Carteles en el metro y debates protagonizan los comicios de la Universidad de Valencia
Los equipos en liza tuvieron que compaginar clases y m¨ªtines para dirigirse a 56.000 electores
Educaci¨®n
Nunca una clase magistral o avance cient¨ªfico de la Universidad de Valencia tuvo tanta proyecci¨®n, ni se proyectaron tantos focos sobre un campus. S¨®lo la elecci¨®n a rector del 26 de febrero acu?ada ya como la primera experiencia piloto en Espa?a -al tener que estrenar 'por imperativo legal' el sistema de elecci¨®n rectoral por sufragio universal ponderado habilitado por el Gobierno de Aznar en su controvertida Ley Org¨¢nica de Universidades (LOU)- ha impreso un giro radical a la habitual discreci¨®n, com¨²n por dem¨¢s a la mayor¨ªa de procesos universitarios.
De hecho, la resaca a¨²n contin¨²a. Pese a la victoria incontestada desde el mismo d¨ªa de la elecci¨®n del catedr¨¢tico de Qu¨ªmica Francisco Tom¨¢s, proclamado oficialmente rector el lunes pasado con el 55% de los votos, en las esferas acad¨¦micas pervive un cierto 'sabor agridulce' que no ocultan, al haber visto enfrentados fuera del claustro a dos docentes de 'larga trayectoria profesional' -en referencia tambi¨¦n al catedr¨¢tico de Medicina, Josep Llu¨ªs Barona, perdedor en la contienda- en 'un proceso hecho a medida de una ley que rechaza ampliamente la comunidad universitaria', reconoce Magdalena L¨®pez, de la secci¨®n de CC OO.
'Un se?or con X millones puede llegar a rector, porque la LOU no prev¨¦ la financiaci¨®n'
Las nuevas reglas del juego por sufragio universal, pero ponderado, que entraron en vigor el 20 de enero forzaron al equipo del rector saliente Pedro Ruiz a dise?ar en pocas semanas una campa?a en firme para llegar al m¨¢ximo de electores de un censo de 56.000 universitarios. Ello supuso habilitar un r¨¦gimen de financiaci¨®n adicional [3.000 euros por candidato] y unas oficinas a la manera de cuarteles generales para 'garantizar la mayor equidad y difusi¨®n posibles, vestido por una campa?a publicitaria institucional para movilizar el voto estudiantil, clave al ser ponderado con el 26% de la votaci¨®n.
Durante 15 d¨ªas los dos catedr¨¢ticos y sus equipos tuvieron que 'bajar a la arena' -en un equilibrio entre horarios lectivos y actos programados- para irrumpir de forma in¨¦dita en espacios p¨²blicos y privados de debate, con la dificultad de tratarse de una de las universidades m¨¢s grandes y dispersas del pa¨ªs, con tres campus, que obligaron a desplazamientos de 70 kil¨®metros. La campa?a, adem¨¢s, no estuvo exenta de una cierta pol¨¦mica por la aparici¨®n de carteles y publicidad a favor de la candidatura que encabezaba Barona en calles y estaciones de metro que trasladaban el debate m¨¢s all¨¢ del terreno estrictamente universitario.Sin embargo, la trayectoria profesional, los antecendentes acad¨¦micos de ambos candidatos, e incluso sus respectivos programas eran muy similares, de tal suerte que los dos exhib¨ªan su 'progresismo acreditado' y su adscripci¨®n a un ¨¢mbito ideol¨®gico socialdem¨®crata. Esta coincidencia es la que, a juicio de Toni Vinyas, del sindicato STEPV, ha impedido que la injerencia pol¨ªtica que pretend¨ªan los ponentes de la LOU al primar al colectivo de catedr¨¢ticos no haya sido decisiva en la elecci¨®n del rector, aunque no descarta que influya en otros campus: 'La Universidad de Valencia es de mayor¨ªa progresista y las diferencias se notan menos, pero en otras universidades habr¨¢ un eventual candidato de derechas, ya que este colectivo es m¨¢s conservador'.
Hay sectores acad¨¦micos que empiezan 'a verle las orejas al lobo', y a reflexionar en serio sobre la injerencia partidista en la elecci¨®n del claustro constituyente en noviembre, que tendr¨¢ que volver a convocar elecciones a rector. La LOU, de entrada, ha abierto la puerta trasera para que 'un se?or con equis millones pueda presentarse y llegar a ser rector, porque la LOU no prev¨¦ la financiaci¨®n', resume el rector electo.
La LOU, lejos del inter¨¦s que despert¨® la LRU
La primera aplicaci¨®n real de la LOU no ha logrado despertar el grado de inter¨¦s que alcanzaron las primeras elecciones democr¨¢ticas a rector celebradas en 1986, un a?o despu¨¦s de haber sido aprobada la Ley de Reforma Universitaria (LRU) y redactados los primeros estatutos de cada universidad, que por fin otorgaban 'carta de naturaleza' a la a?orada autonom¨ªa universitaria. La comparaci¨®n de la participaci¨®n electoral de los tres estamentos, a lo largo de las sucesivas elecciones de renovaci¨®n total del claustro y de la ¨²ltima elecci¨®n directa de rector en la Universidad de Valencia advierten una ca¨ªda de la participaci¨®n en todos los colectivos de 20 puntos, en lo que ha sido el 'estreno' oficial de la flamante LOU. As¨ª, el personal docente e investigador particip¨® con un 89,66% en la elecci¨®n que dio el aldabonazo a la LRU; mientras que en esta primera puesta en escena de la ley del PP su participaci¨®n ha sido del 70,12%, muy similar al de las otras cuatro elecciones que ha habido entre una ley y otra. Lo mismo se repite entre el personal de administraci¨®n y servicios (PAS), que en 1986 implic¨® al 92,53% de la plantilla de esta univesidad (y en elecciones sucesivas se mantuvo en torno al 80%) y ahora se ha reducido al 75,82%. El estamento de los estudiantes con un censo de poco m¨¢s de 50.000 estudiantes -pese a la p¨¦rdida constante de alumnos en la ¨²ltima d¨¦cada, debido en parte a la ca¨ªda demogr¨¢fica generalizada en Espa?a- consigui¨® en aquella primera aplicaci¨®n de la LRU alcanzar una marca de votaci¨®n que no ha vuelto a repetir del 36,05%. En esta ocasi¨®n ha votado incluso por debajo de su media establecida en el 14% en las elecciones de renovaci¨®n parcial del claustro y en el 20% en las rectorales: s¨®lo el 11,69% fue a votar el pasado 26. 'El rechazo a la LOU', coinciden los dirigentes de las dos grandes organizaciones dominantes, el nacionalista Bloc d'Estudiants Agermanants (BEA) y el sindicato de izquierdas (Campus Jove), 'se ha hecho sentir'. Otro punto a debate irresuelto en la LOU es el porcentaje que tendr¨¢ cada estamento, ya que s¨®lo establece que los catedr¨¢ticos tengan el 51% del voto v¨¢lido emitido. Esto es, sin contar el voto en blanco, algo ins¨®lito en ninguna elecci¨®n democr¨¢tica, subraya el presidente de la junta electoral, Josep Guia. Esta universidad opt¨® por conservar la representaci¨®n que cada estamento ten¨ªa con la LRU, cediendo el PAS y los estudiantes un 1% [quedando el primero con el 10% y el segundo con un 26%] para que el voto ponderado de docentes e investigadores conserve el 13% del total de votos v¨¢lidos, ya que tiene un plantilla muy similar al n¨²mero de catedr¨¢ticos.
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