El Ej¨¦rcito desplegar¨¢ cazas F-18 en Barcelona para proteger la cumbre europea

El Ej¨¦rcito del Aire destacar¨¢ dos cazas F-18 y dos aviones C-101 en el aeropuerto de El Prat de Llobregat (Barcelona) para asegurar la protecci¨®n a¨¦rea de la cumbre de jefes de Estado y Gobierno que se celebra los pr¨®ximos viernes y s¨¢bado en la capital catalana. Ser¨¢ la contribuci¨®n m¨¢s visible, pero no la ¨²nica, de las Fuerzas Armadas a un dispositivo de seguridad sin precedentes en Barcelona desde los Juegos Ol¨ªmpicos de 1992. La Armada participar¨¢ con una corbeta y dos patrulleras en la vigilancia mar¨ªtima y el Ej¨¦rcito de Tierra podr¨ªa aportar una secci¨®n de misiles antia¨¦reos.

El Gobierno quiere asegurarse por todos los medios de que la cumbre de Barcelona se desarrolla sin sobresaltos. Por eso, ha decidido completar el impresionante dispositivo policial, formado por m¨¢s de 8.500 agentes, con una significativa aportaci¨®n de las Fuerzas Armadas.

La principal funci¨®n de las unidades militares ser¨¢ asegurar el control del espacio a¨¦reo y de las aguas pr¨®ximas a la ciudad, para prevenir intrusiones no autorizadas y, en especial, evitar un hipot¨¦tico ataque terrorista por medios a¨¦reos o navales.

El punto m¨¢s cr¨ªtico del despliegue ser¨¢ el aeropuerto de El Prat de Llobregat, a donde llegar¨¢n y de donde partir¨¢n los aviones que trasladan a los numerosos jefes de Estado y Gobierno.

Por vez primera, el Ej¨¦rcito del Aire desplegar¨¢ dos cazabombarderos F-18 y dos aviones de entrenamiento C-101 Aviojet, as¨ª como un equipo de control a¨¦reo, en el aeropuerto de Barcelona. Se encargar¨¢n de interceptar cualquier vuelo no autorizado en las proximidades de los lugares donde se re¨²nan los mandatarios europeos.

Los F-18 son los aviones m¨¢s potentes del Ej¨¦rcito del Aire, mientras que los C-101, utilizados para el entrenamiento de pilotos en la Academia de San Javier (Murcia), resultan especialmente aptos para interceptar avionetas o ultraligeros. Se trata de no cazar moscas a ca?onazos, pues las turbulencias de un F-18 podr¨ªan derribar involuntariamente a estos ¨²ltimos.

Igualmente en El Prat, el Ej¨¦rcito de Tierra tiene previsto desplegar una secci¨®n de misiles antia¨¦reos como ¨²ltimo recurso de protecci¨®n ante un eventual ataque. Por su parte, los cuatro aviones de combate realizar¨¢n patrullas peri¨®dicas sobre la ciudad para reducir el tiempo de reacci¨®n ante un hipot¨¦tico intruso.

El despliegue de los F-18 en el aeropuerto de la capital catalana tiene tambi¨¦n efectos disuasorios, ya que los cazas podr¨ªan cumplir su funci¨®n desde la base a¨¦rea de Zaragoza, donde habr¨¢ al menos un KC-130 preparado para reabastecerlos en vuelo.

Se ha estudiado la posibilidad de que un avi¨®n AWAC de la Flota de Alerta Temprana de la OTAN (NAEW), de la que forma parte Espa?a, sobrevuele la zona para completar el control del espacio a¨¦reo, que se realiza desde el Escuadr¨®n de Vigilancia A¨¦rea de Rosas (Girona).

La Armada, por su parte, desplazar¨¢ a Barcelona la corbeta Vencedora, con base en Cartagena (Murcia), para integrarse en el dispositivo de seguridad en misiones de vigilancia mar¨ªtima junto con dos patrulleras.

Cuartel de El Bruc

Aunque no resulte tan espectacular, la colaboraci¨®n de las Fuerzas Armadas incluye tambi¨¦n el acondicionamiento y cesi¨®n del cuartel de El Bruc, que servir¨¢ de alojamiento a unos 1.500 policias desplazados a la capital catalana. La mayor parte de los guardias civiles de refuerzo se alojar¨¢n en la casa cuartel de San Andr¨¦s de la Barca (Barcelona).

La coordinaci¨®n y direcci¨®n de todo el dispositivo de seguridad corresponde al Ministerio del Interior, al que apoyar¨¢n las unidades militares. ?ste contar¨¢ con m¨¢s de 8.500 agentes, de los que unos 5.200 corresponden al Cuerpo Nacional de Polic¨ªa y otros 2.000 a la Guardia Civil, a los que hay que sumar unos 1.000 Mossos d?Esquadra y los efectivos de la Guardia Urbana.

Mientras que el despliegue policial estaba dise?ado desde hace meses, la participaci¨®n de las Fuerzas Armadas no se ha decidido hasta ¨²ltima hora. Los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington han puesto en primer plano la protecci¨®n ante un supuesto ataque a¨¦reo.

Tambi¨¦n en 1992, durante los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona, efectivos militares colaboraron en las tareas de seguridad. En aquella ocasi¨®n, el Ej¨¦rcito del Aire despleg¨® aviones de combate en la base de Reus (Tarragona), que posteriormente fue abandonada y ahora es de uso exclusivamente civil. En vez de reabrirla provisionalmente, se ha preferido desplegar los F-18 y C-101 en el propio aeropuerto de El Prat.