El ex presidente de Enron se niega a declarar ante la ira del Senado
Kenneth Lay, el amigo de George W. Bush que hace un a?o pudo entrar en el Gobierno republicano, opt¨® ayer por callar y aguantar una lluvia de insultos en el Senado. El ex presidente de Enron no tuvo m¨¢s remedio que comparecer ante un comit¨¦ investigador, tras recibir una convocatoria ejecutiva, pero invoc¨® la Quinta Enmienda y ejerci¨® el derecho a no prestar un testimonio que pudiera perjudicarle. 'Estoy profundamente turbado por ejercer esos derechos', dijo, 'porque puede pensarse que tengo algo que ocultar, pero no puedo hacer caso omiso a las instrucciones de mis abogados'.
La comparecencia de Kenneth Lay era uno de los momentos m¨¢s esperados en la investigaci¨®n, cada vez m¨¢s amplia, que realizan ambas c¨¢maras del Congreso en torno a la quiebra de Enron. Se sab¨ªa ya que Lay se negar¨ªa a declarar. Lo que el p¨²blico y los parlamentarios quer¨ªan era la imagen de un hombre todopoderoso unos meses atr¨¢s, con pleno acceso a la Casa Blanca y una enorme influencia sobre Bush, sentado humildemente y expuesto a la ira p¨²blica. Tambi¨¦n se esperaba que los senadores de la comisi¨®n, dur¨ªsimos con todos los testigos anteriores, quiz¨¢ para que no se notara que durante a?os recibieron generosas donaciones de Lay y Enron, fueran especialmente severos con el supuesto principal responsable de la quiebra m¨¢s voluminosa de la historia. Y, en ese sentido, los senadores, especialmente los republicanos, otrora principales beneficiarios del dinero de Lay, no decepcionaron.
'Yo dir¨ªa que es usted un payaso, pero no ser¨ªa justo con los payasos', le espet¨® el republicano Peter Fitzgerald, quien, en plena diatriba, le llam¨® tambi¨¦n 'estafador'. El dem¨®crata Byron Dorgan record¨® que la quiebra de Enron hab¨ªa tenido 'un impacto devastador' en miles de trabajadores y millones de accionistas, y que se hab¨ªa cometido 'un fraude contra la confianza' del p¨²blico. 'Obviamente, se?or Lay, la rabia aqu¨ª es palpable', coment¨® el dem¨®crata John Kerry.
Lay lo soport¨® todo en silencio. Tras ¨¦l se sentaba su hija. Su mujer, que le calific¨® de 'v¨ªctima' en una entrevista televisada, prefiri¨® no viajar a Washington. Menos insultantes que los exabruptos de la comisi¨®n, pero m¨¢s duras de o¨ªr, debieron resultarle a Lay las palabras de otro testimonio del d¨ªa, el profesor William Powers, miembro del consejo de Enron y autor de un reciente informe sobre las causas de la cat¨¢strofe. Powers repiti¨® que abundaban los indicios de ilegalidad en la gesti¨®n de la empresa y afirm¨® que sobre Lay, como fundador, presidente y firmante de numerosos documentos, pesaba 'una responsabilidad especial'. Lay fue el quinto directivo de Enron que se acogi¨® a la Quinta Enmienda ante el Congreso; Jeff Skilling, que ocup¨® la presidencia de la compa?¨ªa durante una breve ¨¦poca, s¨ª accedi¨® a declarar, pero result¨® poco convincente: una de las comisiones estudia la posibilidad de acusarle de perjurio. Toda esa serie de comparecencias son el pr¨®logo de un futuro proceso penal, que comenzar¨¢ en cuanto el FBI complete la investigaci¨®n criminal.
Una de las consecuencias indirectas del caso Enron ha sido la reactivaci¨®n de las propuestas parlamentarias sobre reforma de la ley de financiaci¨®n pol¨ªtica, para evitar la influencia excesiva de las empresas sobre los partidos. Un proyecto aprobado ya en 2001 por el Senado se votar¨¢ hoy o ma?ana en la C¨¢mara de Representantes; la opini¨®n p¨²blica lo apoya masivamente, pero George W. Bush ha dado instrucciones a los republicanos para que lo frenen 'discretamente' con maniobras dilatorias.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.