Los militares venezolanos rebeldes niegan autoridad moral a Ch¨¢vez
El coronel Soto y el capit¨¢n Flores comparecen ante sus superiores
Escoltados por una nube de periodistas y de simpatizantes civiles que maldec¨ªan a Hugo Ch¨¢vez, los dos militares alzados contra su presidencia acudieron ayer a sus respectivas armas para negar que hayan cometido delito alguno porque la Constituci¨®n Bolivariana les permite expresar sus opiniones. El capit¨¢n Pedro Luis Flores qued¨® en libertad, aunque ser¨¢ sometido a un Consejo de Investigaci¨®n castrense, que decidir¨¢ si se le sanciona.
'No me entrego, porque no soy un delincuente. Voy a dialogar', dijo el coronel Pedro Soto. Antes, sus abogados anunciaron que rechazar¨¢n ese tribunal, o un juicio militar, si las vistas no son p¨²blicas.
El oficial de la Guardia Nacional, de 35 a?os, y el jefe de aviaci¨®n, de 48 a?os, que anoche permanec¨ªa despachando con sus superiores, se personaron por la ma?ana ante sus respectivos mandos antes de que se cumpliera el plazo de 72 horas dado para hacerlo. Cientos de personas, con gritos, cacerolas y pancartas, acompa?aron a los dos militares hasta la Comandancia General de la Guardia Nacional y hasta la base a¨¦rea La Carlota, en las proximidades de Caracas. Varias autopistas de circunvalaci¨®n fueron colmadas por miles de personas que bat¨ªan cacerolas y bocinas contra las pol¨ªticas y modos de Ch¨¢vez.
Tambi¨¦n el oficialismo, compaginando los carnavales con la adhesi¨®n revolucionaria, se manifest¨® en una caravana automovil¨ªstica de disfraces y esl¨®ganes que recorri¨® varias calles sin encontrarse con sus adversarios. Pedro Vicente Soto y Pedro Luis Flores mantuvieron su rebeld¨ªa hasta el final, y una constante en sus declaraciones, y en las efectuadas por sus seguidores, fue denunciar las relaciones de Ch¨¢vez con la guerrilla colombiana e identificar el rumbo del proceso venezolano con el cubano: 'Protestamos contra el Gobierno totalitario que nos quieren imponer, como Castro'. 'Ch¨¢vez, vete a La Habana con tu novio Fidel', dec¨ªa una de las pancartas.
Un teniente coronel, identificado como Hugo S¨¢nchez, se sumar¨¢ pronto a sus protestas, dijo Soto. Las frecuentes comparecencias del presidente en uniforme, sus invectivas contra la oposici¨®n y la ambig¨¹edad de la Constituci¨®n aprobada en refer¨¦ndum en diciembre de 1999, que incluy¨® las prioridades impuestas por la mayor¨ªa oficialista, al copo en la Asamblea Constituyente, constituyen ahora el arma arrojadiza contra el Gobierno. Sin un liderazgo claro, pero con un denominador com¨²n, sacar al comandante del Estado de Barinas del palacio de Miraflores, no cesan las concentraciones de repulsa. Las integran, sobre todo, la clase media, minoritaria en el padr¨®n electoral, pero abrumadoramente influyente, la gran mayor¨ªa de los profesionales, y quienes, desde sectores m¨¢s empobrecidos o desde la izquierda moderada, renegaron de Ch¨¢vez al atribuirle la divisi¨®n nacional y ning¨²n avance en el bienestar econ¨®mico.
Los dos militares, y los coroneles y generales en retiro que les respaldan, sostienen que Ch¨¢vez no tiene autoridad moral para condenarles porque desarrolla su proselitismo en traje de campa?a y galones y utiliza a las Fuerzas Armadas, y sus instalaciones, en beneficio de su partido: el Movimiento Quinta Rep¨²blica (MVR). La Carta Magna no establece taxativamente la subordinaci¨®n de las Fuerzas Armadas a la legalidad vigente, representada por el Gobierno de turno, y en su art¨ªculo 330 se?ala que sus miembros tienen derecho al voto 'sin que les est¨¦ permitido optar a cargo de elecci¨®n popular, ni participar en actos de propaganda, militancia o proselitismo pol¨ªtico'.
El art¨ªculo 328 precisa que 'en el cumplimiento de sus funciones, est¨¢n al servicio exclusivo de la naci¨®n y en ning¨²n caso al de persona o parcialidad pol¨ªtica alguna'. 'Nosotros s¨®lo hemos llamado la atenci¨®n sobre lo que est¨¢ ocurriendo en Venezuela', justificaron Soto y Flores al descartar en su comportamiento parcialidad a favor de un partido determinado.
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