Vendido el Empire State por 65 millones
El edificio vuelve a manos estadounidenses tras haber sido propiedad de un inversor japon¨¦s
El Empire State, que desde la tragedia del 11 de septiembre ha vuelto a ser el edificio m¨¢s alto de Nueva York, tiene nuevos due?os. El famoso millonario Donald Trump y la familia del magnate japon¨¦s Hideki Yokoi lo han vendido por 57,5 millones de d¨®lares (unos 65 millones de euros) a un consorcio formado por la heredera del imperio inmobiliario Helmsley. As¨ª acaban 10 a?os de una lucha encarnizada por el control del rascacielos m¨¢s simb¨®lico de Estados Unidos, que se desaroll¨® en los tribunales y en los peri¨®dicos populares, siempre salpicada de insultos.
Los cuatro millones de visitantes que cada a?o visitan el observatorio del Empire State, que estuvo cerrado durante tres semanas tras los atentados, no pueden imaginar la tormenta de codicia que esconde su fachada art deco. Para los 800 inquilinos no habr¨¢ muchos cambios porque de hecho los due?os son los mismos. Es una historia complicada incluso para el despiadado universo inmobiliario de Manhattan.
Seg¨²n The Wall Street Journal, que ayer public¨® la noticia, Trump se embolsar¨¢ 6,25 millones de d¨®lares netos, una suma rid¨ªcula para Nueva York pero relativamente jugosa si se considera que el millonario norteamericano adquiri¨® la propiedad del edificio por nada. Fue reclutado hace unos a?os por los due?os, la familia del exc¨¦ntrico magnate japon¨¦s Hideki Yokoi, para luchar contra la sociedad creada por Leona Helmsley y Peter Mallkin, que posee los derechos de arrendamiento del rascacielos hasta el a?o 2076.
En 1991, Yokoi, a trav¨¦s de su hija, Kiiki Nakahara, y de otro intermediario, adquiri¨® secretamente el Empire State por 45 millones de d¨®lares. Yokoi no pudo llevar a cabo la transacci¨®n personalmente: estaba en una c¨¢rcel de Tokio cumpliendo condena por un incendio ocurrido en uno de sus hoteles y que mat¨® a 33 personas. El millonario nip¨®n pronto descubri¨® que aquella ganga era una trampa. Hab¨ªa comprado una c¨¢scara vac¨ªa, tan s¨®lo las paredes del edificio. Su due?a orginal, Helsmley, conservaba el uso comercial a cambio de abonar a Yokoi un m¨ªsero alquiler de dos millones de d¨®lares al a?o, que menguar¨ªa a 1,7 millones a partir de 2013.
Personaje singular
Yokoi, que muri¨® en 1998 a los 85 a?os, arruinado, era un personaje singular. Due?o de propiedades por todo el mundo, incluidos castillos en Francia y en el Reino Unido, se hac¨ªa los trajes a medida con un bolsillo delantero donde llevaba la cartera por temor a que le robaran. Ya hab¨ªa tratado de comprar el Empire State en los a?os ochenta, cuando el imperio Helmsley estaba al borde del colapso y Leona en la c¨¢rcel por evasi¨®n fiscal. La venta no se materializ¨® y Yokio volvi¨® al ataque al amparo de una compa?¨ªa ficticia, E. G. Holding Company, que finalmente concluy¨® el trato. Durante a?os, nadie supo la verdadera identidad del nuevo propietario.
Cuando los japoneses descubrieron que el f¨¦rreo contrato s¨®lo les reportaba un 5% de su inversi¨®n llamaron a Donald Trump. Le ofrecieron la mitad de la propiedad si consegu¨ªa romper en los tribunales el acuerdo de arrendamiento con Helmsley. En caso de venta, Trump tambi¨¦n se llevar¨ªa la mitad de todo lo que sobrepasara los 45 millones iniciales de la compra (en este caso la mitad de 12,5 millones de d¨®lares). La batalla legal degener¨® r¨¢pidamente y los tabloides se cebaron. Trump llam¨® a Leona 'perra sobre ruedas' y ¨¦sta le replic¨® con su c¨¦lebre frase: 'No le creer¨ªa aunque un notario certificara su lengua'.
Tras la compra, el Empire State vuelve a ser de un mismo due?o, por primera vez desde 1961, cuando lo adquiri¨® Henry Helmsley y dividi¨® su propiedad. Construido en 1929, en plena depresi¨®n, en tan s¨®lo un a?o y 45 d¨ªas, era el edificio m¨¢s alto hasta que en 1972 la primera torre del World Trade Center le arrebat¨® el t¨ªtulo. Despu¨¦s de la tragedia ha vuelto a dominar el cielo neoyorquino desde sus 102 pisos.
Un historial con incidentes
En 1933, King Kong se tiraba del Empire State, transformando el mayor rascacielos de Nueva York, t¨ªtulo que acababa de arrebatarle al edificio Chrysler, en un s¨ªmbolo cinematogr¨¢fico. Adem¨¢s del gigantesco simio, el Empire State ha tenido su propio historial de incidentes. Un ma?ana de julio de 1945, un bombardero B-25, que deb¨ªa aterrizar en el vecino aeropuerto de Newark, choc¨® contra el piso 79, debido a la intensa niebla, abriendo un enorme boquete en las oficinas de los Servicios Cat¨®licos para la Ayuda a la Guerra y matando a 14 personas, incluido el piloto. Los testimonios suenan ahora muy familiares. 'Estaba a punto de tomarme un caf¨¦ cuando escuch¨¦ un ruido incre¨ªble y el edificio empez¨® a temblar. Miramos por la ventana y vimos trozos de ventanas caer al vac¨ªo. Pensamos que estaban bombardeando Nueva York', cont¨® entonces uno de los testigos del accidente. La explosi¨®n no da?¨® la estructura y el edificio volvi¨® a abrir sus puertas el lunes siguiente. En febrero de 1997, un desequilibrado, Ali Hasan Abu Kamal, un palestino de 69 a?os, dispar¨® indiscriminadamente contra los turistas que se encontraban en el observatorio. Asesin¨® a una persona e hiri¨® a otras seis antes de pegarse un tiro. Tras el 11-S, el mirador estuvo cerrado hasta finales de mes. Centenares de personas hicieron cola aquel d¨ªa para ver el nuevo perfil de Nueva York con la ausencia de las Torres Gemelas.
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