Golpe a un caudillo
S¨®lo un golpe de Estado ha conseguido echar a Hugo Ch¨¢vez del poder en Venezuela. La situaci¨®n hab¨ªa alcanzado tal grado de deterioro que este caudillo err¨¢tico ha recibido un empuj¨®n. El ej¨¦rcito, espoleado por la calle, ha puesto fin al sue?o de una ret¨®rica revoluci¨®n bolivariana encabezada por un ex golpista que gan¨® leg¨ªtimamente las elecciones para, convertirse desde el poder en un aut¨®crata peligroso para su pa¨ªs y el resto del mundo. Las fuerzas armadas, encabezadas por el general Efra¨ªn V¨¢squez, han obrado con celeridad al designar como jefe de un gobierno de transici¨®n a un civil, Pedro Carmona Estanga, presidente de la patronal venezolana, a la vez que destitu¨ªa a los mandos militares compa?eros y amigos del depuesto presidente.
Aprovechando la ola de hartazgo de tanta gente con la corrupci¨®n del anterior sistema de partidos, Ch¨¢vez arras¨® en las urnas, para hacer luego un uso abusivo de ese poder, con un autoritarismo que lleg¨® incluso a las aulas de los colegios. Su final se ve¨ªa venir tras las cada vez m¨¢s numerosas declaraciones de diversos militares, el deterioro de la situaci¨®n econ¨®mica y la marea de protesta de la clase media, que creci¨® con la aprobaci¨®n en diciembre pasado de 49 decretos-leyes de inspiraci¨®n castrista. Ch¨¢vez introdujo varios centenares de asesores cubanos en Venezuela, al tiempo que suministraba a La Habana petr¨®leo gratuito, un grifo que ahora se cierra.
La gota que colm¨® el vaso y levant¨® a los militares fue la represi¨®n protagonizada por la polic¨ªa y francotiradores adictos a Ch¨¢vez, que causaron 15 muertos y un centenar de heridos el jueves, en la tercera jornada de una huelga general que uni¨® parad¨®jicamente a sindicatos y empresarios. La protesta recibi¨® un impulso extraordinario cuando par¨® la estrat¨¦gica compa?¨ªa Petr¨®leos de Venezuela (PDVSA) y Ch¨¢vez orden¨® por televisi¨®n el cese de algunos de sus directivos. El r¨¦gimen chavista ha sido tan desastroso que ni siquiera ha sabido gestionar con eficacia esta riqueza nacional, que le convierte en el cuarto exportador mundial, lo que puede obligarle en los pr¨®ximos meses a bombear y refinar a pleno rendimiento para llenar las cajas de su hacienda p¨²blica, en contra de la voluntad de otros pa¨ªses de la OPEP (Organizazi¨®n de Pa¨ªses Exportadores de Petr¨®leo), temerosos de que caigan los precios.
La resistencia civil contra Ch¨¢vez, que atac¨® a los medios de comunicaci¨®n y amenaz¨® con nacionalizar las cadenas privadas de televisi¨®n, en cuyas emisiones irrump¨ªa, se hab¨ªa organizado en redes que constituyen una esperanzadora semilla de desarrollo de una sociedad civil, y que utilizaron Internet como 'trinchera de la modernidad'. Esta resistencia pac¨ªfica esperaba una salida constitucional, aunque fuera para cambiarla a continuaci¨®n. Por desgracia, lo ocurrido demuestra que en Venezuela el ej¨¦rcito sigue siendo el ¨¢rbitro de ¨²ltima instancia. A la luz de los hechos, hay que elogiar al menos la decisi¨®n de la c¨²pula militar de ceder el poder a un civil, aunque resulte singular que el elegido sea el presidente de la patronal.
Vaciadas las c¨²pulas de los partidos pol¨ªticos tradicionales, es necesario convocar elecciones cuanto antes y redactar una Constituci¨®n que restablezca el equilibrio de poderes que Ch¨¢vez elimin¨® a su medida, como hiciera Fujimori en Per¨². El nuevo presidente interino, Ricardo Carmona, se ha comprometido a nombrar un Gobierno de concentraci¨®n 'con gente intachable' y a convocar elecciones en el plazo de un a?o. Adem¨¢s de preparar la transici¨®n, tendr¨¢ que abordar sin demagogia algunos de los graves problemas sociales que padece el pa¨ªs.
Ch¨¢vez ha jugado con fuego dentro y fuera. La sombra de EE UU -que importa de Venezuela un 13% del crudo que consume y que ayer le acus¨® de buscar su propio final- se puede presentir detr¨¢s de lo ocurrido. Ch¨¢vez no parec¨ªa haberse percatado de c¨®mo ha cambiado el mundo tras el 11-S: evit¨® condenar los atentados de Nueva York y el Pent¨¢gono, viaj¨® a Bagdad para expresar su apoyo de Sadam Hussein, apoy¨® la guerrilla colombiana de las FARC, estrech¨® sus relaciones con Castro y acogi¨® a Montesinos, la mano negra de Fujimori. Retrospectivamente, no es la mejor muestra de acierto que Aznar, al recibirle en Madrid en 1999, subrayara su 'profunda confianza' en Ch¨¢vez. Tiene ahora, como presidente del Consejo Europeo, una ocasi¨®n para que la UE contribuya a la instauraci¨®n en Venezuela de un r¨¦gimen democr¨¢tico normal y estable. Ser¨ªa bueno que Ch¨¢vez y algunos de sus colaboradores detenidos rindieran cuentas de sus desmanes autoritarios y corruptos ante los tribunales de su propio pa¨ªs. Su experiencia, como la de Fujimori, debe servir para que se difunda la lecci¨®n de que la democracia no son s¨®lo votos, sino tambi¨¦n usos.
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