La bravura y la cordura alivian al Bar?a
Kluivert, después de un golpe de genio de Puyol, empató al final el partido arduo y feo que planteó el Roma
Le falta al Bar?a crecer un palmo todavía para mirarse al Roma de soslayo y, consecuentemente, resulta difícil aventurar su suerte en la Liga de Campeones. La sofisticada organización italiana defendió el empate de rigor frente a la máquina de ataque azulgrana, tan enérgica como cambiante, igual de ineficaz durante tres cuartos de hora con el tridente como solvente en el último arreón, cuando Rexach devolvió al equipo a sus orígenes y Xavi reivindicó la figura del medio centro.
BARCELONA 1| ROMA 1
Barcelona: Reina; Puyol, Christanval, Frank de Boer, Sergi (Xavi, m.74); Luis Enrique, Cocu, Motta (Rochemback, m.68); Saviola (Overmars, m.56), Kluivert y Rivaldo. Roma: Antonioli; Zebina, Samuel, Panucci; Cafú, Tomassi, Emerson, Lima (Guigou, m.74), Candela; Totti (Del Vecchio, m.80); y Batistuta. Goles: 0-1. M.57. Panucci, libre de marcaje en el interior del área, envía a la red a la media vuelta tras recoger un centro en una falta lanzada desde la izquierda por Candela. 1-1. M.82. Puyol le roba el balón a Candela cerca del banderín de córner y su centro desde la derecha lo remata Kluivert con un disparo alto e inapelable desde el punto de penalti. ?rbitro: G. Veissiere (Francia). Mostró tarjeta amarilla a Samuel, Rivaldo y Panucci. Camp Nou. Casi lleno. Más de 85.000 espectadores.
Ante un equipo entrenado y montado para disecar al contrario, el mérito barcelonista estuvo en negarse a firmar la derrota en un ejercicio de bravura y amor propio que le reportó un punto que cuando menos no descuenta.
El empate fue recibido con alivio en el bando local, que ante todo se exigía no perder, aun cuando ahora le aguardan dos partidos delicados en campo ajeno. El resultado expresa ante todo el punto muerto en el que está el Barcelona, que ha recuperado la moral de victoria en plena contradicción futbolística ofensiva: a partir del tridente o con el medio centro y los extremos.
El medio centro se reivindica
Alrededor del Barcelona, y también de la selección espa?ola, se ha creado un debate táctico interesante en torno a la figura del medio centro. La eliminación de los extremos, en beneficio del tridente (Saviola, Kluivert y Rivaldo), provocó la sustitución del medio centro. Xavi fue el gran sacrificado en el partido contra el Deportivo. No pareció una medida coyuntural y la prueba estuvo en la alineación de ayer frente a un rival tan diferente como el Roma. Rexach, sin embargo, acabó por recurrir a Xavi y con su entrada el equipo recuperó una cultura futbolística que se daba por superada desde que Guardiola anunció su adiós. Volvió a jugar el Bar?a con tres zagueros, las bandas muy abiertas y un organizador. El gol del empate llegó en un acto de bravura de Puyol, pero el equipo había recuperado el dibujo, el criterio y una forma de jugar conocida.
A Rexach se le abre de nuevo un conflicto para el próximo partido: tirar o no de Xavi con todo lo que ello supone más allá del nombre del futbolista. Ya no se trata de analizar si Xavi puede ocupar la plaza de Guardiola, sino de si el Bar?a está hecho para jugar o prescindir del medio centro atendiendo no sólo a la nómina de los jugadores del primer equipo, sino al trabajo que viene realizando en la cantera y en el que sobresale el triángulo que forman en el filial Iniesta, Babangida y Nano. Iniesta, al igual que Arteta y Xavi, responden a una manera de entender el juego que un día está bajo sospecha y al siguiente en el altar.
Más allá del debate en torno a Saviola, Overmars, Geovanni o de que Luis Enrique pueda ser más solvente como enganche que como extremo, el criterio de Xavi es digno de ser tenido en cuenta o, al menos, de no ser enterrado a la primera victoria, por más hermosa que fuera, como la obtenida ante el Depor.
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