'Nunca he sido el n¨²mero uno'
Regresa a las calles, a las pantallas, a pie de obra, este personaje controvertido, distante, global, trabajador y dicen que de timidez enfermiza que es Fernando Fern¨¢n-G¨®mez (Lima, Per¨², 1921). Siempre define todas sus aristas, la de actor, director, escritor, miembro de la Real Academia Espa?ola (RAE), en una frase rotunda: 'Soy c¨®mico'.
As¨ª lo ha asegurado muchas veces este artista de voz contundente y gesto profundo que a?ade a la lista de las 184 pel¨ªculas en las que ha participado la que se estrena el viernes, En la ciudad sin l¨ªmites, de Antonio Hern¨¢ndez, en la que regresa a un papel protagonista meti¨¦ndose en la piel de un enfermo en sus ¨²ltimos d¨ªas. Una actuaci¨®n que provoc¨® la admiraci¨®n de la cr¨ªtica en el ¨²ltimo Festival de Berl¨ªn.
Pero no es lo ¨²nico en lo que participar¨¢ este a?o. Tambi¨¦n ha intervenido en El embrujo de Shanghai, de Fernando Trueba, y prepara su vuelta a la direcci¨®n con una comedia de tintes berlanguianos: Fieras en el palacio. Ser¨¢ la n¨²mero 30 como realizador. Su fobia al tel¨¦fono y la recomendaci¨®n de reposo que le ha hecho el m¨¦dico le han obligado a responder a EL PA?S por escrito.
Pregunta. Ha vuelto usted al trabajo con energ¨ªas renovadas. Concretamente, su personaje de En la ciudad sin l¨ªmites, ?no ha supuesto demasiado esfuerzo para regresar tras un descanso?
Respuesta. Para m¨ª, esta vuelta al trabajo es ya tiempo pasado. Empec¨¦ a estudiar el personaje de En la ciudad sin l¨ªmites hace un a?o. Hab¨ªa tenido que abandonar el proyecto de L¨¢zaro de Tormes pero no dej¨¦ de trabajar: escrib¨ª art¨ªculos para la prensa, un gui¨®n titulado Fieras en el palacio, comenc¨¦ una novela que a¨²n no he terminado, El tiempo de los trenes, y tambi¨¦n intervine en Visionarios, de Manuel Guti¨¦rrez Arag¨®n. Adem¨¢s, me somet¨ª a varios interrogatorios como ¨¦ste. Por lo tanto, no hubo largo descanso. En cuanto al esfuerzo en la pel¨ªcula de Antonio Hern¨¢ndez, tuve la suerte de que, como mi personaje es el de un enfermo, durante unas cuantas escenas estuve en la cama.
P. ?C¨®mo enfoc¨® el meterse dentro de ese delirio de su personaje de En la ciudad sin l¨ªmites?
R. De ninguna manera especial. Como sin duda usted sabe, he intervenido en m¨¢s de 180 pel¨ªculas. Para m¨ª variar el personaje es desde hace mucho una rutina.
P. El rodaje, ?le result¨® duro? ?Lo aguant¨® bien f¨ªsicamente?
R. Me result¨® m¨¢s inc¨®modo de lo que cre¨ª cuando me lo ofrecieron, porque me dijeron, quiz¨¢s para dorarme la p¨ªldora, que siempre estaba en la cama y luego result¨® que iba de un lado para otro. Pero me ayud¨® bastante el doble que me pusieron, Jean Claude Girard.
P. Su trabajo junto a Leonardo Sbaraglia es conmovedor. ?Qu¨¦ diferencia a los actores argentinos de otros?
R. Sbaraglia es un gran actor y la situaci¨®n en la que nuestros dos personajes se encuentran es ya conmovedora en el gui¨®n. Los actores que dentro de la escuela naturalista logran mayor identificaci¨®n con el personaje son los checos y los argentinos.
P. Sbaraglia afirma que ha aprendido mucho de usted. ?Cu¨¢les son los principales consejos que da a los actores j¨®venes?
R. No soy partidario de dar consejos. Pero si me pidieran uno les dir¨ªa que se dedicaran a otra cosa. Con la presi¨®n que ejerce la industria estadounidense este trabajo es a¨²n m¨¢s inseguro de lo que ha sido siempre.
