Tiempo y dinero
Era esperada la reapertura de los mercados argentinos para valorar la respuesta de los agentes al ¨²ltimo plan econ¨®mico presentado por el Ejecutivo de Duhalde. La decisi¨®n de dejar flotar al peso implica enfrentarse a un riesgo potencial de depreciaci¨®n continua en los mercados de cambio, alimentando los temores a que se regenerase una espiral inflacionista. Siendo conscientes de la necesidad de limitar este posible desplome, todo indica que el Banco Central ha frenado en su primer test el recorrido del peso, que ha llegado incluso a apreciarse desde cotizaciones de 2,30 a niveles inferiores a las 2 unidades frente a la divisa estadounidense.
Podr¨ªa argumentarse que las cesiones del peso desde la ruptura del currency board han sido ya de una magnitud suficiente, pues no debe olvidarse que el ajuste alcanza ya un 50%. Los precedentes m¨¢s paradigm¨¢ticos en la regi¨®n, el peso mexicano y el real brasile?o, concluyeron con devaluaciones de similar cuant¨ªa, si bien es cierto que despu¨¦s de corregir alguna sobre reacci¨®n inicial a medida que ambos gobiernos fueron ganando en credibilidad.
Pero cada crisis hace su historia, y las diferencias con otros estallidos son notorias. Las armas con las que cuenta el Banco Central argentino frente a s¨ªmiles anteriores son la capacidad de intervenir y las numerosas restricciones que a¨²n mantiene en la operativa de divisas. No s¨®lo porque los pagos de importaciones necesitan una autorizaci¨®n del Banco Central, sino tambi¨¦n porque las entidades bancarias de la capital se han comprometido con el Banco Central a no vender d¨®lares y adem¨¢s a identificar a los compradores de d¨®lares.
Es evidente que con semejantes limitaciones el reflejo de la realidad que ofrece el mercado es poco representativo. Pero ¨¦ste es un arma de doble filo. A priori, que los mercados no dispongan de la informaci¨®n suficiente no parece la estrategia m¨¢s adecuada, y no hace sino alargar la incertidumbre de los ahorradores e inversores.
Las autoridades necesitan ganar tiempo y contrarrestar los temores a la tan temida hiperinflaci¨®n y de nefasto recuerdo para los argentinos apenas hace una d¨¦cada. El registro de enero, con un crecimiento de los precios del 2,3% mensual, invierte un ciclo deflacionista, pero no supone un repunte que deba alarmar en una econom¨ªa tan dolarizada como ¨¦sta. Es prematuro extraer conclusiones con los datos de un solo mes y probablemente la sensibilidad de los precios al tipo de cambio ser¨¢ m¨¢s acusada en los pr¨®ximos. Resulta vital que las expectativas de inflaci¨®n no trunquen las ganancias de competitividad derivadas de la devaluaci¨®n del peso.
Otra inc¨®gnita de no menos calado es la forma en que este Gobierno va a poder financiar su d¨¦ficit p¨²blico, m¨¢s a¨²n cuando su presupuesto peca de voluntarismo. La econom¨ªa va a estar inmersa en una recesi¨®n que puede aproximarse m¨¢s al 10% de ca¨ªda del PIB que al 5% que han recogido las previsiones oficiales. Tras cerca de un lustro de recesi¨®n, no parece razonable que este pa¨ªs se vea obligado a sufrir medidas restrictivas adicionales, pero no deber¨ªan dejarse demasiadas respuestas a la interpretaci¨®n libre de los inversores. Aunque se ha anunciado que s¨®lo se va a apelar a la expansi¨®n monetaria por una cuant¨ªa limitada, existe un riesgo latente de que se cubran las necesidades extraordinarias del Estado con creaci¨®n de dinero y de alimentar las presiones inflacionistas.
Muchas preguntas a¨²n quedan sin responder, por lo que no es correcto valorar positivamente la aparente vuelta del peso argentino por debajo de 2 unidades por d¨®lar. Al menos la decisi¨®n de dejar flotar la moneda va en la direcci¨®n adecuada, y a diferencia de los anteriores intentos, el plan de Duhalde ha recibido el respaldo verbal de la comunidad internacional y de los potenciales financiadores de un plan de salvamento. Esperemos que este cr¨¦dito con el tiempo no se agote, porque tiempo y dinero son las dos carencias m¨¢s apremiantes de la econom¨ªa argentina.
C¨¦sar Cantalapiedra es director de an¨¢lisis de Analistas Financieros Internacionales.
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