Londres 'renacionaliza' la red de ferrocarriles
El Gobierno de Tony Blair anunci¨® ayer que ha decidido compensar a los accionistas de Railtrack, la anta?o empresa privada responsable de la red ferroviaria y las estaciones de los ferrocarriles brit¨¢nicos, intervenida en octubre pasado. La compensaci¨®n es en realidad una compra de las acciones de Railtrack, lo que supone un humillante giro de 180 grados en la posici¨®n mantenida hasta ahora por el ministro de Transportes, Stephen Byers.
El Gobierno destinar¨¢ directamente 300 millones de libras e indirectamente otros 200 millones de libras (en total, 810 millones de euros) a la compra de Railtrack, el conglomerado privatizado por los conservadores poco antes de perder el poder en 1997 y al que los laboristas atribuyen todos los males de los ferrocarriles brit¨¢nicos. Entre unas cosas y otras, los accionistas recibir¨¢n entre 240 y 260 peniques por unas acciones que val¨ªan 280 peniques justo antes de la intervenci¨®n. En 1998 llegaron a cotizar a 1.700 peniques.
El cambio de posici¨®n del Gobierno no altera el fondo de la operaci¨®n. La otrora privada Railtrack, intervenida el 7 de octubre del a?o pasado por el Gobierno, se convertir¨¢ en Network Rail, una compa?¨ªa de gesti¨®n privada pero sin ¨¢nimo de lucro. Es decir, tendr¨¢ gesti¨®n privada en el d¨ªa a d¨ªa, pero sus directrices estar¨¢n marcadas por el inter¨¦s p¨²blico y ser¨¢n decididas por un consejo de direcci¨®n de 100 personas en el que estar¨¢ representado el Gobierno junto al sector ferroviario, los sindicatos y los consumidores.
Con la compra de Railtrack -que debe ser aprobada por la mayor¨ªa de los accionistas- el Gobierno persigue un doble objetivo. Primero, evitar una batalla legal con los accionistas que podr¨ªa paralizar durante meses la reconversi¨®n de Railtrack y quiz¨¢ desbaratarla para siempre. Y, segundo, recobrar la confianza de la City, que ha dejado muy claro que nada ser¨¢ igual en las relaciones entre el nuevo laborismo y el mundo de los negocios tras una intervenci¨®n que consideran un ataque a la propiedad privada.
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