5.000 marroqu¨ªes vagan por Huelva tras ser sustituidos por temporeros del Este
Acaldes de la zona temen enfrentamientos en la campa?a de la fresa
La oferta de trabajadores en la campa?a de la fresa de Huelva est¨¢ siendo muy superior a la demanda. Los marroqu¨ªes, que tradicionalmente llenaban las plantaciones, no encuentran empleo debido a la llegada de un contingente de 6.700 inmigrantes contratados en origen, casi todos procedentes de Polonia y Rumania. Un total de 5.000 magreb¨ªes desesperados recorren los pueblos de la zona viviendo de la caridad. Algunos alcaldes temen que se produzcan enfrentamientos entre ambos colectivos.
El alcalde de Palos de la Frontera, Carmelo Romero, del PP, alerta del temor, compartido por otras personas, a un posible 'conflicto social' entre los miembros del contingente que llegan con contratos y los magreb¨ªes que ven¨ªan trabajando en esta campa?a en los ¨²ltimos a?os. Datos del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales indican que los primeros ser¨¢n m¨¢s de 6.700; de ellos, 5.179 proceden de Polonia, 919 de Ruman¨ªa, 437 de Marruecos y 176 de Colombia. En la ¨²ltima campa?a se recogieron 250.000 toneladas de fresas en la provincia y, seg¨²n un informe del Defensor del Pueblo andaluz, participaron 11.000 inmigrantes.
La asociaci¨®n Huelva Acoge calcula que ya han llegado a la provincia unos 5.000 magreb¨ªes. Deambulan por las calles de los pueblos freseros en busca de trabajo en alguna plantaci¨®n. La mayor¨ªa participaron en la campa?a del a?o pasado y han regresado confiados en quedarse cuatro meses cobrando unos 27 euros al d¨ªa.
Pero los empresarios se han comprometido con otros temporeros, la mayor¨ªa mujeres procedentes de Europa del Este, contratados con la condici¨®n de que regresen a sus pa¨ªses en torno al mes de julio, tras la campa?a de la fresa. S¨®lo en Palos ya hay contratadas 3.000 polacas y 500 rumanas. 'Los magreb¨ªes se han encontrado en la calle y con sus puestos de trabajo ocupados', dice el alcalde, que asegura que su Ayuntamiento no puede dar salida a tal demanda de empleo.
Los aspirantes a temporeros se concentran por las ma?anas en las plazas de pueblo a la espera de que se acerque alg¨²n empresario, y acuden varias veces al d¨ªa a las cooperativas freseras en busca de un puesto de trabajo. 'Los empresarios no nos dicen nada. Este a?o no quieren marroqu¨ªes', se lamenta un joven de 24 a?os procedente de Casablanca que hace turno a la puerta de una diminuta tienda de ultramarinos en la que espera canjear por comida un vale de cinco euros que le han entregado en C¨¢ritas. 'No hay trabajo, ni casa, ni comida y no queremos robar. ?Qu¨¦ hacemos?', pregunta.
'Dise?o premeditado'
Seg¨²n Decio Machado, portavoz de Huelva Acoge, los contratos en origen han sido ideados por el Gobierno con el benepl¨¢cito de los empresarios. 'Es absurdo que el a?o pasado hubiera problemas por exceso de inmigrantes y que este a?o sea el propio Gobierno el que haya tra¨ªdo a 7.000 m¨¢s', razona. Para Machado, esta operaci¨®n responde a un 'dise?o premeditado' del Ejecutivo para 'cambiar sociol¨®gicamente el tipo de inmigraci¨®n que llega a Huelva'.
Por un lado, afirma, 'el color claro de la piel y la cultura m¨¢s europea de los nuevos inmigrantes provoca menos rechazo'. Y, por otro, las administraciones est¨¢n 'preparando el terreno' ante la posibilidad de que algunos de estos pa¨ªses del Este se integren en la UE. 'Est¨¢n posicionando a sus inmigrantes, porque a lo mejor dentro de poco podr¨¢n circular libremente por Europa y van a venir de todas formas', dice.
Juan Antonio Mill¨¢n, del PSOE, alcalde de Cartaya y coordinador del grupo de trabajo de empleo temporal de Huelva, que integra a Gobierno, Junta, ayuntamientos, empresarios y sindicatos, asegura, sin embargo, que se ha optado por inmigrantes del Este por razones m¨¢s pr¨¢cticas que sociales: el mal momento que atraviesan las relaciones institucionales entre Espa?a y Marruecos dificultaba la contrataci¨®n en origen de magreb¨ªes y el viaje de temporeros suramericanos resulta mucho m¨¢s caro. 'La opci¨®n m¨¢s f¨¢cil eran los rumanos y los polacos, que llegan en autob¨²s', afirma Mill¨¢n.
El alcalde de Cartaya, adem¨¢s, asegura que en su municipio no se est¨¢n registrando conflictos. El a?o pasado acudieron a Cartaya 2.200 temporeros inmigrantes; de ellos, 1.100 son extranjeros empadronados en el pueblo, en su mayor¨ªa magreb¨ªes, que se desplazan desde all¨ª a otras zonas de Espa?a siguiendo las distintas campa?as. Los otros 1.100 llegaron de fuera, y unos 500 se regularizaron despu¨¦s por arraigo en Huelva y obtuvieron la autorizaci¨®n para trabajar en la provincia.
Con estos 1.700 puestos de trabajo comprometidos, quedan unas 600 vacantes, que se cubren con temporeros nacionales y con los contratos en origen. 'Pero los empresarios de Cartaya han hecho bien las cuentas y han puesto un tope de 300 contratos en origen', explica el alcalde, quien asegura que el aumento de cultivo de este a?o 'absorbe perfectamente' esos compromisos adquiridos con los inmigrantes del Este.
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