La lenta revoluci¨®n de la ense?anza en Internet
Las barreras culturales y tecnol¨®gicas frenan la expansi¨®n del 'e-learning' en las empresas
La moda del a?o pasado fue la formaci¨®n a trav¨¦s de Internet. Muchas empresas anunciaron inversiones millonarias en aulas virtuales para sus empleados y otros proyectos de e-learning. La revoluci¨®n se ha quedado en conato. Las barreras m¨¢s altas han sido tecnol¨®gicas y culturales, seg¨²n los expertos consultados.
Un estudio de mercado de una consultora asegura que este a?o recibir¨¢n formaci¨®n virtual 200.000 personas
Una gran empresa espa?ola acudi¨® el a?o pasado a una consultora para que le ayudara a formar a sus empleados a trav¨¦s de Internet. Cuando los consultores se pusieron manos a la obra, descubrieron que la compa?¨ªa ni siquiera se hab¨ªa preocupado de que sus empleados tuvieran acceso a Internet. Otra entidad gast¨® millones de pesetas con el mismo objetivo para darse cuenta al final que s¨®lo 15 de cada 100 empleados que empezaban el curso online llegaban hasta el final.
Son dos an¨¦cdotas reales que demuestran que el boom que vivi¨® la formaci¨®n online el a?o pasado ten¨ªa m¨¢s que ver con los deseos de las compa?¨ªas que con la pr¨¢ctica. 'El pasado ha sido nefasto', reconoce Jos¨¦ Manuel Fuentes, presidente de la consultora especializada en formaci¨®n Development Systems.
Las grandes empresas y las del sector tecnol¨®gico son las que m¨¢s han invertido en estas iniciativas, empujadas en gran medida por la promesa de ahorros espectaculares en desplazamientos, alojamiento y otros gastos asociados a la formaci¨®n tradicional. 'Las previsiones no se han cumplido', reconoce Ignacio Baratech, director general de Grupo Doxa, una consultora que hace un seguimiento continuo de los proyectos de e-learning de 60 grandes empresas.
A pesar de ello, la gran mayor¨ªa de estas compa?¨ªas (90%), entre las que est¨¢n Telef¨®nica, Iberdrola, SCH, Iberia, Carrefour o el Banco Popular, asegura haber puesto en marcha alg¨²n proyecto de e-learning o tener la intenci¨®n de hacerlo en breve, seg¨²n este an¨¢lisis. Pero este canal s¨®lo supone a¨²n el 2% del total de la formaci¨®n empresarial.
El primer problema es de concepto. 'Muchas empresas creen que cualquier curso que se realice a trav¨¦s de un ordenador es e-learning', subraya el responsable de esta cuesti¨®n en la divisi¨®n de recursos humanos de PricewaterhouseCoopers, Juan M. Cruz. El estudio de mercado que hizo esta consultora antes lanzar su portal especializado en empresas hace un mes concluye que s¨®lo 200.000 trabajadores har¨¢n alg¨²n curso verdaderamente online este a?o. Es decir, un programa interactivo, que permita al alumno recibir ayuda de un tutor y a la empresa seguir todos sus movimientos: si lo utiliza, cu¨¢ntas horas dedica y con qu¨¦ resultado.
La lentitud en el desarrollo del e-learning tiene una doble explicaci¨®n. En primer lugar, exige un cambio cultural que muy pocas empresas se han preocupado de explicar a sus empleados, asegura el presidente de Development Systems. Internet es un medio ingrato y muchos proyectos se han limitado a trasladar a la pantalla contenidos editoriales sin adaptar. Las resistencias se acent¨²an si se pide a los empleados que se formen fuera del horario laboral.
Adem¨¢s, muchas compa?¨ªas no contaban con la infraestructura tecnol¨®gica necesaria, si bien muchas de estas situaciones empiezan a superarse. Incluso han surgido servicios de alquiler de estos programas que acercan la formaci¨®n online a empresas m¨¢s peque?as. Un consultor calcula que para rentabilizar una plataforma propia de e-learning son necesarios 4.000 empleados.
A pesar de todo, nadie cuestiona el e-learning como la herramienta del futuro para la formaci¨®n de los empleados y para rentabilizar las inversiones en una ¨¦poca en la que los presupuestos se han congelado. M¨¢s bien critican la forma en la que las empresas han lidiado con el asunto. Y es que, dicen, detr¨¢s de lento avance del e-learning en las empresas se encuentra en muchos casos la falta de objetivos formativos claros y las dificultades de coordinaci¨®n entre los departamentos de recursos humanos, que deben liderar el proceso, y los de sistemas.
La inform¨¢tica es la reina
Miles de instituciones, p¨²blicas y privadas, utilizan la Red como herramienta educativa. Desde universidades y escuelas de negocios, que ofrecen cursos de todo tipo a trav¨¦s de sus p¨¢ginas web, hasta las empresas que han decidido complementar la formaci¨®n de sus empleados desde sus portales corporativos o intranets -una red privada a la que s¨®lo tienen acceso los trabajadores de la compa?¨ªa-. Si las primeras son capaces de ofrecer hasta una licenciatura o un m¨¢ster en Administraci¨®n y Direcci¨®n de Empresas (MBA) con su correspondiente diploma, las empresas que han apostado por el e-learning para mejorar las capacidades de alg¨²n colectivo de trabajadores han empezado por algo mucho m¨¢s b¨¢sico. Al menos las europeas. Todos los consultados coinciden en que la mayor¨ªa de ¨¦stas se ha limitado a colgar de su intranet cursos relacionados con dos materias: inform¨¢tica, sobre todo, e idiomas. El seguimiento que el Grupo Doxa realiza sobre la formaci¨®n online, en el que participan este a?o unas 70 empresas, constata que casi la mitad de ellas (el 47%) dispone en sus plataformas de menos de cinco cursos, si bien el 32% supera los 10 programas. Las grandes empresas de desarrollo de contenidos, como McGraw Hill, ya est¨¢n en Espa?a, donde las editoriales educativas tambi¨¦n se han puesto en marcha. El siguiente paso, que ya aparece de forma t¨ªmida en algunas empresas, es la formaci¨®n en aspectos m¨¢s relacionados con tareas espec¨ªficas de los empleados, asegura Juan M. Cruz, director de la divisi¨®n de recursos humanos de PricewaterhouseCoopers: 'Este a?o se producir¨¢ una explosi¨®n de los contenidos t¨¦cnicos, aquellos que realmente necesitan para su trabajo'.
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