El clan de San Petersburgo
Amigos y colaboradores copan los puestos clave en Rusia dos a?os despu¨¦s de la llegada de Putin al Kremlin
Los peones de Vlad¨ªmir Putin en San Petersburgo se afianzan en el tablero de juego de Mosc¨². Y no s¨®lo eso, sino que los peterburgueses pueden aparecer hoy por sorpresa al frente de cualquier instituci¨®n que genere poder o dinero en Rusia. Con la llegada de Putin al Kremlin, muchos de sus compatriotas de la ciudad del Nev¨¢ han sido invitados a ocupar puestos claves de la Administraci¨®n o las empresas estatales. Este ¨¦xodo, intenso en los ¨²ltimos meses, tiene consecuencias para las dos primeras ciudades del pa¨ªs.
En la capital de Rusia (diez millones de habitantes) los supervivientes de la ¨¦lite de Bor¨ªs Yeltsin reciben de u?as a los peterburgueses (los p¨ªtertsi) que desembarcan con ¨¢nimo de fiscalizar y suplantar. En San Petersburgo (casi cinco millones), las reacciones ante la marcha de personas vinculadas con distintas ¨¦pocas de la biograf¨ªa de Putin son m¨¢s complejas. La mudanza de pol¨ªticos y ejecutivos es una bendici¨®n para los que se quedan, que adem¨¢s de ver desaparecer a sus competidores adquieren valiosos contactos en las estructuras centrales de poder, seg¨²n el soci¨®logo Rom¨¢n Mogilievski, director de la empresa Gallup de Rusia.
Los ¨²ltimos fichajes de Putin representan la tercera oleada de un proceso que comenz¨® a principios de los noventa con la llegada a Mosc¨² de brillantes profesionales entre los que estaba Anatoli Chub¨¢is, uno de los padres de la privatizaci¨®n. A la ¨²ltima hornada pertenecen el presidente de la C¨¢mara Alta Sergu¨¦i Mir¨®nov, el jefe del nuevo servicio de espionaje financiero V¨ªctor Zubkov y Alex¨¦i Miller y los dirigentes de su equipo al frente del monopolio del gas ruso.
?Usted se ir¨ªa a Mosc¨² si se lo pidiera el presidente? La pregunta pilla por sorpresa a Elena Hindikaine, funcionaria del comit¨¦ de Asuntos Exteriores del municipio, que en el pasado fue dirigido por Putin. Hindikaine, que fue compa?era de estudios de Putin en la Facultad de Derecho, no se lo pensar¨ªa dos veces si su ex jefe le hiciera ahora esta propuesta. 'Trabajar en Mosc¨² supone desaf¨ªos m¨¢s importantes', dice esta elegante mujer, encargada de captar inversores para el municipio.
Mientras San Petersburgo se prepara para su 300 cumplea?os, Putin trata de organizar eventos internacionales en su ciudad natal. A la hora de borrar las huellas del poder sovi¨¦tico, San Petersburgo est¨¢ a a?os luz de Mosc¨². El turista que abandona las fachadas en restauraci¨®n de la avenida Nevski, la principal arteria de la villa, y se interna por las mal iluminadas calles secundarias puede ver basura en las aceras, muros desconchados y patios interiores evocadores de las novelas de Fedor Dostoievski pero poco aptos para la comodidad de sus vecinos. El hielo resbaladizo que se acumula en torno al Ermitage es un homenaje a la desidia por parte del primer museo de Rusia. La ciudad, que es sede de una importante industria militar, tiene problemas de vivienda, transporte y calefacci¨®n y no encuentra el modelo de desarrollo que le garantice un porvenir econ¨®mico. En estas circunstancias, la Administraci¨®n local acaricia la idea de arrebatar algunas funciones a Mosc¨² y, por supuesto, la dotaci¨®n correspondiente.
El turismo est¨¢ asegurado, pero faltan hoteles y servicios y es dif¨ªcil encontrar inversores incluso para las fiestas del 300 aniversario, que se celebrar¨¢n en el a?o 2003. San Petersburgo, que est¨¢ en la lista de las regiones donantes de Rusia, ha perdido entre el 10% y el 20% de sus recursos, debido al nuevo reparto fiscal entre el centro y las regiones. Los lobbistas de fondos estatales piensan m¨¢s en su propio bolsillo que en su ciudad natal, como indica un informe del Tribunal de Cuentas, que denuncia irregularidades en el uso de las subvenciones para la reconstrucci¨®n del centro hist¨®rico y para el tren de alta velocidad, as¨ª como para otros proyectos relacionados con el 300 aniversario. Los responsables del ferrocarril de alta velocidad han dejado un socav¨®n gigantesco y deben 64 millones de d¨®lares (m¨¢s de 70 millones de euros) al Gobierno federal, garante de un cr¨¦dito de 200 millones de d¨®lares con el Reino Unido. Esta mala experiencia no ha impedido al Gobierno garantizar alegremente otro cr¨¦dito internacional de 215 millones de d¨®lares para construir un dique.
'M¨¢s del 60% de los ciudadanos opinan que las instituciones de poder en San Petersburgo est¨¢n corrompidas, pero distinguen entre el gobernador Vlad¨ªmir Y¨¢kovlev y la Administraci¨®n', se?ala Mogilevski. Eso explica que Y¨¢kovlev ocupe el primer lugar en las listas de popularidad, seguido de Putin. El representante regional del presidente, V¨ªctor Cherk¨¦sov, ex colega de Putin en los servicios secretos, est¨¢ m¨¢s abajo. Cherk¨¦sov y el gobernador rivalizan entre s¨ª, pero guardan las formas. En cuanto al banquero Sergu¨¦i Pugachov, que en Mosc¨² figura entre los empresarios m¨¢s influyentes del pa¨ªs, hasta hace poco era un desconocido para la opini¨®n p¨²blica de San Petersburgo. Pugachov pertenece a la ¨¦lite oculta, cuyos miembros s¨®lo salen a la superficie si quieren darse a conocer o si son desenmascarados por sus rivales, se?ala Mogilievski. El banquero ha decidido emerger de la penumbra y para ello se ha hecho designar representante de la ex¨®tica rep¨²blica siberiana de Tuv¨¢ en la C¨¢mara Alta del Parlamento Federal. Su banco, el Mezhprombank (Banco Industrial Internacional) estuvo implicado en el esc¨¢ndalo financiero de la reconstrucci¨®n del Kremlin. Los peterburgueses pueden aparecer hoy en cualquier lugar de Rusia, y los analistas esperan que lo hagan en breve en la compa?¨ªa de diamantes Alrosa, en la g¨¦lida regi¨®n de Yakutia.
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