El esperma tambi¨¦n se sirve fr¨ªo
La ley prev¨¦ la creaci¨®n de un Registro Nacional de Donantes de Gametos para que las cl¨ªnicas crucen sus datos
No es f¨¢cil ser donante de semen. S¨®lo un 10% de los hombres cumple los requisitos: tener m¨¢s de 100 millones de espermatozoides por mililitro de semen con un 80% de motilidad progresiva (se dirigen directos hacia el ¨®vulo). La media de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) marca como normal 20 millones de espermatozoides por mililitro con un 50% de motilidad progresiva. El resto, o bien se queda en su sitio girando sobre su eje o bien avanza en zig-zag.
Pero eso no basta. Una vez que la cl¨ªnica comprueba que el donante no tiene hepatitis C, B, sida, s¨ªfilis, rubeola, herpes o toxoplasmosis, el semen se congela en nitr¨®geno l¨ªquido a 196 grados bajo cero en unas varillas llamadas pajuelas. Luego lo descongela. Si sobreviven 70 millones de espermatozoides con una motilidad del 60%, es apto.
Juan ha pasado todas las pruebas. Es estudiante de medicina y dona esperma en uno de los 52 bancos de semen que hay en Espa?a. La mayor¨ªa est¨¢n dentro de las 155 cl¨ªnicas de reproducci¨®n asistida que hay registradas. Pagan entre 30 y 40 euros por eyaculaci¨®n. La sala para donar es de poco m¨¢s de un metro cuadrado. Tiene un v¨¢ter, un v¨ªdeo, un lavabo y algunas revistas de contenido pornogr¨¢fico.
Casi todos los donantes son estudiantes universitarios, aunque no en todos los bancos lo exigen. Pedro Caballero, director de la cl¨ªnica Tambre de Madrid, s¨ª: 'Preferimos que vengan de la facultad de medicina o de veterinaria porque cuando su semen no sirve les podemos explicar el porqu¨¦ con m¨¢s facilidad que a un ingeniero'. Caballero fund¨® uno de los primeros bancos de semen de Espa?a. Fue en 1980. En la actualidad tiene 34 donantes en su cl¨ªnica.
Puede que no sean muchos, pero es que duran poco. Son despedidos cuando su semen se usa para concebir a seis hijos. Nunca m¨¢s. Es una de las exigencias de la Ley de Reproducci¨®n Asistida, de 1988. Caballero particip¨® en su redacci¨®n y reconoce que no se puede saber si se cumple esta exigencia porque los donantes, una vez satisfechos los requisitos de una cl¨ªnica, pueden saltar a otra.
La ley prev¨¦ la creaci¨®n de un Registro Nacional de Donantes de Gametos. Nunca se concret¨®. Por eso es imposible saber cu¨¢ntos donantes hay o cu¨¢ntos ni?os han nacido en Espa?a con semen de donante. Juan Pablo Ram¨ªrez, del centro CEIFER, de Granada, uno de los mayores bancos que hay en Espa?a, critica el funcionamiento actual: 'No hay control, no hay posibilidad de que los bancos crucemos los datos'. La ley pretend¨ªa evitar problemas de consanguinidad y casos como el de Holanda. Hace un mes se supo en ese pa¨ªs que el semen de un donante con una enfermedad hereditaria grave hab¨ªa servido para concebir a 18 ni?os. Y ahora esos chicos tienen un 50% de probabilidades de padecer ese mal.
Es imposible saber si un donante tiene una de las 3.000 enfermedades gen¨¦ticas que existen. 'Yo puedo tener un mal gen¨¦tico y no desarrollar nunca la enfermedad, sin embargo mi hijo s¨ª', explica Antonio Alcaide, director del laboratorio de androlog¨ªa de la cl¨ªnica FIV Center de Madrid. La ley pide que se excluyan como donantes a quienes tengan una enfermedad gen¨¦tica. Es misi¨®n imposible.
'Lo m¨¢s que podemos hacer es una entrevista sobre los antecedentes familiares y un cariotipo, aunque la ley no nos obliga a ello', a?ade Alcaide. Un cariotipo es un an¨¢lisis al microscopio de los cromosomas. Permite detectar enfermedades como el s¨ªndrome de Down o si hay alteraciones que puedan dar lugar a malformaciones, pero no detecta enfermedades gen¨¦ticas.
El semen de Juan servir¨¢ para una pareja de raza blanca, para que el hijo se parezca al padre. Porque las razas tambi¨¦n importan. Una pareja de guineanos busca semen de un donante negro con el que fecundar a la mujer desde hace meses. 'Si apareciera un negro por la puerta nos vendr¨ªa como ca¨ªdo del cielo', se?ala Alcaide. No piden el semen a otro banco porque ninguno tiene. En CEIFER no admiten negros. 'Ni negros, ni chinos, ni sudamericanos con rasgos indios', afirma Ram¨ªrez.
E inmediatamente a?ade: 'No es discriminaci¨®n. A m¨ª me da igual que sea de Libia o del Alto Volta, pero para gestionar semen de varias razas tendr¨ªamos que acondicionar salas separadas para no mezclar las muestras, y eso resulta muy caro. Aunque, si sigue la inmigraci¨®n, habr¨¢ que plante¨¢rselo'.
Mientras, las cl¨ªnicas importan. 'Hace un a?o tuvimos unos chinos esperando y como no hab¨ªa semen lo pedimos a una empresa danesa', cuenta Alcaide. La pareja guineana y la china pertenecen a ese 15% de parejas con problemas de fertilidad.
Las parejas son los principales clientes de los bancos de semen, aunque casi siempre es para ellas el ¨²ltimo recurso. Antes de llegar a este sistema se prefiere la fecundaci¨®n in vitro (poner en contacto en el laboratorio el semen del hombre y el ¨®vulo de la mujer) o la microinyecci¨®n esperm¨¢tica (se elige un solo espermatozoide del hombre y se inyecta en un ¨®vulo). Aunque el hombre tenga muy pocos espermatozoides, se puede hacer. Se extraen los espermatozoides del test¨ªculo.
Los bancos de semen tambi¨¦n son un recurso para las mujeres sin pareja. Aunque menos. En las cl¨ªnicas se?alan que estas mujeres suponen un 5% de los clientes de estas cl¨ªnicas. Alcaide asegura que 'la imagen de las pel¨ªculas en que la se?ora compra el frasco [cuesta 270 euros] y se lo lleva a su casa es un t¨®pico'.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.