'Es la vida'
Muehlegg comunic¨® entre risas a su clan la noticia de su positivo - La Casa Real deja en suspenso la audiencia con el deportista
La desbandada espa?ola fue casi general ayer lunes, tras la clausura de los Juegos. Pero el caos en el aeropuerto de Salt Lake City, entre otros motivos por los controles para garantizar la seguridad, oblig¨® a algunos a volverse a la Villa Ol¨ªmpica y a sus hoteles. Pareci¨® como si la maldici¨®n del dopaje se revolviera hasta en el calendario.
Los 16 d¨ªas de gloria se hab¨ªan convertido en verg¨¹enza y, burocr¨¢ticamente, quedaba el golpe del contraan¨¢lisis de Johann Muehlegg por encajar. Juan Antonio G¨®mez Angulo, el secretario de Estado para el Deporte; su subdirector general, ?ngel Luis L¨®pez de la Fuente; el secretario general del COE, V¨ªctor S¨¢nchez; el jefe de la misi¨®n, Joaqu¨ªn Agulla, y el de comunicaci¨®n, Antonio Bustillo, no se movieron del hotel Little America, el centro de las alegr¨ªas y las desgracias.
Y buen ejemplo de sus ruinas es que no se qued¨® nadie de la Federaci¨®n de Deportes de Invierno. Ni el ¨²ltimo miembro de la junta gestora, ?scar Garc¨ªa Serrano. En el chal¨¦ de Soldier Hollow s¨®lo se quedaron los hermanos Muehlegg, Johann y Martin, el cerebro de todas las salsas, econ¨®micas, personales y quiz¨¢ farmacol¨®gicas. Se fueron los t¨¦cnicos y el matrimonio portugu¨¦s de la vidente y el cocinero.
'No s¨¦ qu¨¦ hacer. Estoy nervioso porque se han ido y dijeron que vendr¨ªan tarde', dec¨ªa un acelerado cocinero la noche del domingo sin entender nada de lo que estaba pasando. 'Y nosotros nos tenemos que ir y no sabemos. Si habla con ellos, se lo dice, por favor'.
El buen ambiente de la troupe Muehlegg hab¨ªa sufrido un terremoto de muchos grados. Al cont¨¢rselo, Muehlegg se rio y coment¨®: 'Es la vida'.
Los hermanos se pasaron todo el d¨ªa toreando un ¨²ltimo toro que se les ha ido vivo al corral. El COI llam¨® a Agulla al mediod¨ªa del domingo, nada m¨¢s hacerse oficial la sanci¨®n, para notificarle que ten¨ªa que devolver la medalla y tambi¨¦n la acreditaci¨®n al ser expulsado de los Juegos. Agulla consigui¨® que la segunda se la dejaran de recuerdo porque faltaban s¨®lo unas horas para la clausura, pero ya le dijo que no pod¨ªa ser el abanderado.
Aunque con vistas a la galer¨ªa lo tom¨® bien y lo entendi¨®, lo cierto es que Muehlegg se enfad¨® mucho. Y se fue a hacer una entrevista a televisi¨®n, siempre acompa?ado por su hermano. Le quitaban la bandera y tambi¨¦n se le acababa el plazo del coche puesto a su disposici¨®n por la federaci¨®n. Pero eso no le molest¨® tanto como a Garc¨ªa Serrano, que solt¨® un asombroso exabrupto p¨²blico a S¨¢nchez cuando le dijo que lo perd¨ªa al necesitarlo para otra gesti¨®n. As¨ª son los federativos de invierno.
El d¨ªa despu¨¦s de confirmarse el batacazo sangu¨ªneo, la sensaci¨®n frustrante por lo sucedido era general en un cuartel espa?ol a¨²n perplejo. Oficialmente, tratando de defender las dos medallas mantenidas por Muehlegg, pero oficiosamente hundidos por el papel¨®n indefendible.
'Es un tramposo', era la opini¨®n generalizada. Ya no hab¨ªa tensi¨®n como en las agotadoras horas anteriores. El problema era c¨®mo salvar al doble campe¨®n manchado, que, incre¨ªblemente, era el que mejor lo llevaba. Cansado, pero muy firme, muy alem¨¢n. Y muy correcto, amable y hasta simp¨¢tico porque ¨¦sa es la opini¨®n tambi¨¦n general sobre su car¨¢cter.
A¨²n esperaba el resultado del contraan¨¢lisis para ver qu¨¦ hac¨ªa. Mientras tanto, incluso se cocinaba una salida de alta pol¨ªtica como quitamanchas, pues la recepci¨®n real para ma?ana a las seis de tarde ha quedado en suspenso, y no ¨²nicamente porque los Muehlegg a¨²n no sab¨ªan cu¨¢ndo volver¨ªan a Espa?a.
S¨ª se marcharon el t¨¦cnico noruego Ola Berget, los dos skymen (preparadores de esqu¨ªs y ceras) y el fisioterapeuta. Tambi¨¦n entre ellos se buscaban soluciones.
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