Dos retos m¨¢s para Muehlegg
La persecuci¨®n, el d¨ªa 14, y los 50 kil¨®metros, el 23, ser¨¢n los nuevos asaltos del fondista espa?ol al podio
Johann Muehlegg se dio un paseo en solitario con su turborreactor a 25,9 kil¨®metros por hora en un circuito dur¨ªsimo y a una altitud enorme, de 1.690 a 1.740 metros, para ganar los 30 kil¨®metros de esqu¨ª de fondo, estilo libre, con la mayor diferencia en esta prueba en unos Juegos: 2m 3,4s sobre el segundo. Una peque?a tos fue la ¨²nica secuela, moment¨¢nea, de su glorioso d¨ªa. Por la noche, cansado de esfuerzos, homenajes y emociones, recibi¨® la medalla de oro de manos de Juan Antonio Samaranch. El ahora presidente honorario del COI repet¨ªa as¨ª, 30 a?os m¨¢s tarde, su entrega de Sapporo 72, cuando a¨²n le faltaban ocho para ser presidente ejecutivo, a Francisco Fern¨¢ndez Ochoa.
Tras ganar una Copa y un Campeonato del Mundo, Muehlegg ya ha coronado las tres grandes cimas del esqu¨ª de fondo, pero a¨²n ir¨¢ por dos podios m¨¢s. Descartados los 15 kil¨®metros de ma?ana, en los que descansar¨¢, y las pruebas de sprint, que no van a su calidad de fondista nato, su nuevo ataque ser¨¢ el jueves, en la persecuci¨®n de 20 kil¨®metros, en la que en 2001 logr¨® la plata en los Mundiales de Lahti (Finlandia): tras los 10 primeros, estilo cl¨¢sico (esqu¨ªs en paralelo), el que peor le va, podr¨¢ sacar su fuerza y recortar distancias en los otros 10, estilo libre (patinador). Despu¨¦s tratar¨¢ de completar su cadena de haza?as el s¨¢bado 23, la v¨ªspera de la clausura, en los 50 kil¨®metros. Ser¨¢n estilo cl¨¢sico, a diferencia de en Lahti, donde gan¨® en libre, pues se van alternando en las grandes competiciones. Pero, ya en esa distancia, su poder de maratoniano puede compensarlo todo. Ser¨ªa su traca final.
Muehlegg hizo alardes de su agradecimiento a Espa?a desde que se envolvi¨® con la bandera en la meta hasta sus dedicatorias de su gran triunfo. De nuevo, a la familia real, a los que le han ayudado y al pueblo. 'Me ha costado mucho trabajo el cambio, pero ha merecido la pena'. Y es que Juanito es un perfeccionista, un hombre agradecido, que ha mirado siempre los m¨¢s m¨ªnimos detalles, incluidos los que le parec¨ªan influir mal espiritualmente, para encontrar su camino de tranquilidad. Por eso hasta dio las gracias a George Bush por haber mantenido los Juegos y montado una magn¨ªfica seguridad. En la cena, Juan Antonio G¨®mez Angulo, secretario de Estado para el Deporte, le transmiti¨® la felicitaci¨®n del Rey, que telefone¨® cuando estaba en una conferencia de prensa. G¨®mez Angulo pronunci¨® unas emotivas palabras, al igual que Alfredo Goyeneche, el presidente del COE, y Samaranch, ensalzando su talla deportiva y humana. El nuevo medallista de oro es un personaje especial, raro como todos los genios, pero con detalles humanos impresionantes. Por algo se abraz¨® tambi¨¦n efusivamente con Juan Algar, el ex presidente de la Federaci¨®n de Deportes de Invierno, forzado a dimitir, pero que fue de los que colabor¨® para traerle a Espa?a.
Su segundo gran momento de gloria lo vivi¨® cuando Samaranch le colg¨® del cuello la medalla m¨¢s pesada de la historia, 56 gramos de metal chapado en oro, en la plaza de la ciudad ante la mayor multitud jam¨¢s reunida en unos Juegos invernales: 20.000 personas en el anfiteatro construido para las ceremonias diarias. Cuando sonaba el himno espa?ol y sub¨ªa la bandera al m¨¢stil, su emoci¨®n iba mucho m¨¢s all¨¢ de las nacionalidades. No llor¨®, pero se sinti¨® m¨¢s feliz que nunca. Cuando le preguntan por qu¨¦ dej¨® Alemania y si dedica sus ¨¦xitos a Espa?a, siempre contesta: 'All¨ª no estaba bien. Doy las gracias a todos los que me han ayudado en Espa?a. Por eso les dedico mis medallas. Todos los triunfos son para Espa?a. Pero lo m¨ªo es un deporte individual, el esfuerzo de un atleta. No es como el f¨²tbol, con el que se puede identificar m¨¢s una naci¨®n'. Dicho de modo sibilino: ¨¦l se ha buscado la vida y su trabajo le ha costado.
Cumplida su primera y mejor meta, estaba euf¨®rico: 'Todo fue perfecto. El material, mi forma, la t¨¢ctica, la pista, el sol, el tiempo, la organizaci¨®n... Todo ha sido una gran fiesta'. En la cena, a la que lleg¨® hambriento, se brind¨® dos veces. Con vino y champa?a. Y tambi¨¦n resisti¨® hasta el final.
La altitud, clave
Una de las bases de su victoria, aparte de conocer el recorrido, donde gan¨® dos pruebas en la pasada Copa, ha sido su adaptaci¨®n a la altitud para mantener su esfuerzo enorme con menos ox¨ªgeno: 'Me he estado entrenando cinco o seis meses en glaciares y altura. Sab¨ªa lo importante que era. He estado confinado como en Alcatraz. Pero llevaba dos a?os preparando los Juegos y sab¨ªa que era muy importante, al margen de la dureza del recorrido. Esto es un trabajo y hab¨ªa que sacrificarse para poder ganar'.
La pista de Soldier Hollow es un hueco sin soldado, pero con muchas cuestas: 1,144 kil¨®metros en cada vuelta, de 7,5, y algunas con casi 50 metros de desnivel vertical en apenas un kil¨®metro. Pero su dureza se magnifica al estar entre los 1.690 y los 1.740 metros de altitud, al borde de lo permitido.
La influencia de la altura de Salt Lake se ha comprobado en el patinaje de velocidad, apoyado por el excelente hielo del estadio Oval. En este caso, en llano, se unen la adaptaci¨®n a la altitud y la mejor penetraci¨®n en un aire con menos ox¨ªgeno. El holand¨¦s Uytdehaage logr¨® el primer r¨¦cord mundial: 6m 14,66s en los 5.000 metros, a 48,04 kil¨®metros. por hora.
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