Espa?a acepta que EE UU contin¨²e en las bases de Rota y Mor¨®n hasta 2010

El Consejo de Ministros autorizar¨¢ hoy la firma del nuevo Convenio de Cooperaci¨®n para la Defensa con Estados Unidos -formalmente, un protocolo de enmienda al acordado en 1988-, que firmar¨¢n el mi¨¦rcoles en Madrid el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, y el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqu¨¦. El nuevo convenio ampl¨ªa la presencia militar estadounidense al menos hasta el a?o 2010, una condici¨®n imprescindible para que EE UU inicie las obras de potenciaci¨®n de la base de Rota (C¨¢diz), mientras que aparca las demandas locales.

Desde que expir¨® su periodo de vigencia, en mayo de 1997, el actual convenio se ven¨ªa prorrogando t¨¢citamente de a?o en a?o, siempre que ninguna de las dos partes lo denunciara. Esta incertidumbre jur¨ªdica imped¨ªa a EE UU abordar inversiones a largo plazo, como las previstas en el proyecto Visi¨®n 2010, que prev¨¦ la construcci¨®n de 16 aparcamientos para grandes aviones de transporte C-5 Galaxy, la ampliaci¨®n del puerto y la remodelaci¨®n de 30 edificios en la base de Rota (C¨¢diz) por unos 200 millones de d¨®lares (227 millones de euros).

El nuevo convenio garantiza estabilidad suficiente para abordar este proyecto. Adem¨¢s, EE UU obtiene algunas demandas adicionales, como que sus militares jubilados, cada vez m¨¢s numerosos en la zona, accedan a los servicios de la base.

Espa?a, por el contrario, ha renunciado a resolver el conflicto laboral que desde hace m¨¢s de dos a?os mantienen los 1.200 civiles espa?oles empleados de las Fuerzas Armadas de EE UU en Rota. Aunque el Gobierno se comprometi¨® p¨²blicamente a no iniciar siquiera la negociaci¨®n del convenio antes de arreglar este contencioso -derivado de la eliminaci¨®n de las exenciones fiscales que ten¨ªan dichos trabajadores-, la firmeza de Washington ha hecho aparcar el asunto, que ser¨¢ discutido por una comisi¨®n mixta en los primeros seis meses de vigencia del mismo.

Tampoco se han abordado las reivindicaciones del Ayuntamiento de Rota, que s¨®lo percibe unos 300.000 euros anuales, en concepto de impuesto de circulaci¨®n, de una base que, con sus 2.400 hect¨¢reas, ocupa gran parte del t¨¦rmino municipal.

El mayor logro del Gobierno espa?ol es un Memor¨¢ndum de Entendimiento sobre cooperaci¨®n tecnol¨®gica en industria de Defensa que Powell traer¨¢ de Washington ya firmado por el jefe del Pent¨¢gono, Donald Rumsfeld, para que lo suscriba en Madrid su hom¨®logo Federico Trillo-Figueroa.

Esta documento (inspirado en los que tiene EE UU con pa¨ªses anglosajones como Reino Unido, Canad¨¢ o Australia), deber¨ªa facilitar la penetraci¨®n de las empresas espa?olas en el mercado estadounidense y, sobre todo, la transferencia de tecnolog¨ªas sensibles, como sensores o comunicaciones encriptadas. Se trata, no obstante, de una mera declaraci¨®n de intenciones, que vincula pol¨ªtica pero no jur¨ªdicamente, cuyo efecto pr¨¢ctico se ver¨¢ caso a caso.

El convenio se adapta a la realidad ya existente al suprimir las menciones a Zaragoza y Torrej¨®n, donde ya no hay tropas de EE UU, y reduce de 5.250 a 4.250 el n¨²mero de militares permanentes en Rota; aunque en realidad son unos 3.000. En cambio, se mantiene por encima de los 8.000 el n¨²mero m¨¢ximo de efectivos norteamericanos que pueden desplegarse en Espa?a sin una autorizaci¨®n especial del Gobierno.

Espa?a no ha logrado que sus militares en EE UU (menos de 200 en total) tengan el mismo trato que los norteamericanos en Espa?a. Por ejemplo, en caso de delito, estos ¨²ltimos no podr¨¢n ser encarcelados preventivamente por un juez espa?ol, sino que quedar¨¢n bajo custodia de EE UU. Se trata de un punto especialmente sensible tras la negativa de Washington a ratificar el Tribunal Penal Internacional, cuya jurisdicci¨®n s¨ª reconoce Espa?a.

Los atentados del 11-S y, especialmente, el ataque contra el destructor USS Cole en Yemen en octubre de 2000 han llevado a EE UU a extremar las medidas de protecci¨®n. La unidad de seguridad naval de EEUU en Rota doblar¨¢ sus efectivos hasta llegar a 180 y, adem¨¢s, se adoptar¨¢n medidas especiales de vigilancia durante las visitas de buques norteamericanos a puertos civiles. Este asunto ha sido objeto de un acuerdo espec¨ªfico, el m¨¢s complicado de todos, pues EE UU pretend¨ªa que sus lanchas patrullaran en torno a los buques fondeados en aguas territoriales espa?olas lo que, adem¨¢s de fuente potencial de incidentes con civiles, supon¨ªa una cesi¨®n de soberan¨ªa. Las fuentes consultadas aseguran que la f¨®rmula pactada, con equipos mixtos de vigilancia, garantiza que la responsabilidad ¨²ltima es espa?ola.

Finalmente, otro acuerdo entre ambas armadas permitir¨¢ que buques de la Sexta Flota hagan parte de su mantenimiento en la bah¨ªa de C¨¢diz.