Faltas de educaci¨®n

El Gobierno brit¨¢nico acaba de iniciar un gran debate p¨²blico sobre la educaci¨®n, uno de los temas estrella de nuestro tiempo. Y lo ha hecho difundiendo un libro verde de diagn¨®stico y reflexi¨®n en el que se examina el estado de la cuesti¨®n, las deficiencias detectadas, los objetivos a alcanzar y una serie de sugerencias, que no propuestas, ya que ¨¦stas se har¨¢n una vez o¨ªdos todos los sectores afectados.

Es un m¨¦todo de abordar la reforma del sistema educativo muy distinto al seguido en nuestro pa¨ªs. En relaci¨®n a la Ley Org¨¢nica de Universidades (LOU), exist¨ªa un buen documento de partida, el Informe Bricall, con multitud de datos e ideas, adem¨¢s de una serie de consideraciones sobre la financiaci¨®n de la Universidad, por completo ausentes del texto aprobado. Se prefiri¨® legislar sin o¨ªr, en el debate parlamentario, a ning¨²n experto ni responsable de la comunidad universitaria, aunque s¨ª teniendo en cuenta las opiniones particulares y los remedios sugeridos por algunos universitarios del Partido Popular.

En lo que se refiere a la Ley de Calidad de la Ense?anza, el ministerio no se ha tomado la molestia de elaborar un documento de an¨¢lisis y diagn¨®stico, integrando multitud de datos dispersos, incorporando otros nuevos y reflexionando sobre lo que ser¨ªa deseable y realista en el tramo fundamental de la secundaria. Se ha optado, por el contrario, por ignorar, cuando no por tratar desde?osamente a una comunidad escolar desmotivada y agobiada por las responsabilidades que caen sobre sus espaldas, sin los medios necesarios para afrontarlas y en un entorno de transformaciones sociales que inciden profundamente en la escuela.

El debate parlamentario sobre la Ley de Formaci¨®n Profesional, por el contrario, est¨¢ incorporando voces y opiniones externas y se est¨¢ abriendo a las propuestas de los agentes sociales, de forma que su tramitaci¨®n est¨¢ permitiendo llegar a un consenso. No se entiende muy bien por qu¨¦ en este caso se procede de una forma distinta, a no ser que se deba a que no hay parlamentarios ni personas con influencia sobre los responsables ministeriales procedentes del sector de la FP.

Pero los modos y la forma de sacar adelante las leyes en el sector de la ense?anza no s¨®lo encrespan o ignoran a sectores completos, sino que tienen una influencia negativa en los contenidos al no tomar en consideraci¨®n todas las consecuencias de las normas que se aprueban. Y as¨ª, para el caso de la Universidad, el ¨²nico en el que ha entrado en vigor una nueva legislaci¨®n, estamos asistiendo a una par¨¢lisis, previsible y anunciada, en lo que se refiere al profesorado, porque no es posible detener una instituci¨®n viva y moldearla desde cero sin interrumpir o da?ar el servicio que presta. Falta educaci¨®n, y tambi¨¦n inteligencia.