Cuesti¨®n de detalle
Cuesti¨®n de detalle, que no de gusto, aunque luego ¨¦ste pueda matizar lo sucedido. El primer detalle, la entrada: menos de la mitad del aforo, mientras que en Marbella, a la vez, el todopoderoso Juli, acompa?ado de Ojeda y Finito, con la Costa del Sol llena a rebosar, s¨®lo consegu¨ªa otra media entrada. Alguien deber¨ªa tomar nota, si bien los precios, por las nubes, pueden justificar econ¨®micamente tan parcos resultados de cara a la afici¨®n que, como se sabe, no cuenta.
Malos detalles por parte de Javier Conde, que se vio doblemente rebasado tanto por el genio mansote del tercero, como por la embestida del sexto, que le hizo acabar en hu¨ªda.
Detalles profesionales a cargo de Joselito, que se tap¨® a la hora de plantarle cara al primero y que se volvi¨® a tapar en el cuarto, atemperando una faena de la que sac¨® no m¨¢s de diez pases sueltos entre cincuenta intentos. Debi¨® subir un escal¨®n, precisamente aqu¨¦l en el que se esconden el riesgo y el compromiso, porque, para profesional repulido, un alba?il.
Ortega / Joselito, Ponce, Conde
Toros de Gerardo Ortega, manejables; 1? y 3?, mansos con genio, 2? sin fuerzas. Joselito: estocada desprendida (ovaci¨®n y saludos); pinchazo -aviso- descabello (ovaci¨®n y saludos). Enrique Ponce: dos pinchazos (silencio); pinchazo, media estocada -aviso- (oreja). Javier Conde: tres pinchazos, media estocada (pitos); pinchazo, otro hondo bajo (bronca). Plaza de La Malagueta, 30 de marzo.
Entre el segundo toro y Ponce demostraron que no es preciso ser presidente del gobierno para dar la tabarra; el animal, sin fuerzas y casi sin nada m¨¢s, muri¨® de aburrimiento. En el quinto llegaron los mejores detalles toreros, que no tuvieron la necesaria continuidad porque el toro, cada tres envites, clavaba los pitones en tierra. Enrique Ponce hab¨ªa escogido terrenos ortodoxos, con buena disposici¨®n, conocimiento y gusto, cruzado, sacando la pierna contraria en el momento del embroque y rematando hacia adentro. Palabra. El aviso, sin que ello sea disculpa, son¨® seg¨²n ca¨ªa la res. A pesar de todo, demasiado poco.
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