P. En la ciudad sin l¨ªmites trata diferentes temas: la familia, la cobard¨ªa ante la vida y las circunstancias de uno, las frustraciones, el amor y sus deudas, la pureza y la corrosi¨®n... ?Cu¨¢l de sus m¨²ltiples temas le atrajo m¨¢s?
R. Uno de los procedimientos que suelo usar cuando afronto un trabajo es el de desinteresarme absolutamente de todo lo que no tiene que ver con mi personaje de manera direct¨ªsima. En este caso, me atrajo la enfermedad y el sentimiento de culpa de mi personaje.
P. En El embrujo de Shanghai hace usted otro papel. ?C¨®mo ha sido su reencuentro con Fernando Trueba?
R. Muy agradable. Somos amigos. Nos vemos con frecuencia, menos de lo que a m¨ª me gustar¨ªa porque ahora las ciudades son muy grandes.
P. Dentro de poco volver¨¢ a dirigir. ?De qu¨¦ trata Fieras en el palacio?
R. Es prematuro hablar de ese proyecto. Hasta ahora no hay m¨¢s que conversaciones.
P. En el reparto, adem¨¢s de usted, estar¨¢n Paz Vega, Carmen Maura y Jos¨¦ Luis L¨®pez V¨¢zquez. Son tres generaciones de int¨¦rpretes diferentes. ?C¨®mo ha evolucionado el arte de la interpretaci¨®n en Espa?a?
R. Yo no advierto que haya evolucionado, pero quiz¨¢s sea porque no me ha interesado demasiado esa cuesti¨®n.
P. El viernes pasado describi¨® en un art¨ªculo su encuentro con Juan Antonio Bardem y con Berlanga. Le eligieron para Esa pareja feliz. Los dos renovaron el cine espa?ol con esa mezcla de neorrealismo y sainete, un invento que usted ha transitado en sus pel¨ªculas. ?Considera que tiene una deuda estil¨ªstica grande con ellos?
R. Yo dir¨ªa que Berlanga y Bardem tiraron por caminos diferentes y que el seguimiento del neorrealismo italiano y de su versi¨®n espa?ola se abandon¨® demasiado pronto. En cuanto a lo de deuda, creo que puede existir, pero no grande, sino peque?a. Me hubiera gustado acercarme m¨¢s a lo que consiguieron ellos.
P. Le propusieron a usted hacer Una pareja feliz porque, dice, 'era un actor de moda'. Hoy lo sigue siendo. ?No le parece? ?No est¨¢ cansado de haber estado tanto de moda en lo suyo?
R. Mi moda dur¨® unos d¨ªas, a ra¨ªz del estreno de una pel¨ªcula de curas, Balarrasa, pero enseguida pas¨®. Creo que una de las razones de que haya podido mantenerme bastantes a?os en un nivel aceptable es, precisamente, que nunca he estado de moda. Nunca he sido el n¨²mero uno.
P. Su oficio de c¨®mico sigue d¨¢ndole satisfacciones. Como director no se rinde. ?Y la literatura? ?Va a publicar m¨¢s libros?
R. Cuando termine El tiempo de los trenes espero que se publique.
P. Su afici¨®n por El lazarillo qued¨® un poco frustrada en el cine cuando no pudo acabar el rodaje de la pel¨ªcula que termin¨® Jos¨¦ Luis Garc¨ªa S¨¢nchez. ?Qu¨¦ le pareci¨® el resultado final?
R. Cuando vi la pel¨ªcula terminada, algunas secuencias no sab¨ªa si las hab¨ªa dirigido yo o Garc¨ªa S¨¢nchez. Creo que se compenetr¨® muy bien con lo que yo hab¨ªa querido hacer.
P. ?Disfruta un c¨®mico en la Real Academia? ?Cu¨¢l ha sido su aportaci¨®n a la instituci¨®n?
R. Por lo menos, este c¨®mico puede asegurarle que disfruta much¨ªsimo. No es f¨¢cil encontrar un conjunto de personas, como son los acad¨¦micos, tan enamoradas de su labor. Y que sepan acoger con tanta naturalidad a un reci¨¦n llegado. A un reci¨¦n llegado que bien poco puede aportar.
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