La autoridad municipal
Afirma el autor que si los partidos democr¨¢ticos hubiesen aislado a Batasuna hoy no ser¨ªa necesaria su ilegalizaci¨®n.
Me dec¨ªa un amigo que en el pleno municipal que sucedi¨® al asesinato del concejal socialista Juan Priede en Orio apenas estuvieron vecinos que no fueran de los radicales. Al d¨ªa siguiente, durante la concentraci¨®n, si que hubo una nutrida presencia de vecinos. All¨ª casi todo el mundo se lamentaba de la situaci¨®n, de la maldad de los asesinos, de la bondad del asesinado, pero pocas declaraciones iban hacia la reflexi¨®n pol¨ªtica, posiblemente porque todos podr¨ªan sentirse responsables de la situaci¨®n que padecemos.
No es para extra?arse que por miedo a ETA la gente normal no quiera hacerse ver, por indignada que est¨¦. Pero tambi¨¦n, puede ser, adem¨¢s, por no enfrentarse a unos concejales, los que en su d¨ªa eran de EH y hoy de Batasuna, constituidos en autoridad municipal por delegaci¨®n de la alcaldesa del PNV. Porque esos concejales que no s¨®lo no condenan los asesinatos, que por el contrario los justifican, que son brazo pol¨ªtico de los ejecutores, que ya es para tenerles miedo, son adem¨¢s, por obra y gracia del PNV, autoridad del poder local constituido como miembros de la comisi¨®n de gobierno. Como para que tal vecino fuera al d¨ªa siguiente del pleno a pedirles una licencia de obra por muy menor que ¨¦sta fuese.
En Euskadi hay muchos ayuntamientos en esa situaci¨®n, y otros muchos cuyo alcalde es de Batasuna, aunque s¨®lo tenga votos para ser la minor¨ªa mayoritaria, por el apoyo que le conceden los partidos que conforman el actual Gobierno vasco. Concretamente, el de Mondrag¨®n lo es por el apoyo de IU. Resulta espeluznante que se consienta esta situaci¨®n por muy acostumbrados que estemos.
As¨ª, pues, no s¨®lo los concejales constitucionalistas padecen el terror de ETA, a la vez, PNV, EA e IU, erigen a sus partidarios en autoridad municipal multiplicando la acci¨®n del miedo, su influencia y su dominaci¨®n. No es un sinsentido la acusaci¨®n al nacionalismo pol¨ªtico y a IU de ser responsables de la situaci¨®n de miedo y acoso que sufre gran parte de la sociedad vasca, incluidos muchos de sus electores. Se quejar¨¢n de que se les criminaliza, pero tendr¨ªan que mirar a los ayuntamientos y ver a qui¨¦nes han apoyado y a qui¨¦nes han dejado a los pies de los caballos.
Posiblemente, si las fuerzas pol¨ªticas democr¨¢ticas hubiesen aislado a Batasuna, y no la hubiesen premiado, no ser¨ªa tan necesaria la legislaci¨®n para dejarla fuera de la legalidad, pero es evidente que esto no ha sido as¨ª. Por el contrario, en Zum¨¢rraga un grupo mayoritario como el socialista no alcanz¨® ninguna responsabilidad de gobierno municipal, por obra de las fuerzas aliadas en Estella, y fue barrido del consistorio. Los aislados fueron los socialistas, que adem¨¢s ten¨ªan que padecer el acoso terrorista. Vemos que el terror se prolonga por el comportamiento pol¨ªtico de los partidos nacionalistas, m¨¢s IU, sensibles ante la ilegalizaci¨®n de Batasuna pero no tanto con la situaci¨®n de los concejales constitucionalistas, aunque despu¨¦s acudan a sus funerales y lleven la pancarta.
Una sociedad en la que el terrorismo est¨¢ presente acaba profundamente confundida y perturbada. En general, se pasa del rechazo en un momento a decir que hay que negociar y ofrecer salidas pol¨ªticas. Cuando el terrorismo se convierte en una enfermedad end¨¦mica siempre hay formaciones pol¨ªticas legales que tratan de sacar provecho propio de su existencia y, aunque declaren el rechazo, no dejar¨¢n de criticar las operaciones policiales, judiciales e, incluso, las legislativas. No cabe duda que las que hoy conforman el Gobierno vasco, PNV, EA, e IU ser¨ªan electoralmente las m¨¢s beneficiadas por la ilegalizaci¨®n de Batasuna, pero, precisamente por serlo, y para llenar a tope el cesto de los votos, son las que se declaran contrarias a su ilegalizaci¨®n.
Por razones evidentes, por razones que facilitar¨ªan una situaci¨®n democr¨¢tica en Euskadi, el PP y el PSOE aprueban la medida de ilegalizaci¨®n, aunque no se les haya escapado que electoralmente supondr¨¢ el reforzamiento especialmente de la coalici¨®n PNV-EA. Pero, los principios son los principios, el terror no se puede prolongar a trav¨¦s de brazos pol¨ªticos o colaboraciones pol¨ªticas, directas o indirectas, y no es de recibo consentir que el terror se prolongue en la autoridad constituida por muy reducido ¨¢mbito local que ¨¦ste sea.
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