Participar en la guerra afgana

El inminente env¨ªo de 1.700 marines brit¨¢nicos a Afganist¨¢n tiene implicaciones que trascienden la necesidad inmediata de refuerzos en la batalla contra los combatientes talibanes y de (...) Al Qaeda. Es un reconocimiento, que se agradece, de que las anteriores pretensiones de que se hab¨ªa logrado la victoria en la guerra contra el terrorismo en Afganist¨¢n eran prematuras. Tambi¨¦n supone reconocer que la victoria no puede lograrse ¨²nicamente con la fuerza a¨¦rea y que durante alg¨²n tiempo van a hacer falta tropas de combate de numerosos pa¨ªses.

Existen temores de que comprometer m¨¢s tropas arrastrar¨¢ a los aliados a empantanarse en Afganist¨¢n. Pero la alternativa de que no se logre derrotar a los talibanes y Al Qaeda es todav¨ªa peor. Eso permitir¨ªa que las redes terroristas se reagruparan y siguieran lanzando ataques asesinos, quiz¨¢ utilizando incluso armas de destrucci¨®n masiva.

La coalici¨®n ya ha reunido en Afganist¨¢n m¨¢s de 15.000 efectivos procedentes de 17 pa¨ªses tan diversos como Canad¨¢, Australia, Francia, Alemania, Dinamarca y Noruega, adem¨¢s de EE UU y Reino Unido. La llegada de este ¨²ltimo contingente es una adici¨®n necesaria, y no s¨®lo por la excelencia de los comandos. Reforzar las fuerzas brit¨¢nicas proporciona una presencia militar a la altura de la asociaci¨®n pol¨ªtica entre Londres y Washington. Con una presencia militar brit¨¢nica sustancial en el frente de combate, Blair tendr¨¢ un lugar en la planificaci¨®n de la guerra que garantizar¨¢ una base parejamente amplia a la coalici¨®n militar. (...)

Londres, 21 de marzo