¨ªs, se muestra sorprendido por el coste del transporte: 'Nos quej¨¢bamos de que en Madrid lo hubieran subido tanto este a?o , pero es que en Par¨ªs cuesta 9,30'. Y lo mismo se puede decir respecto a un caf¨¦ o la entrada de un museo: el Louvre, 7,50 euros frente a los 3 que cobran por entrar en el Prado.
En otras ciudades europeas la sensaci¨®n no es muy diferente. Mar¨ªa Villanueva ha pasado una semana de enero en Mil¨¢n: 'Es muy bonito entrar en una tienda al ladito del Duomo y pagar con las mismas monedas con las que compro en Madrid..., ?pero hacen falta muchas m¨¢s!', se lamenta. Nadie le ha puesto pegas, como es l¨®gico, en hacer pagos en euros. De hecho, en los 12 pa¨ªses de la eurozona los pagos en la moneda ¨²nica ya superan el 90% del total. 'Incluso en un caf¨¦ el camarero estuvo comentando el dise?o de la cara espa?ola', comenta Mar¨ªa.
Un poco m¨¢s complicado lo han tenido quienes, como Luis Aguirre, quer¨ªan deshacerse de las viejas monedas: 'Ten¨ªa en casa un mont¨®n de francos, pero ha sido complicado gastarlos. En las tiendas te los cogen y el cambio lo dan s¨®lo en euros, y las m¨¢quinas autom¨¢ticas ya est¨¢n s¨®lo para euros; al final ten¨ªa un l¨ªo enorme en el monedero entre euros, francos y pesetas'.
Todos los viajeros coinciden en que donde m¨¢s acusan la diferencia es en la comida. Manuel Rodr¨ªguez, que ha estado de visita en Francfort, se?ala que un almuerzo en un restaurante 'normal y corriente' no baja de los 20 euros, mientras que 'en Espa?a puedes comer por 15 f¨¢cilmente'. 'Y salir por la noche es peor: todos los sitios son de pago, a 20 euros la entrada'.
Superado el susto, ni en las agencias de viaje ni en Turespa?a tienen constancia de que la nueva moneda haya tra¨ªdo complicaciones: 'Al contrario', como explican en una oficina de Halc¨®n Viajes de Madrid, 'es todo m¨¢s sencillo'.
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