El Gobierno detecta 97.000 errores en la depuraci¨®n del censo electoral de los emigrantes

Los espa?oles inscritos en el Censo de Residentes Ausentes (CERA) han pasado de 458.915 en 1995 a casi un mill¨®n en 2002. En los ¨²ltimos dos a?os, las revisiones del censo efectuadas por el Gobierno han descubierto hasta 97.000 errores, correspondientes a duplicidades, fallecimientos o inclusiones indebidas. El espectacular crecimiento en el CERA se debe a una reforma legal de 1995 que impon¨ªa la inscripci¨®n de oficio en el censo a todos los emigrantes. Antes lo deb¨ªan solicitar en los consulados. El Gobierno asegura que sigue depurando el CERA mientras que senadores socialistas ven intencionalidad en los errores.

El porcentaje de electores residentes en el extranjero con m¨¢s de 85 a?os era el 2,3% antes de 1995 (en Espa?a, los que superaban esa edad constitu¨ªan el 2,02% de la poblaci¨®n). Cinco a?os despu¨¦s, en los registros consulares el porcentaje de ancianos mayores de 85 a?os pas¨® a ser de un 5,8%, m¨¢s del doble de los porcentajes registrados en Espa?a. En s¨®lo cinco a?os, los electores mayores de 85 a?os en el extranjero se hab¨ªan quintuplicado: de 10.639 a 53.910.

Desde las elecciones de 2000 a junio de 2001, las revisiones del CERA dieron lugar a m¨¢s de 50.000 bajas por errores (duplicidades, defunciones o inclusiones indebidas). Y desde esa fecha a enero de 2002, otras 47.000 bajas por id¨¦nticas anomal¨ªas. S¨®lo el consulado de Buenos Aires ha dado de baja a 13.000 electores en un a?o, de los que 10.000 correspond¨ªan a nacidos antes de 1915.

Pese a estas depuraciones sigue creciendo el censo con un promedio mensual de 16.000 altas por 10.000 bajas. La crisis econ¨®mica latinoamericana est¨¢ impulsando este fen¨®meno por el que los descendientes de espa?oles buscan un abrigo en el censo de residentes ausente. Un fil¨®n electoral que suscita un inusitado inter¨¦s e inquietud entre los grupos parlamentarios.

Los problemas comenzaron cuando se cambi¨® el sistema de registro de los residentes. Las oficinas dispon¨ªan de un listado de espa?oles residentes en su demarcaci¨®n, el Registro de Matr¨ªcula Consular (RMC), distinto del CERA. Su finalidad no era posibilitar el voto por correo sino la protecci¨®n y asistencia consular en el extranjero. Este listado, a diferencia del CERA, no estaba sometido a una imperativa actualizaci¨®n peri¨®dica y sistem¨¢tica. Se orden¨® a los consulados que no hicieran un volcado masivo del RMC en el CERA y que 's¨®lo se inscribiera en el CERA a los espa?oles inscritos en el RMC despu¨¦s de realizar las oportunas comprobaciones', seg¨²n un informe de Exteriores. El CERA, ya depurado, deb¨ªa ser comunicado a la Oficina del Censo Electoral (OCE) que, de modo autom¨¢tico -salvo en las municipales, donde el elector debe recabar personalmente la documentaci¨®n-, envi¨® las papeletas al domicilio en el extranjero consignado. Luego, el emigrante, pod¨ªa enviar su voto por correo o entregarlo en el consulado.

Maquinaria viciada

La maquinaria naci¨® viciada de errores, seg¨²n informes de la OCE (Oficina del Censo Electoral) y de Exteriores sobre la gesti¨®n del CERA. 'El inter¨¦s en efectuar lo antes posible la incorporaci¨®n de oficio al CERA de los espa?oles inscritos en los registros de matr¨ªcula prim¨® sobre la calidad de los datos de los mismos, que no siempre estaban actualizados', explica un informe de la OCE.

Cada error supuso una consecuencia distinta. La inscripci¨®n de electores con domicilios err¨®neos implicaba que la documentaci¨®n electoral no les llegar¨ªa, ya que ¨¦sta se env¨ªa por correo. La inscripci¨®n en el extranjero de quienes ya hab¨ªan retornado a Espa?a entra?¨® que se les diera de baja como residentes en territorio nacional, con lo que al ir a votar se encontraron con que no lo pod¨ªan hacer. Sobre la existencia de personas fallecidas en las nuevas inscripciones, el informe s¨®lo dice que esto ya fue detectado en las elecciones gallegas de 1997, y se orden¨® a los consulados depurar sus listados. Adem¨¢s de realizar estudios sobre documentaci¨®n electoral devuelta por no hallarse destinatario, la OCE envi¨® listados a los consulados sobre electores de sospechosa longevidad. Jos¨¦ Castro Rabad¨¢n, senador socialista por Salamanca, tiene un diagn¨®stico claro: 'Se ha censado a muertos'.