La presidencia espa?ola ve serios obst¨¢culos para la ampliaci¨®n de la UE
Aznar inicia el martes en Chipre el ¨²ltimo tramo de su gira por los pa¨ªses candidatos
La ampliaci¨®n de la Uni¨®n Europea hacia el Este, un proyecto pol¨ªtico fundamental para resta?ar definitivamente la herida entre las dos Europas, e incluso entre el mundo cristiano y el musulm¨¢n cuando llegue el turno de Turqu¨ªa, encuentra obst¨¢culos dif¨ªcilmente salvables y bien identificados por la actual presidencia espa?ola de la Uni¨®n. El calendario, que lleva ya dos a?os de retraso, prev¨¦ que Polonia, Hungr¨ªa, Rep¨²blica Checa, Eslovaquia, Eslovenia, Lituania, Letonia, Estonia, Chipre y Malta, entren en 2004. Serios problemas financieros y pol¨ªticos pueden aplazar esa fecha.
El calendario de la nueva UE prev¨¦ la entrada de 10 pa¨ªses en el a?o 2004
Problemas financieros y pol¨ªticos pueden atrasar la futura ampliaci¨®n prevista
El presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, tendr¨¢ que aplacar a partir del martes en Chipre y Malta, y la semana que viene en Hungr¨ªa, Letonia y Lituania, las inquietudes y la irritaci¨®n de estos pa¨ªses que lamentan que la UE flaquee a la hora de consolidar las costosas transformaciones pol¨ªticas y econ¨®micas que la mayor¨ªa de ellos ha realizado tras la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn en 1989. Con estas visitas, concluir¨¢ la gira que Aznar ha realizado, en calidad de presidente de turno de la UE, por los pa¨ªses candidatos. En ella ha incluido a Rumania y Bulgaria, que no est¨¢ previsto que entren en el primer turno, y a Turqu¨ªa, el pa¨ªs que arroja mayor dificultad.
El jueves, 7 de marzo, Aznar se entrevistar¨¢ en Berl¨ªn con Gerhard Schr?der, que preside el Gobierno que est¨¢ planteando los problemas m¨¢s serios para la ampliaci¨®n: los de tipo financiero. El m¨¢s dif¨ªcil de resolver es, sin embargo, la cuesti¨®n de Chipre, que resume el enfrentamiento hist¨®rico entre Grecia y Turqu¨ªa. La objeci¨®n general que pudiera plantearse frente a Eslovaquia, en el caso de que el l¨ªder ultranacionalista Vlad¨ªmir Meciar volviera al poder tras las elecciones del pr¨®ximo oto?o, y las quejas de Austria contra la Rep¨²blica Checa por los riesgos de la central nuclear de Temmelin completan un panorama en el que el proyecto de una Europa unida corre riesgo de descarrilar cuando la situaci¨®n internacional alcanza cotas de tensi¨®n desconocidas desde los peores a?os de la guerra fr¨ªa.
Reparto de las cargas
El ingreso de los nuevos miembros va a incrementar unos presupuestos de la UE que ya son motivo de queja para los pa¨ªses que aportan a la caja com¨²n m¨¢s de lo que sacan de ella, y que aspiran a recortar en el futuro, si no a suprimir, pol¨ªticas que como la agr¨ªcola o la de desarrollo regional, son fuentes importante de gasto. A fin de que las negociaciones de adhesi¨®n con los candidatos no degeneren en una pelea entre los 15 socios actuales por el reparto de las cargas, se ha establecido un doble principio sin el que, seg¨²n se dice, ser¨ªa imposible avanzar: el presupuesto de la ampliaci¨®n debe mantenerse dentro de unos l¨ªmites ya fijados, en Berl¨ªn en 1999, y las negociaciones con los pa¨ªses candidatos deben tener como objetivo las actuales pol¨ªticas comunitarias, quedando aplazado hasta despu¨¦s de la ampliaci¨®n el debate sobre la reforma futura de las mismas.
