Reformas a toda prisa

Seis a?os lleva el Partido Popular intentando poner fin al Subsidio de Desempleo Agrario y de esta forma llevarse por delante a todo el dispositivo que ha servido para crear un sistema de garant¨ªa social en el campo andaluz. Considerado de forma reiterada como un recurso simplemente ideado para mantener cautivo el voto socialista en las zonas rurales, piensan que ha llegado la hora de terminar con esta situaci¨®n. Ya estuvieron a punto de conseguirlo con Manuel Pimentel en el Ministerio de Trabajo, incluso con el acuerdo de los sindicatos, para mayor desesperaci¨®n del PSOE. Sin embargo, ahora les ha faltado la templanza suficiente y ya anuncian que impondr¨¢n su reforma de las prestaciones por desempleo con o sin el entendimiento con las organizaciones sindicales y resto de administraciones implicadas.

Tienen prisa, adem¨¢s, para llevar a cabo esta maniobra hasta el punto de que no han querido esperar a la pr¨®xima reuni¨®n Gobierno central-Junta de Andaluc¨ªa de la semana que viene en donde se ha de abordar el traspaso, de una vez por todas, de las Pol¨ªticas Activas de Empleo, cap¨ªtulo que est¨¢ llamado a jugar un papel decisivo si se llega acometer la supresi¨®n del antiguo PER.

Tanto apresuramiento parece haber cogido desprevenido al PP andaluz, al que desde luego le favorece muy poco en sus expectativas electorales el que se abra ahora este debate, precisamente cuando est¨¢n empe?ados en conseguir recuperar terreno en los pueblos en los que el actual plan tiene una gran importancia. Est¨¢ claro que si el Ejecutivo central hubiese consultado a los suyos en esta comunidad, a buen seguro que le hubieran aconsejado que pospusieran estas modificaciones a un mejor momento.

No ha sido de esta manera, de tal modo que se les abre un frente inicialmente no contemplado, lo que da una idea clara de lo poco que se tiene en cuenta al PP andaluz en aquellos asuntos que conciernen directamente al escenario en el que se mueven. Con esta perspectiva por delante, los sindicatos mayoritarios, UGT y Comisiones Obreras, ya preparan en los pr¨®ximos d¨ªas una respuesta concertada de rechazo que van a llevar hasta la celebraci¨®n del 1¡ã de Mayo, mientras que al resto de fuerzas pol¨ªticas este nuevo conflicto les supone un argumento m¨¢s que esgrimir contra el PP. Hasta la patronal Asaja, al menos en Sevilla, ha mostrado su visi¨®n cr¨ªtica de los cambios que se quieren introducir, lo que da una idea del avispero en el que se meten y que muy bien habr¨ªan evitado si se hubiera enfocado esta iniciativa con un talante bien diferente, marcado por el di¨¢logo y el consenso. A nadie se le escapa que ¨¦ste es el estilo Arenas, en referencia as¨ª al secretario general del PP. Ahora los suyos aqu¨ª en Andaluc¨ªa tendr¨¢n la dif¨ªcil misi¨®n de torear este aut¨¦ntico miura, sin apenas informaci¨®n y a cara descubierta, de ah¨ª la manifiesta soledad en la que se ven, un d¨ªa tras otro, los distintos dirigentes populares andaluces, sobre todo su presidenta Te¨®fila Mart¨ªnez, quien ni siquiera est¨¢ lo suficientemente acompa?ada, tal y como se pudo comprobar cuando en un acto en el Parlamento andaluz, en la presentaci¨®n del Premio de Ciencias Sociales Cortes de C¨¢diz, con motivo de la celebraci¨®n del Bicentenario de la Constituci¨®n de 1812.

Eso s¨ª, con la llegada de la Feria de Abril de la capital andaluza se brinda la ocasi¨®n id¨®nea para que esa imagen de cierto aislamiento se contrarreste con las consabidas fotos de familias nutridas de ministros y mandatarios nacionales, ¨¢vidos de algo de fiesta y jolgorio y lejos del ajetreado Madrid. Una cita que ser¨¢ dif¨ªcil que se pierda tambi¨¦n el Pr¨ªncipe de Asturias, Felipe de Borb¨®n, que concluye esta semana su gira por Andaluc¨ªa. Dicen que Manuel Chaves est¨¢ lleno de cardenales producto de los codazos que dan algunos para asumir la cuota de protagonismo que, consideran, la Junta les niega. Es la contribuci¨®n m¨ªnima que ha de pagar el presidente andaluz por tener la suerte de ser el cicerone de la visita a esta tierra del heredero de la Corona y que parece hab¨¦rsele atravesado a alguien.