Una mina machacada por la codicia
El paso de una multinacional por los yacimientos de Cala?as ha dejado las instalaciones en un estado ruinoso
La riqueza mineral que guarda la sierra onubense se convert¨ªan, en las intalaciones que la multinacional Navan tiene en Cala?as (Huelva), en monta?as de polvo parduzco, de concentrado de cinc, cobre o plomo. Esas monta?as, que a veces crecen hasta medir 10 metros de altura y pesar miles de toneladas no est¨¢n ahora en los almacenes, donde apenas quedan restos. 'De aqu¨ª se lo llevaron todo', muestra Rodrigo Blanco. La planta de flotaci¨®n, una laber¨ªntica estructura met¨¢lica donde se separan los metales, no es lugar para esas monta?as parduzcas. Pero su nivel inferior est¨¢ anegado por el concentrado molido, convertido en una espesa capa de fango por una l¨¢mina de agua que tampoco deber¨ªa estar all¨ª.
La planta donde Rodrigo Blanco trabajaba hace apenas dos meses parece haber sido abandonada hace a?os. Una sensaci¨®n inmensa de abandono que corre por las instalaciones que han gestionado en los ¨²ltimos cuatro a?os los directivos de la multinacional de origen irland¨¦s. Este complejo de almacenes, plantas de tratamieno y oficinas, donde m¨¢s de 200 de trabajadores (370 en plantilla) procesaba las toneladas de mineral en bruto que se extra¨ªan de los yacimientos de Sotiel Coronada y Aguas Te?idas, deb¨ªa ser un lugar bullicioso. Pero el 29 de noviembre, Blanco percibi¨® que paraban el sistema de circulaci¨®n de la planta. Luego lleg¨® la suspensi¨®n de pagos, el expediente de regulaci¨®n de empleo. Y el silencio.
En las instalaciones ahora s¨®lo queda un peque?o grupo de mineros de CC OO, encerrados en protesta por tres mensualidades impagadas. Pero los interventores judiciales que, como ellos, han esperado en vano muchos d¨ªas para reunirse con alg¨²n directivo que les diera respuestas -este peri¨®dico tampoco la obtuvo-, han revelado que los impagados eran muchos m¨¢s. Y la deuda gigantesca.
Desde que Navan adquiri¨® a la SEPI la mina, estatal hasta 1997, los trabajadores han vivido una situaci¨®n parad¨®jica. 'Cobramos siempre y no estuvimos ni un d¨ªa en expediente de regulaci¨®n de empleo', explica el administrativo Salvador Azogil, algo muy infrecuente en las compa?¨ªas mineras. La multinacional trajo sus t¨¦cnicos, el triple de los que hab¨ªa con la SEPI y los hizo acompa?ar de una decena de traductoras. 'Han tirado de visa a todo trapo, antes ten¨ªamos un director australiano que se iba casi cada fin de semana a su pa¨ªs, viven en chalets en la costa, iban a jugar al golf a Sotogrande', enumera Juan Bragado. Y los mineros coindicen en que sus conocimientos eran muy inferiores a los de los t¨¦cnicos de la SEPI. 'Un jefe de turno irland¨¦s que ven¨ªa de ?frica pregunt¨® una vez extra?ado si aqu¨ª no se pegaba a los trabajadores', rememora Blanco.
En los ¨²ltimos tres a?os, los precios de los metales bajaron de forma brutal, pero Navan no dej¨® de forzar la m¨¢quina. La planta de flotaci¨®n procesaba 120 toneladas por hora, cuando s¨®lo est¨¢ preparada para 80. Las aver¨ªas y los atascos se multiplicaban pero apenas se pon¨ªan remiendos. No se compraban repuestos, se utilizaban los que dej¨® la SEPI.
'Yo creo que siguieron pag¨¢ndonos para evitar dar malas noticias y perjudicar el valor de sus acciones', se?ala Bragado. Otros aducen un pacto no escrito con la SEPI que obligababa a Navan a mantener la plantilla durante cuatro a?os. En noviembre, la situaci¨®n se hizo insostenible. La multinacional decidi¨® abandonar sus filiales espa?olas, hizo una ampliaci¨®n de capital que dio al Deustche Bank (uno de sus m¨¢ximos deudores) el control sobre el 18% de las acciones y el consejero delegado de la matriz, Brian Calver, dej¨® su puesto. En Cala?as quedan el yacimiento de Aguas Te?idas, una de las esperanzas de la cuenca minera onubense y unos 400 trabajadores en paro.
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