La realidad, seg¨²n la diplomacia espa?ola, es que este dogma de la ampliaci¨®n est¨¢ siendo cuestionado. Alemania, y otros pa¨ªses como Holanda o el Reino Unido que por ahora guardan silencio mientras los alemanes hablan, ha cuestionado las perspectivas financieras de Berl¨ªn en las ¨²ltimas reuniones del Ecofin y en el reciente consejo informal de ministros de Exteriores celebrado en C¨¢ceres. Tambi¨¦n Francia plantea pegas, aunque de otro tipo. Par¨ªs cree que la Comisi¨®n descubri¨® pronto sus cartas al presentar a los candidatos el tope m¨¢ximo de la oferta.
Alemania, por su parte, exige a la Comisi¨®n Europea que rebaje los c¨¢lculos que ha presentado sobre el coste de la ampliaci¨®n durante el trienio 2004-2006. El comisario competente, G¨¹nter Verheugen, que es alem¨¢n, responde que su propuesta queda por debajo del tope fijado en Berl¨ªn, cuando se preve¨ªa que en la primera fase de la ampliaci¨®n s¨®lo entrar¨ªan seis nuevos miembros y en el a?o 2002. Las previsiones de Berl¨ªn situaban, por ejemplo, el l¨ªmite de gasto derivado de la ampliaci¨®n para el a?o 2004 en torno a los 20.000 millones de euros. La Comisi¨®n propone que los 10 nuevos miembros que va a haber absorban un m¨¢ximo ligeramente superior a los 16.000 millones de pesetas. Pero Alemania, no contenta con haberse ahorrado lo previsto para 2002 y 2003, debido al retraso de la ampliaci¨®n, ni con la rebaja que ofrece Verheugen, recuerda que la incorporaci¨®n de los nuevos socios a las pol¨ªticas que generan gasto es progresiva y, en consecuencia, pide a la Comisi¨®n que presupueste para 2004 los l¨ªmites se?alados en Berl¨ªn para 2002, como primer a?o de la ampliaci¨®n. Esa cantidad, que apenas supera la mitad de los 16.000 millones mencionados, ser¨ªa insuficiente frente a las necesidades de unos candidatos que ya se quejan de que la propuesta de la Comisi¨®n les viene corta.
Los pron¨®sticos diplom¨¢ticos consideran poco probable que Alemania se encastille en esta exigencia. Pero los problemas no terminan ah¨ª. Parece claro que Berl¨ªn no dejar¨¢ de oponerse a la propuesta de la Comisi¨®n de que los nuevos socios comiencen a percibir a partir de un 25% en 2004, los pagos directos a los agricultores previstos por la Pol¨ªtica Agr¨ªcola Com¨²n. Alemania argumenta que esos pagos no se incluyeron en el acuerdo de 1999. La Comisi¨®n responde que los nuevos socios no podr¨¢n competir en el mercado ¨²nico si sus producciones cuentan con menos ayudas que las de los Quince. El Partido Agrario de Polonia, el m¨¢s importante de los pa¨ªses candidatos, advierte de que romper¨¢ la coalici¨®n de Gobierno y har¨¢ campa?a por el no en el refer¨¦ndum sobre el ingreso en la UE si no se atienden sus exigencias.
En realidad, el coste de estas conflictivas ayudas directas es bastante insignificante. En 2004, por ejemplo, ser¨ªa de 1.173 millones de euros, comparado con el l¨ªmite de gasto ya citado que son los 16.000 millones de referencia. Pero Alemania les otorga una gran importancia, porque quiere suprimir estos pagos directos de la vida comunitaria cuando se discuta la reforma de las pol¨ªticas. Sus representantes argumentaron en C¨¢ceres que, si se aprueban ahora, ser¨¢n recogidos como un derecho consolidado en el repaso del cumplimiento a mitad de periodo de las perspectivas financieras de 1999, que la UE debe hacer el mes de junio, y que ello condicionar¨ªa el debate futuro. En consecuencia, Alemania se muestra partidaria de no fijar antes de junio una posici¨®n com¨²n de los Quince para la negociaci¨®n del cap¨ªtulo agr¨ªcola, a pesar de que, seg¨²n los planes de la Comisi¨®n, ese tema tiene que ser abordado bajo la presidencia espa?ola.
