Francisco Ayala regresa de 'meses de oscuridad' con la lucidez habitual
El escritor cumple hoy 96 a?os con sus amigos
'La paciencia de vivir tanto tiempo tiene muchos inconvenientes y una ventaja, la bondad de los amigos que lo siguen cuidando a uno'. Eso dec¨ªa ayer Francisco Ayala, un d¨ªa antes de cumplir 96 a?os. Con la lucidez de siempre, amable pero sin perder su punto c¨¢ustico, el escritor se preparaba para celebrar hoy, en su casa, un nuevo aniversario. Ha pasado 'meses de oscuridad', igual que el mundo, pero ya ve la luz. Ha vuelto a leer. Y a salir. Y si no escribe es s¨®lo por una convicci¨®n: 'He escrito ya demasiado'.
Dos grav¨ªsimas enfermedades no han podido con esa fuerza de la naturaleza que es este granadino universal llamado Francisco Ayala. Tanto ha resistido que se puede apostar doble contra sencillo a que esta tarde brindar¨¢ con un whisky con su mujer, Carolyn Richmond, y su peque?o c¨ªrculo de habituales para festejar su cumplea?os. All¨ª estar¨¢n Rafael Conte; el actor Pepe Mart¨ªn; su mujer, Silvia, y Magdalena Mora; el dibujante Carlos Gim¨¦nez y su pareja, Ana Salado...
'Parece que las dos enfermedades mortales se han curado', dice Ayala con sorna por tel¨¦fono: 'Estoy mejor. Aunque s¨®lo sea para tirar una temporada m¨¢s, porque necesariamente la vida que me queda es ya muy corta'.
Bueno, qui¨¦n sabe; Hans-Georg Gadamer, por ejemplo, ha llegado a vivir 102 a?os... '?Qu¨¦ horror!, espero no llegar a tanto'.
En fin. De momento ya est¨¢ ah¨ª la primavera, a la vuelta de la esquina. 'S¨ª, ya est¨¢ cerca. Y ayudar¨¢ a que los deterioros se vayan reparando'.
Pero hay un deterioro cuya reparaci¨®n ya no importa demasiado, a?ade riendo Ayala: 'He perdido much¨ªsima memoria, lo cual, bien visto, no est¨¢ tan mal'.
Estos meses han sido de cambios radicales. El 11 de septiembre parece haber dado la vuelta a la faz de la tierra. Desde la oscuridad, Ayala ha percibido ese gran enredo con una nitidez asombrosa. Incluso ha visto el revolc¨®n con cierta simpat¨ªa, se dir¨ªa. 'Ha cambiado completamente el panorama del mundo. Y ya era hora. Est¨¢bamos muy metidos en esta civilizaci¨®n capitalista, que por lo dem¨¢s es una civilizaci¨®n como otra, y era casi normal que pasara una cosa as¨ª'.
Claro que las consecuencias han sido terribles. La impune escalada de violencia de Israel; la guerra de Afganist¨¢n; los negros presagios en Irak; los liberales de la UE tratando de desregular el mercado laboral... 'Se est¨¢n haciendo muchas barbaridades. Las estamos haciendo todos', sentencia Ayala.
'El 11 de septiembre ha cambiado la visi¨®n de la gente sobre el presente', agrega luego. 'Pero no s¨®lo se ha resentido la socialdemocracia; todas las ideas y proyectos del pasado hay que revisarlos, cambiarlos. El panorama es otro'.
M¨¢s complejo, si cabe, de lo que era antes. Demasiado para el actual gusto de Ayala, en cualquier caso: 'Todo es demasiado confuso, y yo, que estoy reci¨¦n salido de una oscuridad de meses, no tengo en este momento muchas ganas de discutir cosas poco claras'.
Pero la casta permanece. Ayala ha vuelto a leer ('sobre todo cosas atrasadas que me interesan'), lo cual es quiz¨¢ el mejor s¨ªntoma de que la vida sigue. Y tambi¨¦n ha vuelto a ir por la Academia, aunque despache pronto el asunto: 'No he estado muy atento este a?o, he faltado un semestre entero, y ahora estoy yendo otra vez. Ayer estuve, y parece que todo sigue igual'.
Tambi¨¦n sabe que sus Obras Completas (Alianza) van avanzando lentas y seguras con algunos t¨ªtulos nuevos, pero eso tampoco parece ilusionarle mucho: 'He estado muy ajeno a eso durante este tiempo. No estoy muy al tanto, pero supongo que ir¨¢n sacando todo poco a poco'.
La conversaci¨®n se va apagando, y el maestro se despide con la cortes¨ªa de siempre: 'Muchas gracias por llamar'.
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