La plaza de Ramales, manga por hombro
Faltan urnas de recogida de pl¨¢sticos. 'No deber¨ªan ponerse urnas para la recogida de papel sin colocar al lado otras grandes urnas para la recepci¨®n de pl¨¢stico', opina Rafael, 'ya que, normalmente, es necesario trasladar las grandes cantidades de papel en bolsas de pl¨¢stico que, por razones obvias, no pueden verterse junto a aqu¨¦llas. Por ello, pido a quien corresponda que faciliten la cuesti¨®n', concluye.
Marquesinas, publicidad er¨®tica y ni?os. 'Me parece bastante escandaloso que llenen las marquesinas con fotograf¨ªas de gran tama?o con jovencitas o jovencitos en pa?os menores o semidesnudos', comenta una se?ora que dice llamarse Piedad. 'Lo que quiero decirles, lo advierto con antelaci¨®n, no se trata de una manifestaci¨®n de estrechez mental, sino m¨¢s bien de otra cosa: el otro d¨ªa vi a dos muchachitos bajo una marquesina, y sus caras reflejaban a la perfecci¨®n lo que realmente les sucede en esas situaciones, m¨¢xime si estamos en primavera. Los publicitarios deben saber que los ni?os son, sexualmente, insolventes, lo cual significa que, siendo sensibles al est¨ªmulo, no pueden satisfacerlo, por lo cual este tipo de agresi¨®n publicitaria constituye para ellos un acto en extremo cruel', sentencia.
Homicidio y defensa propia. 'Est¨¢ una familia durmiendo en su chal¨¦ de Alcal¨¢ de Henares y tres tipos entran en su casa, el se?or se defiende y uno de los tres le ataca', resume un lector. 'Este se?or, un hombre pac¨ªfico, coge un cuchillo y en leg¨ªtima defensa da muerte a uno de los asaltantes. Entonces', a?ade, 'la polic¨ªa le lleva a declarar. Me pregunto qu¨¦ hay que hacer para que no te apu?alen en tu propia casa', interroga.
Bochorno en la plaza de Ramales. 'Quisiera preguntar al alcalde de Madrid, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano, si va a consentir ese tremendo espect¨¢culo que contemplamos con sonrojo los madrile?os todos los d¨ªas en la plaza de Ramales', comenta un lector. 'Creo que no se da cuenta de que ese solar y el contiguo est¨¢n convertidos en un estercolero, llenos de vertidos como aut¨¦nticos basureros, constituyendo un espect¨¢culo deprimente y bochornoso, precisamente en uno de los rincones m¨¢s hermosos de Madrid y a un paso del Palacio Real. Creo que esa situaci¨®n no puede consentirse y debe terminar cuanto antes'.
Podas. 'Comienzan ahora las podas y, aunque hasta el momento no me parece haber visto ninguna salvajada, como en a?os anteriores', admite Ismael, 'me temo lo peor, porque todo un cambio de cultura de poda no se logra en un solo a?o', advierte.
Respeten los andenes de tierra de la Castellana. 'La Castellana se ha convertido en un verdadero campo de batalla, con todo levantado', cuenta Luc¨ªa. 'Espero que toda esa fealdad de ahora tenga un resultado positivo, y que no se asfalten los andenes de tierra que le dieron tanto encanto a este paseo madrile?o, ¨²nico en Europa', recuerda.
M¨¢s de Telef¨®nica. 'El d¨ªa 6 de septiembre de 2001 decid¨ªamos poner una l¨ªnea ADSL (de alta velocidad telef¨®nico-inform¨¢tica) en nuestra casa, pero sin m¨®dem, porque ya ten¨ªamos este dispositivo', explica una se?ora de nombre Soledad. 'El 24 de octubre de 2001 recib¨ªamos una factura en la que nos cobraban el m¨®dem a 35.380 pesetas, m¨¢s el IVA incluido; tras varias reclamaciones por escrito y por tel¨¦fono, conseguimos que Telef¨®nica reconociera el cobro indebido en carta recibida el 21 de noviembre de 2001: 'Se ha estimado efectuar el abono el 15 de febrero de 2002', se nos dec¨ªa. 'En otra carta se nos dice que el abono se est¨¢ tramitando y que estiman que se haga efectivo en cuenta en un plazo de ??cinco meses!! a contar desde la fecha', termina indignada.
El dedo en la nariz. 'Menuda man¨ªa tienen los caballeros de meterse el dedo en la nariz mientras conducen los autom¨®viles', protesta Sonsoles. 'Es una verdadera falta de educaci¨®n, pero lo m¨¢s peligroso', subraya, 'es que mientras hacen eso no atienden al tr¨¢fico rodado'. Al poco telefonea un hombre, presuntamente conocedor de esta llamada, y dice, por su parte: 'Cuando muchas mujeres conducen su autom¨®vil, parece que no existiera otra persona en el mundo al volante que ellas mismas, pues parecen desconocer que la conducci¨®n es una cuesti¨®n colectiva'.
Perros, colillas y escupitajos. 'Carmelo Encinas, en su columna de 23 de marzo en EL PA?S-Madrid, cuenta la escena de una se?ora que saca a pasear a su perro y que, cuando ¨¦ste suelta los excrementos, los recoge con una bolsita, pero al tirar ella su colilla al suelo no pone reparo alguno', se?ala Pepa. 'Creo que la campa?a municipal respecto a los excrementos va funcionando, pero, como ven, con el lanzamiento de colillas encendidas no pasa nada. Yo, sin embargo, quiero referirme a la costumbre, incivilizada, de se?oras y se?ores que escupen abiertamente en las calles', agrega.
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