Con este argumento, Berl¨ªn mezcla en la pr¨¢ctica, menospreciando el dogma, las negociaciones de adhesi¨®n y el debate posterior sobre la reforma de las pol¨ªticas comunitarias. A nadie se le escapa que Schr?der tiene en septiembre unas elecciones comprometidas y que, para no desagradar a sus electores, dif¨ªcilmente aceptar¨¢ que se negocie un cap¨ªtulo tan sensible como el agr¨ªcola antes de esas fechas. Pero tampoco es f¨¢cil, en esas condiciones, que las negociaciones de adhesi¨®n terminen a finales de este a?o, como exige el calendario de 2004. Un c¨¢lculo optimista ser¨ªa, en ese caso, que el ingreso de los 10 se produjera en enero de 2005, aunque, mientras tanto, se les permita a los candidatos votar en las elecciones al Parlamento Europeo de 2004 e incluso participar en el debate de la Convenci¨®n para la reforma de Uni¨®n.
La cuesti¨®n de Chipre
El problema de Chipre es m¨¢s sencillo, pero pol¨ªticamente tan complejo que puede dar al traste con toda la ampliaci¨®n. Los Quince acordaron en 1999, en Helsinki, que la reunificaci¨®n del sur grecochipriota y del norte, ocupado en el a?o 1974 por Turqu¨ªa, no es condici¨®n necesaria para que Chipre entre en la Uni¨®n representado por la ¨²nica capital reconocida internacionalmente, la grecoparlante Nicosia. Ankara advierte de que, si ese ingreso se produce, proceder¨¢ a la anexi¨®n formal de la zona ocupada, y no es claro que la UE afronte un choque de tal envergadura con un pa¨ªs que es un aliado clave en la OTAN. Por el contrario, si Chipre no entrara en la UE, a pesar de ser el candidato m¨¢s preparado desde el punto de vista econ¨®mico, Atenas ya ha advertido de que vetar¨¢ la ampliaci¨®n, as¨ª que todos los candidatos se quedar¨¢n fuera.
Enfrentados a ese panorama catastrofista, los l¨ªderes de las dos comunidades, el grecochipriota, Glafkos Clerides, y el turcochipriota, Rauf Denktash, negocian, aunque las posibilidades que tienen de llegar a un acuerdo son escasas. Hablan de cuatro temas: Constituci¨®n, seguridad, territorios y propiedades, pero apenas han superado los dos primeros. ?stos abarcan los problemas de la estructura del Estado unificado, que Denktash quiere confederal y Clerides federal, reserv¨¢ndose la pol¨ªtica exterior y de defensa, y el futuro de las tropas turcas, que, para Nicosia, no es otro que su retirada de la isla.
Chipre y Turqu¨ªa
El dirigente turcochipriota Rauf Denktash sigue insistiendo en que el norte de Chipre no entrar¨¢ en la Uni¨®n Europea mientras no lo haga Turqu¨ªa. Los Quince acordaron en 2000 que el ingreso turco no podr¨¢ producirse mientras Ankara no permita un acuerdo para la reunificaci¨®n de Chipre. Por detr¨¢s de la mesa de las conversaciones actuales, el Gobierno de Bulent Ecevit pide que se le garantice, al menos, una fecha para el inicio de sus negociaciones de adhesi¨®n. Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar ha anunciado su disposici¨®n a que dichas negociaciones comiencen ya, as¨ª como su voluntad de darles un impulso bajo la presidencia espa?ola. Pero sabe que son s¨®lo buenas palabras, porque otros socios comunitarios estiman que Turqu¨ªa est¨¢ a¨²n lejos de haber hecho lo necesario para garantizar las libertades y derechos humanos que se exigen en la Uni¨®n Europea. La f¨®rmula diplom¨¢tica capaz de resolver la cuadratura de este c¨ªrculo est¨¢ a¨²n por inventar y aqu¨ª la ampliaci¨®n de la UE camina con dificultad sobre el filo de la navaja.
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