Paisaje previo a la batalla

Con tratarse para algunos de las elecciones m¨¢s importantes desde la instauraci¨®n por De Gaulle de la V Rep¨²blica, a la mayor¨ªa de los franceses no parece importarles demasiado la pugna presidencial de abril y mayo, ni la devoci¨®n que les ha declarado el presidente Jacques Chirac, a la baja en los sondeos, al anunciar la semana pasada su candidatura a la reelecci¨®n. Una encuesta reciente dice que al 68% le interesan nada o muy poco los pr¨®ximos comicios presidenciales y legislativos (¨¦stos, en junio), que decidir¨¢n el perfil pol¨ªtico de Francia para los pr¨®ximos cinco a?os.

Parte del desinter¨¦s puede tener que ver con una sensaci¨®n de dej¨¢ vu. La campa?a que se avecina, a la espera de que el primer ministro, Lionel Jospin, anuncie su presentaci¨®n, tiene mucho de lo visto en 1995. Quiz¨¢ por ello, un 65% no quiere una segunda vuelta que enfrente a Chirac y al actual jefe del Gobierno socialista. La teor¨ªa sugiere que la reducci¨®n a cinco a?os del mandato presidencial, para equipararlo con el del Parlamento, ayudar¨¢ a que los votantes elijan una Asamblea y un presidente del mismo color pol¨ªtico y evitar un nuevo experimento de cohabitaci¨®n, ya manido en el pa¨ªs vecino. Tampoco favorecen el entusiasmo preelectoral las m¨²ltiples acusaciones de corrupci¨®n volando tanto en la direcci¨®n de los fragmentados gaullistas como de los socialistas.

Chirac no tiene ni un programa claro ni demasiados logros que ofrecer a los votantes tras su septenato en la jefatura del Estado; pero es un hecho que su talante mercurial y comunicativo seduce m¨¢s a sus conciudadanos que el aire distante y erem¨ªtico del primer ministro Jospin. Su permanencia a cubierto en El El¨ªseo, donde controla la pol¨ªtica exterior y la defensa, le permite criticar las pol¨ªticas concretas de su rival, se trate de la creciente delincuencia, el desempleo o el descenso del poder adquisitivo franc¨¦s en la liguilla de la UE. Quiza por ello los franceses han comenzado a prestar atenci¨®n a un tercer hombre, el veterano ex ministro socialista Jean Pierre Chev¨¨nement, un nost¨¢lgico nacionalista de izquierdas en ascenso electoral y que pretende que el presidente y el jefe del Gobierno son dos caras de la misma moneda. Si restase suficientes votos en la primera vuelta, el 21 de abril, a los dos contendientes estelares, podr¨ªa cambiar el dibujo de las presidenciales.