Petr¨®leo incierto
El petr¨®leo puede volver a darnos quebraderos de cabeza. Tras una subida del 15% en 15 d¨ªas, el precio del barril alcanz¨® la semana pasada su m¨¢ximo en los ¨²ltimos seis meses: 24 d¨®lares. Los ministros del petr¨®leo de la OPEP reafirmaban tras su reuni¨®n del viernes el mantenimiento del tope de producci¨®n en 21,7 millones de barriles diarios, a pesar del aumento de la demanda consecuente con la recuperaci¨®n econ¨®mica en ciernes en algunas de las principales econom¨ªas industrializadas. Antes de la pr¨®xima reuni¨®n, el 26 de junio, la mayor¨ªa de los productores que integran el cartel no est¨¢n dispuestos a modificar su producci¨®n, a menos que los precios se eleven significativamente por encima del l¨ªmite de 28 d¨®lares por barril. Una decisi¨®n que amenaza la recuperaci¨®n al conjunto de la econom¨ªa mundial; en particular, para la ausencia de tensiones inflacionistas.
La producci¨®n de crudo se ha reducido en cinco millones de barriles diarios desde principios de 1991, situ¨¢ndose actualmente en su m¨ªnimo desde 1992. El cartel se presenta hoy con un mayor grado de cohesi¨®n que en el pasado, a pesar (o precisamente por ello) de que su participaci¨®n en la oferta mundial de crudo ha descendido hasta el 36% del total. ?nicamente Arabia Saud¨ª, el principal productor, parece dispuesta a incrementar su producci¨®n en junio si los aumentos de demanda son persistentes. Rusia, el segundo productor mundial, que no forma parte de la OPEP, mantendr¨¢ su nivel, al menos durante los pr¨®ximos tres meses; Noruega y M¨¦xico, grandes oferentes que tambi¨¦n se mantienen fuera del cartel, parecen igualmente c¨®modos con la situaci¨®n actual. En una situaci¨®n menos propicia al aumento de la producci¨®n se encuentran Argelia y Venezuela, si el precio del barril no supera claramente los 28 d¨®lares. Las amenazas sobre la estabilidad de los precios cobrar¨ªan una mayor importancia si se concretan los ataques de EE UU sobre Irak.
Aunque las previsiones de la Agencia Internacional de la Energ¨ªa son de un modesto aumento en la demanda en lo que queda de a?o, dado el nivel relativamente elevado de reservas de los principales demandantes, la persistencia de esas reticencias a aumentar la producci¨®n pueden condicionar seriamente lo que se presentaba como un horizonte de normalizaci¨®n de los ritmos de crecimiento econ¨®mico, exento de tensiones inflacionistas. El mundo, nuevamente, se encuentra expuesto a los avatares de un mercado que, aunque no tanto como en los setenta, sigue condicionando la prosperidad global. Junto a ello, es de la pol¨ªtica estadounidense, la econ¨®mica y, ahora tambi¨¦n la exterior, de la que vuelve a depender la reducci¨®n de esa incertidumbre en el precio de la principal materia prima. Y mientras, en Europa, los Quince dosifican las decisiones tendentes a conseguir un ¨²nico y m¨¢s eficiente mercado energ¨¦tico.
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