El coraz¨®n de las tinieblas
Lo m¨¢s temible del terrorismo no es que se encuentre en manos de unos monstruos, sino, parad¨®jicamente, de personas muy normales. Producir o cosechar monstruos, adem¨¢s de controlarlos, requiere una maquinaria muy compleja mientras de la gente ordinaria se puede disponer a granel. Sin embargo, ?c¨®mo puede llamarse ciudadanos comunes a los que asesinan a sangre fr¨ªa, urden matanzas, eligen alistarse en sembrar la desgracia y el terror?
Para estas preguntas que surgen y se repiten tras un nuevo atentado, el libro de Florencio Dom¨ªnguez ofrece 300 p¨¢ginas de informaci¨®n. Una informaci¨®n destinada a hacer entender c¨®mo la banda, siendo una m¨¢quina de matar, se encuentra menos engrasada, perfeccionada y orientada de lo que parece.
DENTRO DE ETA. LA VIDA DIARIA DE LOS TERRORISTAS
Florencio Dom¨ªnguez Aguilar. Madrid, 2002 308 p¨¢ginas. 15,95 euros
Los j¨®venes que se alistan en la organizaci¨®n terrorista son unos en¨¦rgicos ilusos que pronto se descubren convertidos en criados de los jefes, aislados en alg¨²n apartamento angosto a la espera tras meses de hast¨ªo, de una misi¨®n asesina. As¨ª se bautizan primero con una muerte o dos y siguen con esa profesi¨®n de verdugos hacia un destino sin conclusi¨®n.
Algunos desertan consternados por lo que han visto, pero los casos que se registran son pocos debido al miedo a las represalias. O son casos grotescos, como el de quien cambia las armas por el h¨¢bito sacerdotal. ETA nunca atent¨® contra nadie ni nada de la Iglesia y entre el fanatismo de los militantes y la m¨ªstica religiosa hay un pasadizo que define al mismo tipo de feligr¨¦s. En las c¨¢rceles, los etarras apenas salen de un surtido de libros referidos a la organizaci¨®n y a los mitos vascos, libros o devocionarios sobre la leyenda ancestral.
?Con ello se sienten impulsados a realizar una sagrada misi¨®n? M¨¢s o menos. Seg¨²n se relata en estas p¨¢ginas, ha habido etarras tan ensoberbecidos con su militancia que no han podido evitar presumir entre sus colegas y la direcci¨®n. Se conocen padres en Euskadi que llegan a sentirse orgullosos de que sus hijos elijan el camino de pasar a Francia para cumplir con 'la tarea del h¨¦roe', pero los m¨¢s de los progenitores y novias toman esta decisi¨®n como una desgracia que, por lo general, se suma a otras malas noticias en la corta biograf¨ªa del hijo o la hija. Hijos que apenas han superado los veinte a?os y cuya ignorancia general y pol¨ªtica es una prolongaci¨®n del ofuscamiento que han recibido en algunas escuelas y en los nocturnos adiestramientos con c¨®cteles m¨®lotov. Tampoco despu¨¦s, ya en la banda, se les forma o se les informa mucho. El entrenamiento en el manejo de las armas y explosivos se ha reducido a un pu?ado de horas, y los ejercicios pr¨¢cticos escasean ante el aumento de la vigilancia policial francesa. Tampoco se les tiene muy al corriente de la marcha general de la banda y as¨ª la visi¨®n de cada miembro est¨¢ polarizada a la faena que se les encomienda, azuzados por la responsabilidad de acertar y apresados por el miedo.
El miedo a ser detenido, la sospecha a hallarse vigilado, la obsesi¨®n de huir, ha provocado la locura o el suicidio de alguno. Vivir casi permanentemente, tanto aqu¨ª como en Francia, en la clandestinidad, acrecienta la paranoia y la soledad, aumenta la potencialidad de los desequilibrios y los errores. Su universo se reduce a los contactos internos, las contrase?as, las estrategias de fuga, la espera, el control incesante para no dejar pistas alrededor.
En el libro se pormenorizan tantos casos de apresamientos policiales debido a desatinos e imprudencias que la banda, lejos de dibujarse como un sistema, se acerca m¨¢s a un grupo de iluminados a los que anima el miedo al jefe o la valent¨ªa de una aventura. El vulgar patetismo en que recae la vida de los m¨¢s adultos, encarcelados o no, suele ocultarse mediante los exilios latinoamericanos o en la segregaci¨®n interior. Las mezquindades, la codicia por el dinero que se recauda, la sumisi¨®n a los que mandan y hasta el menosprecio por parte de los jefes, componen un conjunto de degradaci¨®n que hace factible la indiferencia con la que los m¨¢s veteranos tratan la vida de las v¨ªctimas. Un cap¨ªtulo dedicado al aumento de la burocracia en la organizaci¨®n hace entender de qu¨¦ modo funcionarial se afronta la 'lucha de liberaci¨®n' y cu¨¢ntas miserias se juntan en su aparato para matar.
Dom¨ªnguez, que ha publicado libros sobre ETA (sobre sus estrategias organizativas, su tiempo de tregua y su historia), ha elegido ahora la opci¨®n de introducirse en el coraz¨®n cotidiano de la banda y mediante el examen de escritos, comunicados, correspondencias y documentos policiales mostrar la naturaleza que habita en sus interiores. La pestilencia, la ro?a y la amoral reflexi¨®n de su interior.
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