La Academia Catalana de Bellas Artes de Sant Jordi cataloga su obra escult¨®rica

Han pasado m¨¢s de 150 a?os. Desde 1847 no se hab¨ªa publicado ning¨²n cat¨¢logo de la colecci¨®n de escultura de la Academia Catalana de Bellas Artes de Sant Jordi. La centenaria instituci¨®n ha subsanado la carencia con una publicaci¨®n realizada por la acad¨¦mica y directora del Museo Mar¨¨s, Pilar V¨¦lez. En este volumen, junto a las obras de la colecci¨®n, se recogen las esculturas que forman parte de la decoraci¨®n del antiguo edificio de la Llotja. En el mismo volumen se catalogan las medallas y diversos moldes de yeso utilizados en su realizaci¨®n, que tambi¨¦n forman parte de la colecci¨®n. 'Es casi una tradici¨®n que los museos cataloguen las medallas junto a la escultura', justifica Pilar V¨¦lez.

Esta publicaci¨®n se suma al cat¨¢logo, realizado en 1999 por Francesc Fontbona y Victoria Dur¨¢, que inventari¨® toda la colecci¨®n de pintura, mucho m¨¢s importante en cuanto a n¨²mero que la de escultura y medallas, que en total suman 259 piezas. Este n¨²mero limitado de piezas no resta, sin embargo, calidad a las obras. Para Jordi Bonet, presidente de la Academia de Bellas Artes de Sant Jordi, 'se trata de la mejor colecci¨®n de escultura neocl¨¢sica que se puede encontrar en Espa?a'. La rotundidad de la afirmaci¨®n se basa sobre todo en las piezas de dos de los artistas considerados grandes maestros de la escultura europea del siglo XVII: Dami¨¤ Campeny, del que se poseen m¨¢s de veinte piezas, alguna tan destacada como Lucrecia moribunda, y Antoni Sol¨¤.