La ONU plantea nuevas f¨®rmulas para acabar con la pobreza
La Conferencia de Monterrey analiza el liberalismo para fomentar el desarrollo
La Conferencia Internacional para la Financiaci¨®n del Desarrollo de Monterrey apostar¨¢ por el liberalismo gradual, y la democracia, para revertir el fracaso de los multimillonarios programas contra la pobreza ejecutados desde el fin de la II Guerra Mundial. Estados Unidos y Europa difieren sobre la cuant¨ªa y prioridades en el proceso hacia el desarrollo social y el Estado de derecho en ?frica, Asia y Am¨¦rica Latina.
Los pa¨ªses africanos, asi¨¢ticos y latinoamericanos piden una globalizaci¨®n solidaria con la mitad de los habitantes del planeta, en la miseria con menos de dos d¨®lares (2,20 euros) al d¨ªa.
La cita de Monterrey comenz¨® ayer despu¨¦s de que 2.000 delegados de organizaciones no gubernamentales reiteraran sus alertas: el desarrollo ser¨¢ una quimera, y el hambre, un padecimiento inacabable si el Estado sucumbe frente al mercado; la deuda externa del Tercer Mundo, con vencimientos anuales de 200.000 millones de d¨®lares, no es condonada, y las promesas no se traducen en hechos. La ONU, pidieron, debe ejercer primac¨ªa sobre los programas controlados por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM), y Estados Unidos.
Cerca de 60 jefes de Estado y de Gobierno, entre ellos el estadounidense, George W. Bush, y probablemente el cubano, Fidel Castro, debatir¨¢n sobre el borrador del consenso de Monterrey, que recomienda la liberalizaci¨®n y el comercio exterior pero admite una diferente intervenci¨®n del Estado en la econom¨ªa, en funci¨®n de las necesidades de cada pa¨ªs.
La meta es salvar a 826 millones de hambrientos, a otros mil millones sin agua potable, escolarizar 325 millones de ni?os y evitar que 11 millones mueran desnutridos antes de los cinco a?os.
Marta Arias, representante de Interm¨®n Oxfam, se?ala que 'la falta de compromiso mostrada por los Gobiernos est¨¢ haciendo fracasar el proceso iniciado hace dos a?os a instancias de Naciones Unidas'.
La consecuci¨®n, antes del 2015, de algunos de los objetivos previstos en la Cumbre del Milenio, esto es, reducir a la mitad la pobreza y en dos tercios la mortalidad infantil, obligar¨ªa a unos recursos adicionales de 100.000 millones de d¨®lares al a?o. El consenso de Monterrey, de acuerdo con Arias, 'no incluye ning¨²n compromiso concreto para conseguir los recursos', y el aumento de las ayudas norteamericanas y europeas es absolutamente insuficiente.
M¨¦xico, con 40 millones de sus 100 millones de habitantes en la indigencia, es el pa¨ªs anfitri¨®n. Su ministro de Relaciones Exteriores, Jorge Casta?eda, resumi¨® las metas y dividi¨® las responsabilidades: las naciones ricas deben compartir su riqueza, y las pobres, reforzar los marcos institucionales para movilizar recursos y atraer inversiones. Casta?eda pidi¨® 'pol¨ªticas macroecon¨®micas sanas, buen gobierno, democracia y vigencia del Estado de derecho, respeto de los derechos humanos, y un manejo adecuado de los recursos financieros disponibles'.
El denominado consenso de Monterrey recordar¨¢ a los pa¨ªses industrializados su compromiso de hace tres decenios de dedicar el 0,7% del producto interior bruto (PIB) a la derrota de la pobreza. El Consejo Europeo de Barcelona aprob¨® un m¨ªnimo del 0,39% para el 2006, y Estados Unidos, menos condescendiente, una ayuda adicional y escalonada de 5.000 millones de d¨®lares a los Gobiernos activamente beligerantes contra la corrupci¨®n y la aplicaci¨®n de reformas estructurales.
'No debemos firmar cheques sin resultados', pidi¨® Bush. Las ayudas distan de las demandadas por el secretario de las Naciones Unidas, Kofi Annan: doblar los 50.000 millones de d¨®lares actuales de ayuda oficial de Gobierno a Gobierno.
La apertura de la cumbre fue precedida por las discusiones del Foro Global sobre Desarrollo Sustentable y con Equidad. El generalizado convencimiento fue ¨¦ste: la econom¨ªa internacional se ha globalizado, pero el mundo carece de mecanismos de gobierno mundializados y justos. 'El Fondo Monetario Internacional (FMI) es odiado por todos los habitantes de mi pa¨ªs, excepto el presidente', bramaba el activista nigeriano David Ugolor. '?nicamente ha tra¨ªdo miseria. Muchos empresarios han quebrado porque exigi¨® privatizaciones y la entrada del comercio internacional, fundamentalmente gringo y europeo'.
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