Enrique Viana esgrime amor-odio a la ¨®pera en 'La locura de un tenor'
El cantante escenifica en El Escorial su ¨¢cida visi¨®n del g¨¦nero l¨ªrico
Est¨¢ de vuelta, pero no ha llegado. Enrique Viana, cantante de ¨®pera, profesor de canto, examinador venenoso de la vida y el espect¨¢culo ha cambiado los tules pomposos que a veces visten la ¨®pera por el mon¨®logo hablado y desnudo del teatro.
El domingo, en el Real Coliseo Carlos III de San Lorenzo de El Escorial, este showman alocado, de torrente verbal y descaro muy desmedido, estrena La locura de un tenor, un espect¨¢culo que lleva como ap¨¦ndice esta frase: Pi¨¦rdale el miedo a la ¨®pera.
'Yo le he perdido el miedo y un poco el respeto tambi¨¦n', cuenta Viana, hombre elegante, moreno, con perilla y un cierto aspecto de hermano menor de familia aristocr¨¢tica que se busca a s¨ª mismo en las mejores universidades de la vida. 'Este espect¨¢culo sale del amor y del odio a la ¨®pera', dice quien la conoce a fondo. 'Tiene su parte hablada, su argumento, sus personajes, su parte cantada, con arias muy dif¨ªciles de ¨®peras como El barbero de Sevilla, de Rossini; La hija del regimiento, de Donizetti; Romeo y Julieta, de Gounod; Los pescadores de perlas, de Bizet, adem¨¢s de un sentido del humor retorcido y mucha mala leche', comenta.
En el espect¨¢culo predominan los compositores belcantistas, que son la especialidad de este cantante a quien los des¨®rdenes arm¨®nicos le revuelven el est¨®mago. 'Son partes tremendamente dif¨ªciles, elegidas a prop¨®sito para que la gente se d¨¦ cuenta de lo que vale uno'. Y tanto, porque Viana es tenor en la pieza, tambi¨¦n se abriga con los plumajes de una mezzosoprano -'que es lo que he querido ser siempre', dice- y est¨¢ acompa?ado en escena por Manuel Burgueras, que le replica con el piano, y una soprano que es un maniqu¨ª con la cabeza cortada. As¨ª de claro, de contundente. 'No se salva nadie, ni los directores de escena, ni los m¨²sicos, ni los pol¨ªticos, y mucho menos los divos', afirma Viana.
Gira por la Comunidad
No es que se despida de los escenarios oper¨ªsticos por ahora voluntariamente, aunque muchos, despu¨¦s de ver La locura del tenor, puede que s¨ª le vayan a dar el finiquito. Quiz¨¢ diga adi¨®s a un mundo y salude a otro menos glamouroso, m¨¢s de c¨®mico de la legua. Su intenci¨®n es llevar el espect¨¢culo por toda la Comunidad de Madrid y que le llueva por su nueva aventura actoral el desprecio de los c¨ªrculos de la l¨ªrica.
Es una cuenta que ten¨ªa que pagar. 'Despu¨¦s de tantos a?os metido en ese mundo, ten¨ªa que salirme algo de esto, porque llegas a desenga?arte con tantas malas jugadas'. ?l se siente atra¨ªdo por la ¨®pera desde que le llevaron sus padres por primera vez. 'Ten¨ªa cuatro a?os y fuimos a ver Madame Butterfly, de Puccini, con Montserrat Caball¨¦ y Bernab¨¦ Mart¨ª, felizmente casados en la vida real.
Despu¨¦s de haber probado de todo y no hacerse rico con el canto, Enrique Viana ha decidido darle una oportunidad al teatro.
En el mismo escenario donde este artista presentar¨¢ el domingo su trabajo (que siguen atentamente los programadores de la Comunidad) el s¨¢bado se representa una opereta, Don Pasquale, adaptaci¨®n de la obra de Donizetti, con direcci¨®n esc¨¦nica de Juan Jos¨¦ Alonso Mill¨¢n y direcci¨®n musical de David Bar¨®n.
Y los seguidores de la ¨®pera tienen otra cita en la capital en el Teatro Real, donde la soprano Ver¨®nica Villarroel canta en Falstaff, de Verdi.
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