Una gu¨ªa antropol¨®gica recorre tres grupos sociales
Jaume Valverd¨², profesor de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, vivi¨® durante siete meses en una comunidad Hare Krisna en Guadalajara. Francisco Ferr¨¢ndiz, de la Universidad Deusto, se intern¨® en el mundo de los espiritistas venezolanos. Carles Feixa, de la Universidad de Lleida, opt¨® por integrarse en una banda juvenil en los suburbios de Ciudad de M¨¦xico.
Todos ellos son antrop¨®logos y relatan, junto a otros profesores, sus experiencias en un libro T¨¦cnicas en investigaci¨®n en antropolog¨ªa, que acaba de publicar la Universidad Miguel Hern¨¢ndez de Elche (UMH). 'Se trata de un gu¨ªa que muestra el trabajo de los antrop¨®logos con casos pr¨¢cticos', explica Anastasia T¨¦llez, coordinadora de la publicaci¨®n, 'la forma de entrar en un grupo social a estudiar, ya sea informando a sus miembros o de forma encubierta', agreg¨®.
El libro recoge trece investigaciones antropol¨®gicas sobre distintos fen¨®menos sociales, denominados trabajos de campo. Sin duda, uno de los m¨¢s curiosos es el que ha realizado Jaume Vallverd¨². El profesor catal¨¢n escogi¨® la secta Hare Krisna, popularmente conocida por sus t¨²nicas naranjas y largas coletas. En 1992, cuando comenz¨® su estudio, este culto se encontraba envuelto en un halo de misterio y cierta repulsa por parte de la sociedad espa?ola. Sin embargo, a pesar de presentarse como un investigador, Vallverd¨² no encontr¨® dificultades para entrar como observador en la comunidad Nueva Vrajamandala, situada en un peque?o pueblo cercano a Madrid. Dieta lacto-vegetariana y diana a las cuatro de la ma?ana para comenzar las oraciones. 'A esa hora, la alegr¨ªa de los devotos al despertar para reencontrarse con Krisna contrastaba con mis nulas espectativas m¨ªsticas', recuerda el profesor. Vallverd¨², quien afirma que tras estudiar los actos religiosos de madrugada decidi¨® abandonar el horario de la comunidad y levantarse m¨¢s tarde, por el cansancio y el estress que sufr¨ªa. El profesor tambi¨¦n resalta los paseos que una vez a la semana los fieles realizaban por Madrid, recitando el japa, una oraci¨®n que debe ser repetida al menos 1.728 veces al d¨ªa.
Carles Feixa viaj¨® a Ciudad de M¨¦xico para conocer las bandas juveniles de los suburbios. As¨ª conoci¨® a los componentes de Colectivo Ca¨®tico, un grupo m¨²sical de est¨¦tica punk, que le mostraron la m¨ªsera existencia de los habitantes de las ciudades dormitorio de Mexico. Los obreros de estas zonas ocupan hasta cinco horas al d¨ªa para llegar al trabajo y se enfrentan con asiduidad a la extorsi¨®n de un cuerpo de polic¨ªa corrupto.
Por su parte, Francisco Ferr¨¢ndiz escogi¨® como fen¨®meno de estudio las comunidades de espiritistas venezolanas. Investig¨® sus costumbres y las sesiones de posesi¨®n, en las que seg¨²n explica, estaban de moda los esp¨ªritus vikingos, frente a los indios y chamarreros (campesinos).
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